Retomar viejos hobbies y empezar nuevos proyectos, la mejor manera de pasar la cuarentena

Para remediar el aburrimiento que resulta del aislamiento, la gente se ha volcado a los hobbies para pasar el tiempo. Tocar la guitarra, tejer, mejorar un segundo idioma, son algunos de los pasatiempos más elegidos, mientras que otros están experimentando cosas nuevas.

Zack Hall, es un ingeniero de software de 28 años de Melrose, Massachusetts. Cuando no está armando sitios web, está trabajando con la madera. Su hobby comenzó hace un año debido a un espacio de oficina con forma irregular. Su esposa también a veces trabaja desde casa, y él necesitaba diseñar un escritorio que cupiera en el espacio, y que dos personas puedan usar.

Luego de ver varios tutoriales en Youtube, estaba listo para comenzar el proyecto. Salió y se compró una sierra de mesa pero justo se había mudado a un condominio y tuvo que construir el escritorio en la sala de estar.

«Levantó tanto polvo. Fue un desastre absoluto», recuerda Hall.

Luego de completar el escritorio, se dio cuenta de que podía construir muchos otros muebles para su casa en vez de comprarlos. Él también disfrutaba de poder usar los muebles que había hecho él mismo. Afortunadamente, un espacio para construir abrió cerca de su casa y pudo continuar con su pasión por la carpintería fuera de su sala de estar.

Hall ha hecho una variedad de piezas, como una mesa para la entrada y un gabinete para la caja de piedritas de su gato. Su próximo proyecto será un espacio para guardar cosas y un banco para zapatos y sacos. Hall trabaja con arce, roble y pino.

Durante la cuarentena, Hall ha tenido que adaptarse porque su espacio para fabricar ha cerrado. Él ha mudado su lugar trabajo a la entrada del auto y ha estado usando sus herramientas de mano y un banco portable. Recientemente ha construido una caja de madera a mano, sin usar taladros o sierras eléctricas, para guardar botellas de vino.

«El resultado es realmente genial y un tanto encantador. Tiene muchas marcas de artesanía en la caja», dijo Hall.

Durante este tiempo de cuarentena y confinamientos, la carpintería le ha dado a Hall un respiro de la naturaleza apurada de su trabajo. La carpintería le permite ir más despacio y le fuerza a ser deliberado en lo que hace. Y aunque ha sido una linda forma de pasar el tiempo, para Hall, el resultado final es la mejor parte.

«También se siente realmente gratificante tener algo que puedas sentir al final. Puedes apuntar tangiblemente al proyecto que has hecho», dijo Hall.

Regresar a lo básico

En la costa oeste, Jamie Thomas está también trabajando con sus manos para mejorar su habilidad. Jamie tiene 43 años, es de Redmond, Washington, y es la directora ejecutiva de una organización sin fines de lucro. Ella hace su propio jabón, champú, y velas.

Luego de hacer un viaje a Borneo, vio cómo la industria del aceite de palma estaba dañando a la selva. La experiencia le dejó una impresión duradera, y cuando regresó a casa comenzó a buscar formas de hacer productos que no utilicen el aceite de palma.

Ella optó por usar en cambio, cera de soja. Ella derrite las hojas por un sistema de doble ebullición y agrega diferentes colores y esencias. Luego centra la mecha en un vidrio reusable o contenedor de metal y lentamente vierte la cera. Las velas se dejan reposar por dos semanas y luego están listas para usar.

No solo disfruta los productos ella misma, sino que también disfruta dándoselos a amigos y colegas.

«Me gusta la libertad de poder regresar a lo básico, y reconocer que no se necesita poner todos estos químicos en estos productos para hacerlos útiles, beneficiosos y principalmente saludables», dijo Jamie.

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