FOUNTAIN HILLS, Arizona —Para millones de sus admiradores conservadores, el sheriff Joe Arpaio es una especie de leyenda viviente, aunque sus detractores lo consideran un ejecutor de la ley de mano dura.
Tanto si lo ama como si lo odia, Arpaio es una influyente personalidad —incluso a la edad de 89 años— que tiene fuertes opiniones sobre el rumbo de Estados Unidos.
No tiene buena pinta, dice.
Pero la «leyenda estadounidense» dice que no tiene intención de desaparecer en un momento de necesidad.
El hecho de que se haya mantenido firme en los temas importantes de la actualidad no ha hecho más que reforzar su popularidad, al parecer. Sigue siendo duro con el crimen —y con los criminales— independientemente de quiénes sean en la vida. Al fin y al cabo, así es como se ganó el apodo de «El sheriff más duro de Estados Unidos».
«Los medios de comunicación me dieron ese nombre», dice Arpaio con una sonrisa al hablar con The Epoch Times el 18 de octubre. «Luego, escribí un libro [Sheriff Joe Arpaio: una leyenda estadounidense]. No me importa [el apodo]. Pero si me llaman ‘el sheriff más malo de Estados Unidos’, no me gustaría. Si me llaman ‘El sheriff más amable de Estados Unidos’, tampoco me gustaría».
Orgulloso de su herencia italiana, también se ha ganado el título de «Padrino de buen corazón de Estados Unidos», pero no le importa.
No hace falta decir que Arpaio sigue sin remordimientos por sus controvertidos métodos siendo el principal combatiente del crimen de Estados Unidos.
Como sheriff del condado de Maricopa, Arizona, instituyó las cuadrillas de presos encadenado para hombres y mujeres. Luego construyó la tristemente célebre «ciudad de las tiendas» para albergar a algunos de los peores delincuentes del país. Incluso empezó a distribuir ropa interior rosa a los delincuentes para evitar el robo de la blanca.
No se deja intimidar por las críticas a su postura dura sobre la inmigración ilegal. La crisis de la frontera sur bajo el mandato del presidente Joe Biden es una justificación en sí misma, dice.
De hecho, Arpaio, que fue sheriff desde 1993 hasta su derrota electoral en 2016, tiene pocas palabras amables para decir sobre Biden, o su predecesor demócrata Barack Obama. Pero no se rebajará a «hablar mal» de ellos, ni de ningún otro oponente político.
Sin embargo, mostrará con orgullo su certificado de nacimiento para demostrar que nació en Springfield, Massachusetts, el 14 de junio de 1932.
Incluso hoy, Arpaio cuestiona la autenticidad de los documentos de nacimiento de Obama. Se llevó una gran cantidad de críticas por ello, después de que lanzara una investigación sobre el estatus legal de Obama mientras estaba en el cargo.
«Nunca hay que dar nada por sentado en política», dice Arpaio que ha aprendido después de casi cuatro décadas en la aplicación de la ley. «Pero déjame decirte esto: soy muy conocido en este universo».
Eso también es evidente.
Al reunirse con Arpaio por primera vez en su oficina en Fountain Hills, Arizona, uno queda instantáneamente sorprendido por la vasta extensión del universo mediático de Arpaio.
Colgadas en una pared hay hileras de fotos autografiadas de Arpaio posando con los pasados presidentes republicanos George W. Bush, su «héroe» Donald Trump, y otros notables del GOP.
En otras paredes hay artículos de primera página de periódicos y revistas, enmarcados en vidrio, que describen a Arpaio como el principal ejecutor de la ley de Estados Unidos.
Sin embargo, el hombre —la propia leyenda estadounidense— parece mayor estos días, y más delgado. Hoy es lunes, 18 de octubre, y lleva una chaqueta azul y una camisa informal azul claro con pantalones. Está sentado en un gran escritorio con la placa de «Sheriff Joe Arpaio» en el frente.
Como expolicía del condado de Maricopa, Arpaio dice que siente que todavía tiene un trabajo que hacer, algo vital y personal.
Ese algo es una necesidad básica de devolver a la ciudad que lo adoptó Fountain Hills, de 25,000 habitantes, después de vivir, y servir, en la comunidad como sheriff durante tantos años.
