Los líderes europeos están reaccionando ante la creciente presencia del multimillonario empresario tecnológico Elon Musk en los debates políticos europeos.
Musk, el hombre más rico del mundo, ha aumentado sustancialmente su influencia política en los últimos años. Desde que compró Twitter en 2022, ha conseguido un potente megáfono y ha dado la bienvenida a muchas voces disidentes que alguna vez estuvieron marginadas en la plataforma de redes sociales, rebautizada como X.
Extendió su influencia en una dirección política más explícita durante el ciclo electoral estadounidense de 2024, aportando dinero a un comité de acción política que apoya la Constitución de Estados Unidos.
Tras respaldar al presidente electo Donald Trump en la exitosa campaña de 2024 del que pronto será el 47º presidente, Musk ha empezado a poner a prueba su influencia al otro lado del Atlántico.
Pocos días después de las elecciones estadounidenses, Musk pidió la destitución de los jueces italianos que se opusieron al plan de la primera ministra Giorgia Meloni de disuadir la llegada de inmigrantes ilegales mediante detenciones en Albania. Días después, Musk criticó la forma en que el Parlamento Europeo y la Comisión Europea se reparten las responsabilidades, así como el proceso de elección de la comisión.
Las incursiones de Musk en asuntos políticos europeos se han hecho más frecuentes y polémicas en las últimas semanas.
Musk apoya cada vez más al partido de derechas Alternativa para Alemania (AfD). En un artículo de opinión publicado el 28 de diciembre de 2024 en el diario alemán Welt am Sonntag, Musk calificó a la AfD de «última chispa de esperanza» para Alemania.
La AfD se ha defendido de las acusaciones de extremismo y recientemente expulsó a miembros del partido acusados de participar en un complot militante para derrocar al actual gobierno alemán.
Musk también defendió a la AfD de las acusaciones de extremismo en su artículo de opinión del 28 de diciembre.
«Retratar a la AfD como ultraderechista es claramente falso», escribió.
El apoyo de Musk a la AfD ha arrastrado al debate al canciller alemán, Olaf Scholz, y al vicepresidente electo de Estados Unidos, J.D. Vance. En una entrevista con la revista alemana de noticias Stern, Scholz expresó su alarma por la afinidad de Musk con el partido, que según él busca mejorar las relaciones con Rusia y amenaza las relaciones transatlánticas.
«No voy a apoyar a un partido en las elecciones alemanas, ya que no es mi país y esperamos tener buenas relaciones con todos los alemanes. Pero este es un artículo interesante», dijo Vance en un posteo en las redes sociales el 2 de enero en referencia al artículo de opinión de Musk en el Welt am Sonntag defendiendo a la AfD.
Más allá de Alemania, Musk se ha pronunciado recientemente sobre la preocupación en el Reino Unido por la prevalencia de bandas pakistaníes que cometen agresiones sexuales y captan a menores. En los últimos días, Musk ha atacado repetidamente al primer ministro británico, Keir Starmer, acusándolo de no haber abordado adecuadamente el problema mientras ocupaba el cargo de director de la fiscalía.
En una rueda de prensa celebrada el 6 de enero, Starmer defendió su trayectoria como fiscal y prometió que su gobierno seguiría apoyando a las víctimas de abusos sexuales a menores. Dijo que acogía con satisfacción el diálogo sobre el tema, pero insistió en que no toleraría «discusiones y debates basados en mentiras».
Una influencia externa
Nigel Farage, diputado del Reino Unido y líder del partido populista de derecha Reform UK Party, dijo el mes pasado que había hablado de aceptar una donación de Musk.
El Reino Unido tiene restricciones sobre las donaciones de campaña, limitando las contribuciones a votantes británicos o empresas registradas en Gran Bretaña. La plataforma de medios sociales X tiene una oficina en el Reino Unido que podría abrir una vía para que Musk apoye al partido de Farage.
El portavoz de Starmer, Dave Pares, ha dicho que el Partido Laborista británico quiere «reforzar las salvaguardias existentes» contra las «donaciones por poder no permitidas».
Otros líderes europeos también han empezado a expresar su preocupación por la influencia política extranjera.
«¿Quién podría haber imaginado, hace 10 años, que el propietario de una de las redes sociales más grandes del mundo intervendría directamente en las elecciones, incluso en Alemania?», dijo el presidente francés, Emmanuel Macron, el 6 de enero.
Ese mismo día, el primer ministro noruego, Jonas Gahr Støre, abogó por limitar la influencia política de Musk a Estados Unidos.
«Me parece preocupante que un hombre con un enorme acceso a las redes sociales y vastos recursos financieros esté tan directamente involucrado en los asuntos internos de otros países», dijo Støre a la emisora estatal noruega NRK.
«Así no deberían ser las cosas entre democracias y aliados».
Støre dirige actualmente un gobierno de coalición en minoría con un futuro incierto. El líder noruego se ha enfrentado a peticiones de dimisión y ha admitido su frustración por las malas encuestas de cara a las elecciones noruegas de septiembre.
Macron y Scholz también están en la cuerda floja.
