Hubo un tema que dominó el debate en la primera reunión de 2020 del Consejo de Asesores en Ciencia y Tecnología (PCAST) del presidente, a principios de este mes.
El dominio y la preeminencia de Estados Unidos en el desarrollo de las tecnologías del futuro está bajo la amenaza de un adversario: China.
La reunión se centró en un plan de acción para alcanzar el liderazgo global estadounidense en las industrias del futuro.
También dominaron la conversación los nuevos modelos para que los laboratorios del gobierno de EE.UU. se involucren en la industria y las universidades, y la cobertura de las necesidades educativas y laborales en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM).
La reunión fue encabezada por el Dr. Kelvin Droegemeier, presidente del PCAST. Droegemeier es el director de la Oficina de Políticas de Ciencia y Tecnología (OSTP) de la Casa Blanca. En ese rol, es el asesor sobre ciencia del presidente.
Quantum & IA: EE.UU. necesita hacer inversiones cruciales
El Dr. Darío Gil, jefe de Investigación en IBM, dijo que «hoy en día Estados Unidos es un líder global en investigación cuántica, pero hay una carrera en marcha». Se cree que China está gastando grandes sumas en investigación cuántica en su intento de ser la primera en dominar el campo.
El éxito, añadió, requerirá un enfoque que abarque toda la nación en Estados Unidos.
Lograr la superioridad cuántica en Estados Unidos «es la actividad de mayor impacto que la industria debe adoptar para liderar el mundo».
En los próximos cinco años se deben hacer inversiones multimillonarias a diferentes niveles, dijo Gil.
«Es crucial duplicar el rendimiento del sistema cada año», añadió.
En cuanto a la Inteligencia Artificial (IA), Gil señaló que en los últimos años, la industria americana «ha hecho una gran parte de la inversión». Empresas como Google, IBM, Facebook y otras pusieron 65,000 millones de dólares en investigación de IA, tan solo en 2018, dijo. Además destacó que la investigación y el desarrollo de la IA superará los 100,000 millones de dólares desde ahora hasta el 2025.
Sin embargo, mientras esto sucede, «los requisitos de computación [para la IA] se están duplicando cada tres meses y medio», dijo Gil, y agregó que «estamos hablando de un verdadero desafío».
Mientras tanto, Estados Unidos «lidera el mundo en bibliotecas y herramientas gratuitas y de código abierto», dijo Gil. Además los marcos de la IA estadounidense son los más utilizados en el mundo, añadió.
Los actores de la industria de la IA estadounidense ofrecen 5000 publicaciones de IA al año. La colaboración de la industria con las universidades representa dos tercios de esos artículos, según Gil.
Para poner esos números en perspectiva, esa cifra es siete veces mayor que la de China y el doble que la de Europa, donde la mayor parte proviene de fuentes gubernamentales, no privadas, dijo.
Lo que Gil no reveló es que las cálidas relaciones en China entre la industria, el gobierno chino y el omnipresente Partido Comunista Chino (PCCh) significan que la investigación y las publicaciones sobre IA están sujetas a grandes niveles de apoyo gubernamental, subsidios, patrocinio, supervisión y revisión y depuración por parte de los censores del Partido.
China rompe las reglas
Shane Wall, director de Tecnología de HP, expresó su preocupación por el hecho de que el entorno abierto de investigación que tiene Estados Unidos da ventajas a China. Shannon Blunt, de la Universidad de Kansas, también dijo que China presenta otros problemas.
«La IA está impulsando la I+D. Por el lado de los datos, China tiene la ventaja de la población», lo que le da la oportunidad de construir bancos de datos cruciales para el desarrollo de la IA, que son más grandes que cualquier otra nación.
«China también tiene una definición muy diferente de lo que significa la privacidad», agregó Blunt, sugiriendo que los estándares de recolección de datos de China violan las normas internacionales así como los derechos humanos.
Con el fin de abordar la seguridad, la integridad y la productividad de la investigación, Droegemeier estableció JCORE, la Investigación Conjunta sobre el Entorno de Investigación.
Tras varios casos en que investigadores de Estados Unidos han sido despedidos o arrestados por trabajar en secreto para China y, al mismo tiempo, utilizar el dinero federal de Estados Unidos para la investigación en las universidades estadounidenses, Droegemeier se ha centrado en proteger la empresa de investigación estadounidense contra la explotación por parte de países extranjeros adversarios.
«No importa de dónde vienes», dijo el año pasado. «Si rompen las reglas, no los quiero en la empresa de investigación», dijo Droegemeier al Washington Examiner en octubre pasado.
Al comentar que romper las reglas es «como si plagiaran un artículo de investigación», expresó Droegemeier, «ya sea que sean de Norman, Oklahoma, o sean de Beijing, China», respetar las reglas es fundamental para la realización de la investigación.
«Sabemos que China no respeta las reglas del juego».
La educación y la fuerza laboral son claves
Al mismo tiempo que China está invirtiendo enormes cantidades para dominar las tecnologías críticas que determinan la fortaleza de un país, Estados Unidos se ha quedado atrás en la educación de su fuerza laboral nacional en los campos STEM, advirtieron los asesores del Consejo.
Cathy Bessant, directora de Tecnología de Bank of America, dijo que STEM debería ser «obligatorio durante todo el proceso educativo».
Bessant añadió que está segura de que sus propios hijos «podrían haberse graduado sin ninguna de esas enseñanzas en computación, informática o ciencias».
La educación en STEM también es crucial para los profesionales en campos no pertenecientes a STEM.
«No hay ninguna bailarina hoy en día que no tenga un profundo conocimiento de la geometría o un piloto de NASCAR que no entienda de ingeniería», dijo Bessant.
«Hay argumentos a favor del magnetismo de los temas de los que estamos hablando», añadió.
Droegemeier coincide en que se «empieza con el final en mente». La pregunta es: «¿Cómo atraemos a la gente hacia las ciencias?»
No se sienten atraídos por las herramientas de la ciencia, dijo. «Son atraídos por el tema».
Gil, de IBM, hizo además un duro recordatorio del dilema estadounidense.
«El cincuenta por ciento de quienes tienen un doctorado no nacen en Estados Unidos», dijo. «¿Qué vamos a hacer?»
La ironía de su declaración se reflejó en los propios miembros del PCAST. Cuatro de los diez actuales consejeros científicos presidenciales en la mesa nacieron y se criaron fuera de Estados Unidos. Los cuatro tienen doctorados.
Droegemeier llama a su enfoque del problema «el proyecto de ley G.I. 2.0».
Tenemos que adoptar un «enfoque multisectorial, de todo el país, para atraer a muchos más estadounidenses a los programas STEM críticos», dijo.
«Miles, no docenas o cientos», añadió. «Necesitamos una mano de obra técnica capacitada».
«Necesitamos marcar presión en todo el campo» para traer a los ciudadanos americanos a estas áreas, expresó Droegemeier hablando de la necesidad de ocupar cargos sensibles de STEM con talento nacional.
«La gente se preocupa mucho por lo que hace la ciencia, incluso si no se preocupan tanto por la ciencia en sí misma», añadió.
«Podemos mirar simultáneamente el componente internacional», sin embargo.
«Como dice el presidente muy elocuentemente», añadió, es necesario «alinear la política educativa con nuestra política de visados». Estados Unidos quiere seguir siendo el destino internacional preferido por los estudiantes extranjeros.
Sin embargo, la formación científica no es suficiente. «Queremos formar a la gente sobre nuestros valores», enfatizó Droegemeier.
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