PALM BEACH, Florida— El expresidente Donald Trump advirtió el 4 de abril que Estados Unidos se hundió al nivel de la «exUnión Soviética». Trump hizo estas declaraciones durante un discurso en el salón de su finca de Mar-a-Lago, en Palm Beach, después de declararse inocente de los cargos por delitos graves presentados en su contra por los fiscales de Nueva York.
«Yo nunca pensé que algo así pudiera ocurrir en Estados Unidos», dijo Trump, entre los vítores de un público de unas 500 personas, que asistieron solo con invitación unas dos horas después de regresar de Manhattan.
«El único delito que he cometido es defender ferozmente a nuestra nación», dijo el expresidente.
La imputación de 34 cargos contra Trump, de parte del fiscal Bragg, fue hecha pública el martes durante una lectura de cargos que le acusan de falsificar registros comerciales. Cada cargo es un delito grave y cada uno conlleva una sentencia de uno a cinco años de prisión.
Los cargos están relacionados con el pago por parte del exabogado de Trump, Michael Cohen, de 130,000 dólares a la actriz de cine para adultos Stormy Daniels, para evitar que hiciera pública una supuesta aventura que tuvo con Trump, quien niega este hecho. El pago se realizó semanas antes de las elecciones presidenciales de 2016. Los fiscales de Nueva York alegan que el expresidente ordenó a Cohen que pagara a Daniels y luego disfrazó ilegalmente este pago de un anticipo mensual por servicios legales, una violación de las leyes electorales estatales y federales.
En su discurso, Trump mantuvo su inocencia, diciendo que Bragg no tiene «ningún caso» contra él.
«Resulta que todos los que han analizado este caso, incluidos los RINO, e incluso los demócratas acérrimos, dicen que no hay delito y que esto nunca debería haberse presentado. Nunca debería haberse presentado».
«Esto es un insulto a nuestro país», añadió Trump, «y el mundo ya se está riendo de nosotros».
También alegó que Bragg es un «criminal», citando las filtraciones de la imputación contra él antes de la lectura de cargos.
«Como mínimo, debería dimitir», dijo Trump, provocando quizá los vítores más sonoros durante el discurso de 20 minutos del expresidente.
Los republicanos y los analistas dicen que la medida sin precedentes de acusar a un expresidente sitúa a Trump como un mártir y representa un punto de inflexión en el país, donde el sistema legal puede ser utilizado como arma contra los oponentes políticos.
Trump compartió esta opinión, describiendo el caso de Bragg, junto con varias otras investigaciones penales y civiles en su contra, como una «interferencia electoral masiva a una escala nunca antes vista en nuestro país».
«Ellos no pueden vencernos en las urnas. Así que intentan vencernos a través de la ley», dijo el exmandatario.
En la mañana, Trump se entregó voluntariamente en la oficina de Bragg tras viajar en caravana por la ciudad donde creció y se hizo un nombre en el sector inmobiliario.
Al mismo tiempo, partidarios y detractores del expresidente se manifestaron ante las puertas del tribunal de Manhattan.
Trump habla de las otras investigaciones
El discurso de Trump hizo un repaso a la lista de investigaciones pasadas y presentes dirigidas contra él.
«Desde el principio, los demócratas espiaron mi campaña», dijo el expresidente.
También se refirió a la supresión de la historia del portátil de Hunter Biden, antes de las elecciones presidenciales de 2020, diciendo que podría haber marcado la diferencia en esa carrera.
«Ellos realmente han redoblado sus esfuerzos acusando al 45º presidente de Estados Unidos», declaró entre los aplausos del público.
El excomandante en jefe de Estados Unidos también habló del allanamiento de Mar-a-Lago en 2022, por parte del FBI.
«Fuimos objeto de una redada por muchos agentes del FBI armados que se llevaron todo lo que quisieron», dijo Trump.
Además, llamó la atención sobre la campaña de Bragg para el puesto de fiscal del distrito, en la que la persecución del expresidente fue un tema central.
