Elon Musk dijo el martes que renunciará como CEO de Twitter, pero seguirá involucrado en las operaciones cuando logre encontrar un reemplazo adecuado.
«¡Yo dimitiré como CEO tan pronto como encuentre a alguien lo suficientemente loco como para aceptar el trabajo! Después de eso, me limitaré a dirigir los equipos de software y servidores», dijo Musk en Twitter.
Should I step down as head of Twitter? I will abide by the results of this poll.
— Elon Musk (@elonmusk) December 18, 2022
El 18 de diciembre, Musk publicó una encuesta en la que preguntaba si debía abandonar el cargo a menos de dos meses después de comprar la red social, y prometió que acataría los resultados.
El recuento final mostró que el 57.5 % votó a favor de la salida de Musk. Los fans de Musk señalaron que la encuesta podría haber atraído a bots para votar «sí».
Musk, que no dio más detalles sobre sus comentarios de que un candidato adecuado sería «loco» si aceptara el cargo, ha sido atacado regularmente por los medios de comunicación, periodistas y políticos de izquierda.
Twitter Files
Desde que asumió el cargo a fines de octubre, Musk ha respaldado a una selección de periodistas independientes para que accedan e informen sobre los registros internos de la compañía. Estos contienen discusiones que describen el panorama de una maquinaria de censura que colaboró con agencias gubernamentales para restringir material, especialmente los de cuentas con tendencia conservadora.
Musk concedió acceso a un conjunto de documentos a varias personas —el periodista de investigación Matt Taibbi, la periodista Bari Weiss, el escritor Michael Shellenberger y el periodista Lee Fang— quienes los han ido publicando por partes bajo el nombre de «Twitter Files» (Archivos de Twitter).
La serie de informes, posteados primero en Twitter, se han centrado en las herramientas de censura de Twitter, la supresión de la historia del portátil Hunter Biden del New York Post, la eliminación de la plataforma del expresidente Donald Trump, sobre cómo los ejecutivos de Twitter trabajaron con el FBI y la Comunidad de Inteligencia para censurar a los usuarios, y sobre cómo la plataforma ayudó a las operaciones de influencia del ejército estadounidense.
A cualquier nuevo CEO «le tiene que gustar mucho sufrir»
Antes de que se cerrara la encuesta, Musk respondió a varios mensajes sobre su posible salida del puesto.
«La cuestión no es encontrar un CEO, la cuestión es encontrar un CEO que pueda mantener Twitter vivo», respondió Musk a un usuario que sugirió que debía contratar a un nuevo CEO.
En respuesta al presentador de podcast, Lex Fridman, que se ofreció a hacer el trabajo, Musk dijo que a cualquier nuevo CEO de Twitter «le tiene que gustar mucho sufrir». Un inconveniente: uno ha tenido que invertir los ahorros de su vida en Twitter y estos se han ido por la vía rápida hacia la bancarrota desde mayo. ¿Aún quiere el trabajo?».
El mes pasado, Musk declaró ante una corte de Delaware que reduciría su tiempo en Twitter y que acabaría encontrando a otra persona que le sustituyera como jefe.
Con la colaboración de Tom Omizek.
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