Sin embargo, Arpaio dice que no tiene dudas en cuanto a su futuro político: quiere convertirse en el alcalde más duro de Estados Unidos en Fountain Hills.
Lo dice con tanta convicción que casi parece un hecho.
La secretaria municipal de Fountain Hills, Elizabeth Klein, dijo que hasta el 19 de octubre solo dos candidatos han presentado documentos de interés en la carrera por la alcaldía no partidista del 2 de agosto: Arpaio, y su oponente, Kelly Smith. El alcalde Ginny Dickey no ha presentado documentos todavía.
Cada candidato necesita 324 firmas en una petición para convertirse en un candidato viable, dijo Klein.
Como alcalde, Arpaio dice que se enfocará en los negocios.
Va a avivar la economía local a través de los viajes y el turismo, y para ello trabajará para crear una asociación viable con el casino cercano.
«Soy un gran defensor de las pequeñas empresas», dice Arpaio, que dirigió un exitoso negocio de viajes con Ava, su esposa y mejor amiga durante 62 años. Ella falleció en agosto.
Arpaio dice que confía en que tiene el apoyo de los votantes conservadores de Fountain Hills, que apoyan a los policías y a la inmigración legal. Es muy reconocido por lo que puede ganar en las elecciones del próximo año, dice.
Durante sus 38 años de carrera como agente federal de alto rango en la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos, Arpaio hizo cumplir las leyes fronterizas como funcionario principal en Texas, Arizona, América Central y del Sur, y México.
Pasó 24 años en la frontera como sheriff del condado de Maricopa, el más poblado de Arizona. También fue policía en las calles de Washington, D.C., y en Las Vegas.
Mientras trabajaba en Las Vegas, Arpaio tuvo la rara distinción de detener a Elvis Presley, que fue sorprendido manejando a toda velocidad en una motocicleta Harley Davidson con una rubia no identificada.
En cuanto a la inmigración ilegal, Arpaio dice que planea hacer una firma de libros en la frontera entre Estados Unidos y México en Nogales, Arizona, para que la gente pueda «aprender la verdad sobre la inmigración».
«Ya no tengo una placa y una pistola. Tengo esto», dice Arpaio, sosteniendo su libro como un ministro detrás de su púlpito.
«He sido muy polémico incluso antes de la inmigración ilegal», añade Arpaio, aunque está orgulloso de ello.
Como «sheriff de la igualdad de oportunidades», Arpaio ha detenido a personas de todos los partidos y de todas las tendencias políticas.
«Te diré lo que realmente me molesta. No voy a decir que lo siento», dice Arpaio. «Ahora, tenemos un presidente de Estados Unidos que es eximido. Obama es eximido».
«Sigo hablando del certificado de nacimiento. Creo que estaban preocupados por el certificado de nacimiento».
Arpaio dice que lo más probable es que la investigación sobre el certificado de nacimiento haya arruinado su candidatura a la reelección como sheriff. Con toda seguridad, provocó que el multimillonario globalista George Soros aportara 3 millones de dólares para ayudar a sellar la derrota electoral de Arpaio en 2016, argumenta.
En 2018, Arpaio fue derrotado en una candidatura al Senado de Estados Unidos. Luego perdió las elecciones primarias de agosto de 2020 para sheriff del condado de Maricopa en las elecciones primarias, esperando recuperar su antigua posición.
Pero todo se mueve en la política. No es diferente con el sheriff más duro de Estados Unidos.
Arpaio ve su controvertido pasado como una maldición política, y una bendición.
«Es extraño. La gente se me acerca ahora (para ofrecerme su apoyo) más que cuando era sheriff. No me lo explico».
Una cosa que sabe con certeza, es que es «probablemente el mejor político de la historia».
«¿Sabes por qué? Todo el mundo dice que no soy un político», dice Arpaio, sonriendo.
Los adversarios políticos «me temen», dice, «porque digo que voy a hacer algo y lo voy a hacer».
«Lo que falta en mi vida es el resto de la historia», dice Arpaio con una certeza que indica que todavía la está escribiendo.
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