Bragg «hizo campaña sobre el hecho de que atraparía al presidente Trump».
También describió al magistrado de su caso actual, Juan Merchan, como un «juez que odia a Trump», indicando que la hija de Merchan trabajó en la campaña presidencial de 2020 de la vicepresidenta Kamala Harris.
El expresidente también mencionó la demanda civil de la fiscal general de Nueva York, Letitia James, dirigida contra Trump y su familia, argumentando que sus evidencias desmentirían sus acusaciones de que sus registros financieros fueron falsificados.
«Ella ha hecho pasar a nuestra familia por un infierno», dijo Trump, añadiendo que «mantenemos nuestras cabezas muy, muy en alto».
Decadencia estadounidense
Trump se detuvo en lo que caracterizó como un amplio declive de Estados Unidos bajo la presidencia de Joe Biden.
«Ahora somos una nación fracasada. Somos una nación en decadencia, y ahora estos lunáticos de la izquierda radical quieren interferir en nuestras elecciones utilizando a las fuerzas del orden. Nosotros no podemos permitirlo», afirmó el expresidente.
La guerra entre Rusia y Ucrania no se habría producido si él hubiera estado al mando, agregó Trump. También aludió a las amenazas de Rusia de utilizar armas nucleares en medio de la guerra, lo que «podría muy bien conducir, bajo el liderazgo de la administración Biden, a una tercera guerra mundial nuclear total».
Trump advirtió entonces de que el dólar estadounidense podría dejar pronto de ser la moneda de reserva mundial.
«Ahora mismo Estados Unidos es un desastre», dijo a continuación. «Nuestra economía se está estrellando, la inflación está fuera de control.
«Rusia se ha unido a China, ¿pueden creerlo? Arabia Saudita se ha unido a Irán. China, Rusia, Irán y Corea del Norte formaron juntos una coalición amenazadora y destructiva [que] nunca habría ocurrido si yo hubiera sido vuestro presidente».
El expresidente terminó su discurso con una nota optimista.
«Dicho todo esto, y con una nube muy oscura sobre nuestro amado país, no tengo ninguna duda, sin embargo, de que Haremos Estados Unidos Grande de Nuevo», declaró Trump entre vítores de su audiencia.
Los aliados apoyan a Trump
Dentro del salón de baile de Mar-a-Lago, la energía era alta entre los partidarios que apoyaban al asediado candidato presidencial.
La diputada Majorie Taylor Greene ( R-Ga.), una firme aliada de Trump que en la mañana se presentó en una concentración ante el juzgado de Manhattan para denunciar la acusación, dijo que «definitivamente» prefiere estar en Mar-a-Lago que en la ciudad de Nueva York.
«Yo creo que fue absolutamente preciso en todo lo que dijo», declaró Greene a The Epoch Times tras el discurso de Trump. «Lo que él está hablando es cierto y todos los estadounidenses lo saben. Este es un día triste en Estados Unidos».
«Estamos viendo cómo la guerra judicial se convierte en un arma para detener a un oponente político. Esto es una injusticia».
Greene lamentó que «si esto es la nueva normalidad, América está acabada».
La legisladora georgiana indicó que aún no ha hablado con Trump, pero señaló que ellos hablarían más tarde. No obstante, pidió a todos los políticos y candidatos republicanos que «den un paso al frente y apoyen» al expresidente. Ellos se beneficiaron de él, dijo la congresista, por lo que ahora deben «salir y apoyarlo».
Sobre Trump, la candidata a gobernadora de Arizona, Kari Lake, otra aliada de larga data, declaró a The Epoch Times: «Yo amo al hombre por lo que ha hecho. Los enemigos que tiene son también los enemigos de Estados Unidos».
Lake reiteró el llamado de Greene para que los partidarios se unan detrás del expresidente.
«Muestren el apoyo local al presidente Trump —lleven su sombrero MAGA. Este es nuestro momento para hablar y apoyar a nuestro país».
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