Una importante empresa de suministro de combustible ha emitido una alerta sobre la próxima escasez de combustible diésel en varios estados de la costa este.
Los estados que se espera que experimenten escasez incluyen Alabama, Georgia, Tennessee, Carolina del Norte, Virginia y Carolina del Sur, dijo Mansfield Energy en una alerta la semana pasada.
«La escasa rentabilidad de los oleoductos y los inventarios de diésel, históricamente bajos, se están combinando para causar escasez en varios mercados del sureste», dijo la empresa. «Estos han estado ocurriendo esporádicamente, con áreas como Tennessee experimentando desafíos particularmente agudos».
Señaló que los precios del combustible son de 30 a 80 centavos más altos que la media del mercado publicada, la causa se debe, según él, a la «apretada» oferta. También dijo que «los proveedores de combustible tienen que tirar de las opciones de mayor costo, en un momento en que los diferenciales bajo-alto son mucho más amplios de lo normal.» Los transportistas de combustible tienen que acudir ahora a «múltiples terminales para encontrar suministro, lo que retrasa las entregas y disminuye la capacidad de los camiones locales», dijo.
Debido a la «rápida evolución» de las condiciones, la empresa emitió su «nivel de alerta 4» para hacer frente a la volatilidad, según el comunicado. Para el sureste de Estados Unidos, Mansfield dijo que está emitiendo una alerta de «Código Rojo» y está «solicitando un aviso de 72 horas para las entregas, cuando sea posible, para asegurar los precios del combustible y la carga».
El diésel permite la mayor parte de los envíos en Estados Unidos y es utilizado por camiones de larga distancia y trenes de carga. Si bien los precios de la gasolina han bajado desde que registraron máximos históricos en junio, el diésel no ha disminuido tanto y actualmente se ubica en USD 5.31 por galón, según AAA.
Los cuellos de botella en las cadenas de suministro causados por los confinamientos por el COVID-19 y el aumento de los precios de la energía se han sumado al aumento de los niveles de precios. Los datos publicados a principios de este mes muestran que el índice de precios al consumidor, una métrica clave de la inflación, aumentó en septiembre un 8.2 por ciento anualizado.
Mientras tanto, los republicanos han apuntado a la administración Biden por sus políticas en torno a la extracción de petróleo, la construcción de oleoductos y su enfoque incesante en la promoción de vehículos eléctricos. En respuesta a la crisis energética, la Casa Blanca ha liberado decenas de millones de barriles de petróleo de la Reserva Estratégica de Petróleo de EE.UU., reduciéndola a unos 400 millones de barriles, o los niveles más bajos en décadas.
Los demócratas y el presidente Joe Biden, por su parte, han culpado a la guerra de Rusia en Ucrania de la subida de los precios y del bajo suministro.
También se han dado a conocer preocupaciones sobre la posibilidad de que Estados Unidos se esté quedando sin diésel. Los datos del 21 de octubre de Energy Information muestran que al país le quedan 25.9 días de diésel.
«Rusia genera muchos productos pesados, mucho petróleo pesado que saca y que aporta más diésel. El otro problema es simplemente la demanda post COVID [de combustible] que ciertamente se ha recuperado de forma significativa con muchos camiones y muchas mercancías. Todos recordamos cómo los puertos se han llenado de mercancías que los estadounidenses han estado comprando y todas ellas tienen que salir del puerto a través de camiones», dijo Patrick de Haan, de GasBuddy, a KGVO.
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