Una firma de relaciones públicas que representa a las grandes empresas farmacéuticas como Pfizer y Moderna fue identificada por haber dotado de personal a ciertas divisiones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos durante la pandemia, lo que desató algunas interrogantes sobre posibles conflictos de intereses.
La firma, Weber Shandwick, con sede en Nueva York, es al parecer la segunda empresa de relaciones públicas a nivel mundial, con ingresos de más de USD 830 millones y unos 4700 empleados en todo el mundo. También tiene empleados que trabajan dentro del Centro Nacional de Inmunización y Enfermedades Respiratorias (NCIRD) de los CDC, la sección de la agencia que implementa los programas de vacunas y supervisa el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP), según un boletín informativo que expone el periodista de investigación Paul D. Thacker.
Un «contrato de USD 50 millones permite a la empresa de relaciones públicas estar ‘incorporada dentro de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades en Atlanta como parte del equipo de la División de Enfermedades Virales'», dijo Thacker en un tuit el martes, añadiendo detalles como la información de Linkedin de los empleados de la empresa de relaciones públicas que trabajan dentro de los CDC.
«Yo empecé a enviar preguntas a los CDC la semana pasada, contactándome ayer con la directora del CDC, Rochelle Walensky. Los CDC todavía se niegan a responder», dijo Thacker.
Weber Shandwick obtuvo un contrato de los CDC por un valor potencial de USD 50 millones en octubre de 2020 para promover las vacunas contra la gripe, así como a la agencia. Según los documentos del NCIRD, los empleados de Weber se encargarían de las comunicaciones, el marketing y las giras de promoción de las acciones sugeridas durante los brotes y las recomendaciones de vacunas.
Thacker señaló una cuenta de Linkedin de un exempleado de Weber que detalla que sus funciones en los CDC «se centran en impulsar las tasas de vacunación contra la gripe, el VPH, la tos ferina y COVID-19.»
En noviembre de 2020, Pfizer anunció que su vacuna contra COVID-19 cumplió con todos los puntos finales de eficacia primaria durante los ensayos clínicos, y al mes siguiente, la FDA concedió a la compañía la Autorización de Uso de Emergencia para su lanzamiento de la vacuna.
Conflictos y beneficios
Weber Shandwick ha trabajado con Pfizer desde al menos el año 2006, y se asoció con Moderna en junio de 2022, tras el éxito de la compañía en el lanzamiento internacional de las vacunas contra COVID-19.
Según Daily Mail, un portavoz de Weber Shandwick dijo al medio de comunicación que la firma tenía un «proceso de investigación y mitigación exhaustivo para evitar conflictos».
Pfizer, que controla alrededor del 70 % de los mercados estadounidense y europeo, registra ingresos de más de USD 81,000 millones en 2021, en gran parte gracias a su vacuna contra COVID-19. Este año, la empresa se propone recaudar más de USD 50,000 millones en todo el mundo solo con la vacuna y el antiviral Paxlovid, utilizado para tratar los primeros síntomas de COVID.
El año pasado, Pfizer, BioNTech y Moderna juntas obtuvieron un beneficio estimado antes de impuestos de USD 1000 por segundo, USD 65,000 por minuto o USD 93,5 millones al día. Se espera que las vacunas de refuerzo, actualmente recomendadas para todos los mayores de 12 años, sigan llenando las arcas de las empresas farmacéuticas.
Cambio de postura
En una sorprendente admisión el 10 de octubre, un ejecutivo de Pfizer dijo que la compañía no sabía si su vacuna contra COVID-19 detendría la transmisión antes de que entrara en el mercado en 2021.
«¿Sabíamos nosotros sobre la detención de la inmunización antes de que entrara en el mercado? No (…) nosotros tuvimos que movernos realmente a la velocidad de la ciencia para entender realmente qué es lo que estaba ocurriendo en el mercado», dijo Janine Small, presidenta de mercados internacionales desarrollados de Pfizer, en respuesta a una pregunta del miembro del Parlamento Europeo, Rob Roos.
«Millones de personas en todo el mundo se sintieron obligadas a vacunarse por el mito de que ‘se hace por los demás'», dijo Roos en el vídeo de Twitter el mismo día. «Ahora, esto resultó ser una mentira barata» y «debe ser expuesta», añadió.
El Dr. Martin Kulldorf, profesor de medicina en Harvard, en retiro, había trabajado con los CDC para desarrollar su sistema de evaluación de la seguridad de las vacunas. «Es preocupante que los temas de conversación de los CDC sean proporcionados por la misma empresa de relaciones públicas que trabaja para los fabricantes de las vacunas», dijo Kulldorf, según el boletín informativo de Thacker.
«Para garantizar la confianza del público, los CDC deben proporcionar pruebas precisas y con base científica sobre las vacunas», dijo Kulldorf. «Ellos no lo han hecho».
Los CDC despidieron a Kulldorf a raíz de su desacuerdo con la agencia sobre la suspensión de la vacuna contra COVID-19 de Johnson and Johnson, competidora de Pfizer y Moderna, según Thacker.
The Epoch Times se ha puesto en contacto con los CDC y con Weber Shandwick.
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