Las especulaciones de las últimas horas sobre el futuro de Elon Musk al frente de Tesla se materializaron hoy con el anuncio de que el empresario ha llegado a un acuerdo para abandonar la dirección del fabricante y así evitar una demanda por fraude.
La presencia de Musk al frente de Tesla había estado cuestionada desde hace meses, inicialmente por la incapacidad repetida del fabricante de automóviles de alcanzar las cuotas de producción del Model 3 establecidas por el propio empresario.
Las dudas sobre el estilo directivo de Musk aumentaron recientemente con la multiplicación de tuits y declaraciones polémicas, como llamar pederasta a uno de los buceadores que participaron en el rescate de los niños tailandeses atrapados en una cueva.
Pero el estrambótico capítulo de la posible salida de bolsa de Tesla, que el propio Musk propició y que llevó a que la SEC presentase el viernes una demanda contra el empresario, ha provocado finalmente su salida temporal de la empresa que fundó en 2003.
La SEC había demandado a Musk al considerar que su serie de mensajes en Twitter del pasado 7 de agosto, comunicando su intención de sacar de bolsa a Tesla gracias a la existencia de inversores que pagarían 420 dólares por título a los accionistas de la compañía, fue un acto fraudulento que infló temporalmente el valor de las acciones.
Tras horas de especulaciones en los principales medios de comunicación estadounidense, la SEC anunció en un comunicado que Musk acepta que no podrá ejercer como presidente del consejo de administración de Tesla durante tres años y durante ese tiempo será reemplazado por una persona «independiente».
Además Tesla nombrará dos consejeros independientes para su consejo de administración y establecerá un «nuevo comité de consejeros independientes y pondrá más controles y procesos para supervisar las comunicaciones de Musk».
Stephanie Avakina, codirectora de la División de Cumplimiento de la SEC, declaró que las medidas anunciadas hoy «están específicamente diseñadas para responder al problema de mala conducta al fortalecer el gobierno corporativo y supervisión de Tesla para proteger a los inversores».
Pese al acuerdo, Musk ha decidido no hacer ningún comentario sobre sus problemas legales y ha preferido rodearse de su legión de fieles en Twitter, su medio favorito de comunicación.
Hoy, Musk se limitó a anunciar a un seguidor de la compañía que Tesla está preparándose para entregar sus vehículos directamente en el domicilio o puesto de trabajo en vez del método tradicional de obligar al comprador a acudir a las tiendas de Tesla para hacerse cargo del automóvil.
El acuerdo entre Musk y la SEC se produce en medio de una grave caída en bolsa de Tesla.
El viernes, las acciones de Tesla perdieron casi un 14 % de su valor y cerraron la jornada a 264,77 dólares, 42,75 dólares menos que la marca establecida al cierre del jueves. La pérdida es la mayor sufrida por el fabricante desde finales de 2013.
Desde que Musk sorprendió a propios y extraños con el tuit sobre la salida de bolsa de Tesla, el valor de las acciones del fabricante se ha reducido un 30 %, lo que supone que los inversores hayan perdido casi 20.000 millones de dólares.
El castigo a Musk es doble. No solo abandona la dirección de Tesla y se enfrenta todavía a las demandas presentadas por varios grupos de inversores que se sienten engañados por sus tuits, sino que al ser el mayor accionista individual de Tesla, su fortuna se ha visto considerablemente reducida en los últimos 45 días.
Musk posee alrededor del 20 % de las acciones de Tesla por lo que desde principios de agosto, el empresario ha perdido unos 4.000 millones de dólares con la caída.
Lo que muchos se preguntan ahora es si Tesla, sin el empresario al frente, perderá el atractivo que la ha convertido en algo más que un fabricante de automóviles.
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