El mes pasado, el Parlamento francés destituyó al primer ministro Michel Barnier en una moción de censura, poniendo fin a su mandato después de solo tres meses. Desde entonces, Macron ha declarado que su decisión de convocar elecciones anticipadas en junio de 2024 parece haber sido contraproducente.
Scholz también perdió un voto de confianza el mes pasado, y Alemania está ahora programada para celebrar nuevas elecciones el 23 de febrero.
Jacob Reynolds, responsable de política del think tank político europeo MCC Brussels, dijo que no es coincidencia que líderes como Scholz, Macron y Støre estén entre los que más se oponen a la reciente incursión de Musk en la política europea.
«Reconocen que las narrativas que han utilizado para legitimarse durante la última década, o más, han sido seriamente cuestionadas. Y de un país europeo a otro, los votantes están rechazando ese tipo de formas manidas de hacer las cosas y la política del establishment», dijo Reynolds en una entrevista telefónica con The Epoch Times.
Aunque hay diferencias entre los debates políticos de Estados Unidos y Europa, Reynolds dijo que los europeos no deberían descartar a Musk simplemente porque es un forastero. Reynolds señaló que a ambos lados del Atlántico han surgido preocupaciones similares sobre la inmigración, la política medioambiental y el estancamiento económico.
«Por eso el populismo en todo el mundo occidental comparte muchos rasgos similares. Así que no es de extrañar que, si formaras parte del tipo de revolución del movimiento populista MAGA en Estados Unidos, miraras a Europa y pensaras: ‘Oye, tenemos una causa común con esta gente'», dijo.
Los líderes europeos que se oponen a la influencia de Musk podrían tener que preocuparse por ofender a un aliado clave de Trump, mientras el presidente electo prepara su regreso a la Casa Blanca. Reynolds dijo que estos líderes europeos tienen cierto margen para criticar a Musk, pero pueden estar preguntándose: «¿Cómo hacemos esto de tal manera que no arruine en cierto modo las relaciones con la futura administración Trump?».
Una asociación incómoda
Aunque los movimientos conservadores y populistas de toda Europa podrían apreciar que Musk eleve su mensaje, puede que no sea una asociación fácil.
Aunque Musk se había mostrado relativamente amistoso con Farage en las últimas semanas, su relación desapareció cuando Musk se dirigió a X el 5 de enero para afirmar: «El Partido Reformista necesita un nuevo líder. Farage no tiene lo que hace falta».
Farage ha sugerido que la ruptura se debió a un desacuerdo sobre Stephen Yaxley-Lennon, un influencer de las redes sociales y activista político británico que se hace llamar Tommy Robinson.
Robinson ha hablado sin tapujos sobre la delincuencia de los inmigrantes y las bandas que cometen agresiones sexuales y grooming en Reino Unido. Actualmente está cumpliendo una pena de prisión por violar una orden judicial que le prohíbe repetir acusaciones contra un migrante sirio que vive en el país. Un tribunal había dictaminado previamente que las acusaciones de Robinson contra el migrante eran falsas y constituían un daño difamatorio a su reputación.
«Elon es un individuo extraordinario, pero en esto me temo que no estoy de acuerdo», dijo Farage , al responder a los llamamientos de Musk para que lo sustituya como líder del partido. «Mi opinión sigue siendo que Tommy Robinson no es adecuado para Reform y yo nunca vendo mis principios».
Lois Perry, directora ejecutiva de la rama para el Reino Unido y Europa del Instituto Heartland, dijo que los movimientos de voces conservadoras y populistas en el Reino Unido han apreciado que Musk haya llamado más la atención pública sobre las bandas de grooming. Pero Perry, amiga personal de Farage, se mostró decepcionada por las críticas de Musk al líder del Partido Reformista del Reino Unido.
«No me alegré mucho de que hiciera los comentarios que hizo sobre Nigel Farage», dijo Perry en una entrevista telefónica con The Epoch Times.
Perry también advirtió que Musk ha experimentado un notable cambio en su pensamiento político en los últimos años, ya que hasta hace pocos años decía apoyar exclusivamente al Partido Demócrata.
«Teniendo en cuenta que ya ha cambiado de opinión y de líder político, no deberíamos fijarnos demasiado en a quién apoya Musk ese día», dijo.
Perry expresó cierto optimismo en que Musk y Farage puedan arreglar su relación en el futuro.
Reynolds dijo que Musk flota entre una amplia gama de temas y que en su entusiasmo por comprometerse con temas novedosos, no siempre tiene el mejor filtro para separar los hechos de la ficción. Aunque Musk puede llamar la atención sobre temas importantes, Reynolds advirtió que los europeos no deben confiar demasiado en Musk para comprender perfectamente el problema o encontrar una solución.
«Nadie de fuera puede salvarnos en Europa», dijo. «Tenemos una serie de retos, que ya he descrito, y solo a través del desarrollo de alternativas políticas e intelectuales decentes y todo lo demás, y figuras de los medios de comunicación en Europa, en nuestros diferentes países europeos, podemos esperar tener un control sobre los problemas a los que nos enfrentamos».
Con información de The Associated Press
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