Emisiones tóxicas de descarrilamiento de tren en Ohio llegaron a 16 estados: estudio

Por Matt McGregor
20 de junio de 2024 1:44 PM Actualizado: 20 de junio de 2024 1:44 PM

Las precipitaciones transportaron emisiones tóxicas hasta 16 estados tras el descarrilamiento del tren de Norfolk Southern en East Palestine (Ohio) en febrero de 2023, que desencadenó un incendio de sustancias químicas peligrosas, según un estudio medioambiental.

Las mediciones de los compuestos químicos hallados en las precipitaciones mostraron que la zona afectada abarcaba desde el Medio Oeste hasta el Noreste, según un estudio realizado por científicos del Programa Nacional de Deposición Atmosférica (NADP) de la Universidad de Wisconsin.

Los restos químicos podrían haber viajado hasta Canadá y Carolina del Norte, según el estudio, publicado en la revista científica Environmental Research Letters. El estudio detectó altas concentraciones de cloruro y niveles de pH.

«Las sólidas mediciones de la red NADP muestran claramente que los impactos del incendio fueron mayores en escala y alcance que las predicciones iniciales, y probablemente debido al levantamiento del propio incendio arrastrando contaminantes a la atmósfera», señala el estudio. «Estos resultados fueron coherentes con las condiciones meteorológicas y las trayectorias atmosféricas, y no se debieron a muestras de precipitaciones de bajo volumen altamente concentradas ni a incendios forestales».

«Compuestos orgánicos volátiles»

El accidente, ocurrido a las 21.00 horas del 3 de febrero de 2023, afectó a unos 50 vagones de tren, 38 de los cuales descarrilaron, según el estudio.

Once de los vagones descarrilados transportaban «compuestos orgánicos volátiles (COV)» que incluían cloruro de vinilo, según el estudio, que ardió durante varios días, dando lugar a informes de agua contaminada y olores nocivos, según el estudio.

La Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) encontró «concentraciones significativas» de acetona, benceno, etilbenceno y otras sustancias químicas.

«Es evidente que durante varios días se liberaron a la atmósfera sustancias químicas peligrosas, tanto por la carga derramada como por el consiguiente incendio», señala el estudio. «Sin embargo, gran parte del impacto del accidente en la población y el medio ambiente circundantes requiere más estudios, incluida una contabilidad completa de las emisiones y el impacto del área».

El NADP es una colaboración entre los gobiernos federal y estatales y científicos que miden los contaminantes químicos en la atmósfera norteamericana.

La organización recoge semanalmente muestras de precipitaciones en unos 260 puntos de Norteamérica.

«Utilizando estas mediciones, examinamos la química de la precipitación y la deposición húmeda de la acidez de la precipitación y los constituyentes inorgánicos seleccionados para indicar el impacto areal del accidente en la química atmosférica», dice el estudio.

El NADP comparó los datos de los 11 años anteriores con los de la semana del descarrilamiento del tren y la siguiente.

«Para este análisis se utilizaron los datos de 9800 muestras, de las cuales 9049 eran muestras válidas para el pH y otros analitos», señala el estudio. «De ellas, 8720 muestras correspondían al periodo histórico anterior al accidente, 56 a la semana del accidente y 51 a la semana posterior al accidente».

Las 30 muestras procedentes de emplazamientos del NADP en Pensilvania, Michigan, Massachusetts, Wisconsin y Nueva York indicaban que la contaminación había afectado directamente a esas zonas.

El estudio barajó otras explicaciones para las altas concentraciones de contaminantes atmosféricos, como la «inyección generalizada de aerosoles procedentes de incendios forestales», pero llegó a la conclusión de que esos incendios no son habituales en invierno, cuando ocurrió el accidente.

Los investigadores no encontraron grandes incendios forestales y sí un número «inferior al normal» de incendios en EE. UU. en esa época.

«Flujo orgánico tóxico significativo»

El estudio estimó que las sustancias químicas se extendieron a través de las precipitaciones por el 14% del territorio estadounidense, lo que incluye 16 estados y un tercio de la población.

«Las redes NADP no cuantifican en actualmente compuestos orgánicos específicos que puedan ser trazadores más concretos de la carga del tren, pero dado el amplio impacto en las precipitaciones documentado con los analitos NADP medidos en la actualidad, es posible que se produjera un flujo orgánico tóxico significativo a la superficie terrestre», señala el estudio.

The Epoch Times se puso en contacto con Norfolk Southern para que comentara el estudio.


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