Elecciones y fútbol mantienen en vilo a millones de mexicanos que en unas horas transitarán de acudir a las urnas a apoyar a su selección cuando enfrente el lunes a Brasil en la Copa Mundial de Rusia 2018.
No puede haber mayor mezcla de distracción y motivación para un país que vive con pasión tanto las elecciones del domingo como los partidos del Mundial con la posibilidad de que el «Tri» llegue a cuartos de final si el lunes vence a Brasil.
La coincidencia de fechas de la votación presidencial de México con la Copa del Mundo de fútbol, la segunda en el último medio siglo, es vista tanto como una distracción como un potencial impulso anímico a favor de algún candidato.
Durante la campaña, la autoridad electoral ajustó la hora de un debate presidencial para no competir por la audiencia con la final del fútbol mexicano, que se jugó primero y superó fácilmente sus 12 millones de espectadores.
Esto no se puede administrar en una Copa del Mundo aunque el árbitro electoral se mantuvo atento al sorteo de Rusia 2018 ante la posibilidad de que «el Tri» jugase el mismo día de las votaciones presidenciales este 1 de julio.
Finalmente, México se clasificó en el grupo F y los resultados y combinaciones lo han puesto en un cara a cara con Brasil en un partido que se jugará a las 09.00 horas locales (14.00 GMT), tan solo 13 horas después de cerrar las mesas de votación y un poco antes de que el Instituto Nacional Electoral (INE) anuncie oficialmente el ganador de la elección presidencial.
Aunque el domingo no juega México, el día de la votación se juegan dos partidos, Rusia-España y Dinamarca-Croacia que para muchos mexicanos constituye suficiente atractivo como para elegir el momento de ir a votar en función del horario de ambos encuentros.
Si el domingo, los ciudadanos podrán dividir su voto entre los cuatro candidatos a la Presidencia de México, el lunes, mientras asimilan los resultados, apoyarán a su equipo nacional al unísono del «¡Vamos, muchachos!» y el «Cielito Lindo».
Un total de 89,1 millones de mexicanos están llamados para votar por 3.406 cargos públicos, incluido al presidente del país, y las autoridades electorales han ofrecido tener en el menor tiempo posible una tendencia de los resultados.
En este panorama, «el Tri» disputará con Brasil los octavos de final de la Copa Mundial de Rusia 2018, todo un enorme reto ya que para México constituye un muro deportivo difícil de superar en su historia llegar a los cuartos de final.
Una Copa del Mundo y elecciones presidenciales en México no es un coincidencia frecuente y en los últimos 50 años esta es la segunda ocasión, tras haber ocurrido en el Mundial de Alemania 2006 celebrada del 9 de junio al 9 de julio.
Curiosamente, en el Mundial de Alemania 2006 no se tenían programados partidos para el 2 de julio, el día de las votaciones mexicanas que ganó Enrique Peña Nieto.
En 1970, México organizó la Copa del Mundo de fútbol del 31 de mayo al 21 de junio y el 5 de julio del mismo año, solo 14 días después de que Brasil ganó la Copa Jules Rimet, Luis Echeverría fue elegido presidente del país
El Mundial de España 1982 se jugó sin México, que ese mismo año se decantó a favor del presidente Miguel de La Madrid; en 1994, la Copa del Mundo de Estados Unidos llegó a su fin el 17 de julio, casi un mes antes de los comicios mexicanos del 21 de agosto ganados por Ernesto Zedillo.
Para este domingo electoral y el lunes de fútbol, lo único seguro hasta el momento es que ni los jugadores, ni el cuerpo técnico, así como directivos y casi 5.000 mexicanos que están en Rusia 2018, llegarán a tiempo para votar.
A Rusia 2018 han acudido unos 30.000 mexicanos de acuerdo con datos de las oficinas de turismo, pero 25.000 de ellos viven en Estados Unidos, por lo que si se registraron, enviaron su voto por correo antes de viajar a disfrutar del Mundial.
Los mexicanos elegirán a su nuevo presidente entre el conservador Ricardo Anaya, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, el oficialista José Antonio Meade y el independiente Jaime Rodríguez Calderón, llamado «el Bronco».
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