Tras una oleada de casos de la variante Delta de COVID-19 en Indonesia, el régimen chino está intentando impedir que los chinos en ese país regresen a China.
Muchas personas en Indonesia han sido inoculadas con vacunas fabricadas en China, pero aún se han infectado con el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), el cual causa el COVID-19.
Después de que el gobierno indonesio anunciara restricciones más estrictas, la embajada china allí endureció sus reglas para evitar que los chinos en esa nación regresaran a casa. Se ha cancelado una gran cantidad de vuelos a China, lo que ha provocado que más ciudadanos chinos queden varados en el país afectado por el COVID-19.
Un chino, que estaba en Indonesia por negocios, reveló lo difícil que fue su viaje de regreso a China.
Zhang Liang (un seudónimo) es el director de una empresa de electrodomésticos en Foshan, provincia de Guangdong. El hombre le dijo a The Epoch Times de China que fue a Indonesia el 12 de junio para un viaje de negocios de tres días.
Sin embargo, fue enviado a una cuarentena de cinco días en un hotel, justo después de bajar del avión en Indonesia. Reservó su vuelo de regreso a China para el 22 de junio a la ciudad de Nanning, ubicada en la provincia de Guangxi.
Según Zhang, ahora se exige que dos días antes de regresar a China, las personas tengan que ir a dos hospitales designados por la aerolínea para realizar una doble prueba del virus. Si los resultados cumplen los requisitos, tienen que subirlos al sitio web de la embajada china y presentar varios datos necesarios para obtener un código QR de salud verde antes de cualquier vuelo a China.
Zhang fue probado el 20 de junio y subió los resultados a la web, solicitando un código de salud verde el 21 de junio.
“A pesar de haber enviado todos los materiales, recibí un código rojo, lo que significa que no me podía devolver China”, dijo Zhang.
El 22 de junio, Zhang llamó a la embajada de China y recibió una respuesta que le decía que debía hacer una cuarentena en Indonesia durante 14 días antes de poder regresar a China. Luego tuvo que cambiar su boleto de avión al 29 de junio.
El 28 de junio sus pruebas para el COVID volvieron a salir negativas. Sin embargo, cuando solicitó el código de salud verde, todavía obtuvo un código rojo. La razón que le dio la embajada fue que debería ser examinado nuevamente una semana después.
Mientras tanto, los vuelos Indonesia-China estaban siendo cancelados por el régimen.
“El 27 de junio cancelaron tres vuelos. Como resultado, más de 100 chinos quedaron varados en el aeropuerto ese día. Todos se sintieron muy mal. La cancelación fue tan repentina. El pánico se apoderó de mí en ese momento”, dijo Zhang.
Zhang volvió a llamar a la embajada china y preguntó por qué no podía regresar a China. La respuesta proporcionada por la embajada fue que debido al aumento de COVID-19 en Indonesia, la embajada había endurecido la política para que los chinos regresaran.
Por precaución, Zhang volvió a reservar en dos vuelos: uno para Nanning el 6 de julio y el otro para Fuzhou el 8 de julio. En caso de que uno de los vuelos fuera cancelado, aún podría subir al otro. Finalmente abordó el avión el 6 de julio y actualmente se encuentra en cuarentena de 21 días en un hotel en Nanning.
Dijo que después de regresar a Foshan desde Nanning, tendría que someterse a aislamiento en su casa durante siete días. Será agosto cuando pueda volver a trabajar con normalidad. El viaje de negocios de tres días terminó durando dos meses. Los vuelos y las cuarentenas cuestan 46,000 yuanes (USD 7600). Afortunadamente para él, los gastos fueron asumidos por su empresa, dijo.
Zhang también reveló que el vuelo que tomó el 6 de julio a China resultó ser el último. Desde el 8 de julio, todos los vuelos de regreso a China se han interrumpido temporalmente. Se desconoce cuándo se reanudarán. «El pueblo chino varado allí tiene pocas esperanzas de volver a casa», dijo.
A pesar de que el virus del PCCh se originó en Wuhan, el régimen comunista ha intentado echar la culpa del brote a otras naciones. Ahora culpa a los viajeros por traer las variantes del virus a China.
Durante el brote en Wuhan, el año pasado, y en la India, a fines de abril de este año, otros países intentaron ayudar a sus ciudadanos a regresar a casa. Por el contrario, el régimen chino tomó medidas para evitar que los chinos en otras naciones y los estudiantes chinos en el extranjero regresen a su país.
La embajada de China en Estados Unidos publicó la política del PCCh, junto a un extenso artículo, para explicarla en su sitio web oficial en chino, pidiendo a los chinos de ultramar que no regresen a China. Dice «no viajar a menos que sea esencial o urgente». También dijeron: Vamos a «construir una gran muralla de acero para evitar la importación extranjera y el resurgimiento del virus a nivel nacional». Las autoridades chinas también dijeron a los expatriados que «piensen en el bien mayor del país en lugar del bienestar personal» en el sitio web.
Hasta ahora, las vacunas chinas no han sido aprobadas para su uso por Estados Unidos y la Unión Europea. Las vacunas chinas también están excluidas del programa de pases de vacunación digital de la UE. El régimen ha anunciado medidas de represalia, denegando la entrada a los viajeros que no hayan sido inoculados con vacunas chinas, no reconociendo la vacunación con vacunas no chinas. Las medidas han impedido a muchos ciudadanos chinos en el extranjero regresar al país.
Gu Xiaohua y Li Jing contribuyeron al artículo.
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