El régimen chino propuso oficialmente eliminar el límite de dos mandatos presidenciales establecido en la constitución del Partido Comunista Chino (PCCh), preparando el escenario para que el actual líder Xi Jinping pueda asumir un tercer mandato, o tal vez hasta su muerte.
Los observadores ya habían predicho esta posibilidad cuando Xi no designó un sucesor para el máximo órgano de toma de decisiones del partido, durante el importante cónclave político del pasado octubre en el XIX Congreso Nacional.
La constitución actual limita la posición del mandatario a dos términos de cinco años. Xi está llegando al final de su primer mandato y estaría dirigiendo el país hasta el año 2022 durante un segundo mandato, pero la revisión de las normas podría cambiar esto.
La propuesta fue hecha por el Comité Central del PCCh que tiene 204 miembros de élite y 170 suplentes, según la agencia de noticias del régimen- Xinhua, el 25 de febrero.
De acuerdo a las convenciones del PCCh, el cabecilla del Partido ocupa al mismo tiempo el cargo de secretario general y de jefe militar, cargos que no tienen límites de mandato. Xi podría permanecer teóricamente en cualquier posición o crear una nueva que le permita mantenerse en el poder.
El Comité Central también propuso incorporar en la Constitución, el aporte ideológico partidista de Xi, conocido como «Pensamiento de Xi Jinping sobre el socialismo con características chinas para una nueva era», un cambio que se decidió en octubre durante el congreso del partido.
Los cambios constitucionales se encuentran entre los movimientos de Xi para consolidar aún más su poder dentro de un partido constantemente en lucha de facciones.
Un partido dividido
De hecho próximamente se celebrará la reunión del Comité Central conocida como la tercera sesión plenaria, donde se evidenciarán pistas sobre las continuas luchas entre facciones dentro de los escalones más altos del Partido, allí la élite del partido discutirá las reformas y nombramientos, según Xinhua.
Días más tarde, entre el 3 y el 5 de marzo, se reunirá el máximo órgano asesor político del Partido, la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino y la legislatura títere, el Congreso Nacional del Pueblo. Estas sesiones se conocen conjuntamente como «Lianghui», que se traduce en chino como «dos reuniones».
La apretada e inusual agenda insinúa que Xi todavía no tiene plena autoridad sobre la máxima cúpula del Partido y que ha encontrado algunos desafíos a su poder por parte de otra facción, según el analista político de China, Chen Pokong.
Chen desglosó el razonamiento detrás de su análisis en un video de YouTube publicado el 24 de febrero.
La separación de solo días entre la tercera sesión plenaria y el Lianghui sugiere que hay algo urgente que Xi necesita atender antes de que las reformas o las decisiones de cargos reciban la aprobación durante el Lianghui.
Los planes de Xi pueden haber encontrado obstáculos en el Comité Permanente del Politburó, el órgano más poderoso de toma de decisiones del Partido, de ahí la necesidad de Xi de convocar una reunión de emergencia en el Comité Central,donde tiene más apoyo político, dijo Chen.
De los siete miembros del Comité Permanente (de los que Xi forma parte), Wang Huning y Han Zheng tienen relaciones previas con el ex cabecilla del Partido-Jiang Zemin, mientras que Li Keqiang y Wang Yang son considerados miembros de la facción «tuanpai» (afiliados a la Liga de la Juventud Comunista). Eso deja solo al propio Xi, a su antiguo subordinado Li Zhanshu y a Zhao Leji, quien ha demostrado su lealtad hacia Xi pero que no ha trabajado tan estrechamente con él, según Chen.
Es posible que los deseos de Xi no hayan cosechado suficiente apoyo dentro de este «equilibrio de poder entre las facciones», por lo que recurrirá al Comité Central en busca de ayuda, dijo Chen en el video.
Mientras tanto, el momento de la tercera sesión plenaria es inusual por otra razón: el Comité Central suele celebrar una segunda sesión plenaria en la que se discuten nombramientos, a principio de año, después el Lianghui los aprueba en marzo, seguido por el tercera sesión plenaria en otoño, donde se elaboran reformas del Partido.
Este año, la segunda y tercera sesión solo están separadas por un mes; la segunda sesión acaba de concluir a mediados de enero. Este calendario señala una vez más la urgencia de lo que Xi quiere hacer, mientras que los nombramientos no se completaron durante la sesión anterior y aún están en agenda para la tercera, sugiere que las luchas entre facciones acerca de los nombramientos pueden haber estancado las decisiones. «Queda por ver cuánto poder puede atrapar Xi», dijo Chen.
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