El rey de Arabia Saudita, Salmán bin Abdulaziz, llamó al presidente Donald Trump para expresarle sus condolencias por el tiroteo en la base aérea naval de los Estados Unidos en Pensacola, Florida, cuando se dio a conocer que las autoridades sauditas están investigando si el tirador -un miembro de su fuerza aérea- se unió a las fuerzas radicales durante un viaje de regreso al país, según funcionarios saudíes.
Trump anunció el sábado que los líderes saudíes manifestaron que se sentían devastados por el fatal tiroteo del 6 de diciembre, que se cobró la vida de tres personas.
«El rey está comprometido en el cuidado de las familias y los seres queridos», dijo Trump después de su llamada telefónica. » Se lo sintió fuerte. Está muy, muy devastado por lo sucedido y lo que ocurrió. Del mismo modo, el Príncipe Heredero (Mohammed bin Salman)».
Los líderes saudíes «están devastados por lo que sucedió en Pensacola. Creo que van a ayudar mucho a las familias», agregó Trump.
El tirador, Mohammed Alshamrani de 21 años, fue identificado por el FBI como un oficial de aviación de la Fuerza Aérea Saudita, que estaba entrenando en la Estación Aérea Naval (NAS) Pensacola. Alshamrani era un estudiante oficial de vuelo naval del Comando de las Escuelas de Aviación Naval.
Él abrió fuego en un aula de la base militar estadounidense el viernes en la mañana con una pistola Glock 45 de 9 mm que obtuvo legalmente en los Estados Unidos antes de que las autoridades le dispararan a muerte. Asesinó a tres personas e hirió a dos policías, uno en el brazo y otro en la rodilla, antes de que uno de ellos lo matara. Otros ocho también resultaron heridos. Se espera que ambos policías sobrevivan.
Se está investigando si el tiroteo hace parte de acto terrorista, anunció el FBI el 8 de diciembre.
Rachel Rojas, la agente especial a cargo de la Oficina de Campo del FBI en Jacksonville, dijo en una rueda de prensa que los investigadores están analizando el caso con «la presunción de que se trató de un acto de terrorismo».
Designarla de esa manera «nos permitirá aprovechar las técnicas de investigación que nos pueden ayudar a identificar más rápidamente [la razón de lo sucedido] y posteriormente eliminar cualquier amenaza para nuestra comunidad», dijo.
«En este momento nuestro principal objetivo es confirmar si actuó solo o si era parte de una red más grande», dijo Rojas.
En un intento por identificar el motivo del tirador, los investigadores están entrevistando a sus amigos, compañeros de clase y relacionados, así como al personal de la base de Pensacola y a los testigos, reportó The Wall Street Journal (WSJ).
Rojas agregó que no hay señales que apunten a que exista una amenaza adicional inmediata para la comunidad. Mientras tanto, todos los estudiantes saudíes en la base de Pensacola fueron restringidos de las instalaciones como parte de la investigación, agregó.
El entrenamiento de Alshamrani era financiado por el gobierno saudí, y estaba vinculado a la venta de equipo militar estadounidense en Arabia Saudita, informó WSJ. Antes del fatal ataque, el joven de 21 años no era sospechoso de ninguna actividad extremista o criminal, dijeron las autoridades saudíes.
Los funcionarios saudíes están tratando de averiguar cómo pasaba el tiempo el tirador, y con quién estuvo en contacto cuando visitó Arabia Saudita, antes de regresar a Estados Unidos para recibir entrenamiento en febrero de 2019.
Días antes del tiroteo, Alshamrani organizó una cena en la que él y otros tres estudiantes de aviación saudíes vieron videos de tiroteos masivos, dijo una persona que recibió información sobre la investigación el 7 de diciembre.
El SITE Intelligence Group, una organización que rastrea a los grupos militantes identificó una cuenta de Twitter que supuestamente pertenecía a Alshamrani. La información que contenía, ahora suspendida, incluía mensajes que culpaban a Estados Unidos de «crímenes no solo contra los musulmanes sino también contra la humanidad».
Una cuenta de Twitter que supuestamente pertenecía a Alshamrani fue identificada por el SITE Intelligence Group, una organización que rastrea a los grupos militantes. Encontró que el relato, ahora suspendido, contenía mensajes que culpaban a Estados Unidos de «crímenes no solo contra los musulmanes sino también contra la humanidad».
El asesor de seguridad nacional Robert O’Brien, en una entrevista sobre el programa de CBS «Face the Nation» (De cara a la nación) del 8 de diciembre, dijo que «al parece fue un ataque terrorista», haciendo eco a los comentarios de Rojas. «No quiero prejuzgar la investigación, pero parece que se trata de alguien que se radicalizó, ya sea aquí o no, o no está claro si tiene algún otro vínculo con otras organizaciones», dijo O’Brien.
Por su parte, el secretario de Defensa Mark Esper, en declaraciones a Fox News el 8 de diciembre, dijo que no estaba seguro si el tiroteo fue un acto de terrorismo.
«Todavía no sé. Creo que por eso es importante permitir que la investigación continúe, para entender exactamente qué estaba haciendo y por qué», dijo, y agregó que pidió a los funcionarios que «comiencen a revisar los procedimientos de selección de los extranjeros que entran a Estados Unidos». Al mismo tiempo, enfatizó la necesidad de mantener programas en los que personas extranjeras vengan a entrenar con las fuerzas estadounidenses.
Las tres víctimas de los tiroteos eran estadounidenses, la Marina confirmó a: el subteniente Joshua Kaleb Watson, de 23 años de edad, de Coffee County, Alabama; el aviador Mohammed Sameh Haitham, de 19 años de edad, de San Petersburgo, Florida; y el aprendiz de aviador Cameron Scott Walters, de 21 años, de Richmond Hill, Georgia.
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