Una compañía energética canadiense desafió el miércoles la orden de la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, de cerrar un controvertido oleoducto y gasoducto, en medio de la creciente preocupación de que hacerlo podría conducir a interrupciones de combustible similares a las resultantes del ciberataque de la semana pasada en el sistema de la Costa Este.
La gobernadora demócrata dio plazo hasta el miércoles a la empresa canadiense de oleoductos Enbridge para cerrar la Línea 5, que discurre bajo el estrecho de Mackinac, ante el temor de que pueda producirse un derrame en un canal que une dos de los Grandes Lagos.
«Estos oleoductos en el Estrecho de Mackinac son una bomba de tiempo y su continua presencia viola la confianza pública y supone una grave amenaza para el medio ambiente y la economía de Michigan», dijo la oficina de Whitmer en una declaración.
Por su parte, Enbridge se negó a cumplir la orden, afirmando que solo el gobierno federal tiene autoridad reguladora sobre sus operaciones. La compañía dijo que nunca se han producido fugas en la sección submarina de la Línea 5, aunque en 2010, un oleoducto diferente de Enbridge derramó casi un millón de galones de petróleo en el río Kalamazoo de Michigan.
Sobre la Línea 5, la compañía dijo que está actualmente «trabajando para hacer un túnel bajo el lecho del lago para mejorar aún más la seguridad del oleoducto».
La Línea 5 transporta líquidos de petróleo y gas natural a lo largo de 645 millas (1038 kilómetros) a través del norte de Wisconsin y Michigan hasta Sarnia (Ontario). Los casi 23 millones de galones (87 millones de litros) que transporta diariamente se refinan para obtener gasolina, combustible para aviones y propano en varios estados del Medio Oeste, así como en Ontario y Quebec.
Enbridge explicó su decisión, apoyada por numerosas cámaras de comercio, legisladores republicanos de Michigan y el gobierno canadiense, señalando el hackeo de la semana pasada de los sistemas informáticos vinculados al oleoducto Colonial, que transporta gasolina y diésel desde las refinerías de Texas para abastecer alrededor del 45 por ciento de la gasolina que se consume en la Costa Este.
El temor a la escasez de combustible provocó el pánico y las compras generalizadas, luego que miles de gasolineras se quedaron sin combustible.
«El ciberataque que desencadenó un cierre temporal no planificado pone en primer plano lo que los consumidores podrían enfrentar», dijo Mike Moeller, director de operaciones de Enbridge para la región de los Grandes Lagos. «Sin la Línea 5, los consumidores asumirán la carga de las interrupciones de suministro y los aumentos de precios relacionados, en particular para el propano y el combustible de transporte».
La oficina de Whitmer advirtió en repetidas ocasiones a Enbridge que seguir operando la Línea 5 «constituye una intrusión intencionada» y que su desafío «ilegal» a su orden sería «bajo su propio riesgo».
«Si el estado se impone en el litigio subyacente, Enbridge se enfrentará a la posibilidad de tener que restituir al estado todos los beneficios que obtenga de su uso ilícito de las tierras de servidumbre a partir de esa fecha», dijo la gobernadora a Enbridge en una carta.
El gobierno canadiense argumentó que el Tratado de Oleoductos de Tránsito de 1977 entre Canadá y Estados Unidos garantiza el libre flujo de petróleo entre las dos naciones.
Con información de The Associated Press
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