La escasez mundial de chips de automoción se ha convertido en algo crítico este año, ya que casi todos los grandes fabricantes de automóviles experimentan diversos grados de recortes de producción o paros de corta duración como consecuencia de la escasez provocada por las empresas chinas que están creando reservas de chips.
Aunque Taiwan Semiconductor Manufacturing (TSMC), el mayor productor mundial de chips, activó su modalidad de producción en serie «super hot runs» y redujo el proceso de producción a la mitad, muchos pedidos siguen sufriendo retrasos de 6 a 9 meses para su entrega.
Desde este año, la escasez de chips para automóviles ha provocado un fenómeno cada vez más destacado en la producción de automóviles. Volkswagen no solo redujo la producción en China, sino que también experimentó importantes interrupciones en la producción mundial de automóviles; Ford redujo la producción en Estados Unidos; Nissan, Honda y Daimler también experimentaron paros de producción de corta duración.
El impacto en los fabricantes de automóviles chinos fue relativamente menor, al menos no tan evidente hasta finales del año pasado, debido a la acumulación masiva de existencias por parte de las empresas chinas a partir de la segunda mitad del año pasado, una práctica poco habitual en una industria que rara vez almacena obleas electrónicas (wafers) para vehículos.
Empresas chinas recurren a Taiwán para obtener chips
Según un medio de comunicación chino, tras el inicio de las sanciones de EE.UU. contra Huawei y Semiconductor Manufacturing International Corporation (SMIC) en agosto del año pasado, el temor a la escasez de chips y a la subida de precios provocó que los principales fabricantes chinos, incluidos Huawei y SMIC, empezaran a almacenar grandes cantidades de chips. Como resultado, es difícil abastecerse de chips, no solo para teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos, sino también para automóviles.
Según las sanciones que la administración estadounidense impuso a Huawei y SMIC, las empresas estadounidenses necesitan licencias para exportar esos productos a SMIC. Esto ha llevado a las empresas chinas a comprar a Taiwán a través de distribuidores, además de abastecerse antes de septiembre del año pasado.
La unidad de microcontrol (MCU) es un chip clave para la automoción, con una media de más de 70 chips MCU utilizados en cada vehículo, lo que supone el 30 por ciento de todos los componentes semiconductores utilizados en un coche, y Taiwan Semiconductor Manufacturing Company Limited (TSMC) que representa el 70 por ciento de la producción mundial de MCU. Esto demuestra la importancia de TSMC para la industria automovilística mundial.
Para eludir las sanciones de Estados Unidos, se ha recurrido a empresas taiwanesas en China continental. Según un informe del 7 de abril en los medios de comunicación taiwaneses, los proveedores de servicios de diseño de circuitos integrados (CI) de Taiwán en China continental están desempeñando el papel de distribuidores de chips. Reciben pedidos de empresas chinas en China, convierten los yuanes chinos en dólares estadounidenses y luego remiten los dólares a TSMC para comprar los chips.
En el proceso, algunos bancos taiwaneses crearon equipos para ayudar a estas empresas a resolver sus problemas de liquidez, ya que tenían que cobrar en dólares estadounidenses, no en renminbi, para que TSMC pudiera entregar los chips.
Aumento de la demanda de chips
En cuanto a otras razones de la escasez de chips, Wei Yong, vicepresidente de la empresa china SAIC Motor, dijo que, además del acaparamiento debido al aumento de los precios de los chips, otras razones comúnmente reconocidas son el aumento de la demanda de chips en los teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos durante la recuperación económica de la pandemia, que ha reducido la oferta de chips en la industria del automóvil; el inesperado y rápido desarrollo de la industria del automóvil en China tras la desaparición de la epidemia, y el crecimiento de las aplicaciones de inteligencia artificial y tecnología de vehículos conectados en el sector del automóvil, que también ha provocado un aumento de la demanda de chips para automóviles.
Entre los tres segmentos principales de la producción de obleas electrónicas —diseño, empaquetado y pruebas, y fundición—, TSMC lidera la producción de obleas electrónicas de Taiwán y domina el mundo tanto en fundición como en empaquetado, con una cuota global del 66 por ciento y del 52 por ciento respectivamente. En China, tan solo el empaquetado y las pruebas representan el 21 por ciento de la cuota mundial, por lo que las empresas chinas siguen dependiendo en gran medida de TSMC para las obleas electrónicas.
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