Mientras el país lucha por hacer frente a la epidemia de opioides, otra epidemia se extiende por detrás: la de las metanfetaminas.
Si bien las muertes por sobredosis de opioides han disminuido ligeramente desde el máximo alcanzado a finales de 2017, las sobredosis de metanfetamina cristalina están aumentando continuamente.
Casi 14.000 personas murieron por sobredosis de metanfetamina u otros psicoestimulantes en 12 meses entre marzo 2018 y 2019, según las estimaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), basados en datos preliminares.
Esta cifra es superior a las menos de 1900 muertes registradas en 2010 (pdf) y a sólo varios centenares en 2001.
«En mi estado natal de Montana, la metanfetamina está destruyendo familias y comunidades», dijo el senador Steve Daines (R-Mont.) durante la audiencia del 24 de octubre, sobre el tratamiento del abuso de sustancias.
Los cárteles dominan
La metanfetamina solía emanar regularmente de los «laboratorios caseros», que producían la droga con sólo un 25 por ciento de pureza, señaló Daines.
Sin embargo «ahora es metanfetamina del cártel mexicano», con una pureza de más del 95 por ciento.
«Es mucho más potente, los precios han bajado porque se está produciendo mucho más y la distribución se ha vuelto mucho más sofisticada», agregó.
Alrededor del 90 por ciento de la metanfetamina utilizada en Estados Unidos es producida por carteles mexicanos, según un informe de 2016 (pdf) de la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad de Estados Unidos y China, un organismo de investigación creado por el Congreso en 2000.
Las incautaciones de metanfetaminas en la frontera se han triplicado desde el año fiscal 2014, alcanzando casi 62.000 libras en 2019. Todavía se puede esperar que la cifra de 2019 aumente, ya que aún queda un mes más de datos por incluir en el año fiscal.
Precursores de China
La metanfetamina se prepara a partir de sustancias químicas como la efedrina y la seudoefedrina, que se encuentran en algunos medicamentos para el resfrío y la tos. Estados Unidos ha tomado medidas drásticas contra el uso ilegal de las drogas precursoras pero los cárteles las están obteniendo principalmente de China, según el informe de 2016.
«Alrededor del 80 por ciento de los precursores utilizados en la metanfetamina mexicana provienen de China. Los precursores químicos se envían cada vez más de China a México, donde se transforman en metanfetamina, se transportan a través de la frontera sur de Estados Unidos y se introducen en los estados del sudoeste -Texas, Arizona y California- antes de ser enviados a todo el país».
El Departamento de Estado ha declarado anteriormente que los carteles criminales chinos están utilizando una táctica en la que envían las drogas desde China aparentemente de manera legal, y luego desvían el cargamento con una ruta hacia los productores ilegales de metanfetamina.
Algunos expertos señalaron que China está usando las drogas como una forma de guerra contra Estados Unidos. Hablaron específicamente sobre el fentanilo, el opiáceo sintético ultrapotente implicado en unas 33.000 muertes en los 12 meses entre marzo de 2018 y 2019.
«Se podría decir que es una forma de guerra química», dijo Jeff Nyquist, autor e investigador de la estrategia china y rusa, a La Gran Época.
«Abre una serie de oportunidades para la penetración del país, tanto en términos de lavado de dinero como de chantaje contra aquellos que participan en el comercio y se vuelven corruptos, como las fuerzas del orden, los servicios de inteligencia y los funcionarios del gobierno».
Parece que el comercio de precursores de metanfetamina de China sigue una pauta similar.
Conexión de opiáceos
Si bien la metanfetamina más barata procedente de México alimenta la oferta, la epidemia de opioides parece estar impulsando la demanda.
Hay relatos anecdóticos en línea de personas que usan metanfetamina para vencer los síntomas de abstinencia cuando intentan dejar los opiáceos.
«El uso de metanfetamina para la abstinencia de opiáceos es una práctica común entre las personas que salen de los narcóticos», dijo Matt Finch, entrenador de recuperación de opiáceos, en su sitio web OpiateAddictionSupport.com, sin embargo, al mismo tiempo, aconsejó que no lo hiciera.
«La droga tóxica en realidad exacerba los síntomas en la gran mayoría de las personas», advirtió, y aunque la metanfetamina ayuda con la abstinencia de opiáceos en algunos usuarios, los efectos contrarios de la misma superan con creces a los pros.»
Algunos de los efectos del abuso crónico de la metanfetamina incluyen paranoia, ansiedad, comportamiento violento y daño cerebral (pdf).
Más de un millón de estadounidenses mayores de 12 años eran adictos a la metanfetamina en 2018, según la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y Salud Mental. Alrededor de 460.000 recibieron tratamiento para la adicción ese año.
Tratamiento
La adicción a las metanfetaminas se trata actualmente con terapia conductual.
«Por ejemplo, el Modelo Matrix -un enfoque de tratamiento conductual integral de 16 semanas que combina terapia conductual, educación familiar, consejería individual, apoyo de 12 pasos, pruebas de drogas y estímulo para actividades no relacionadas con las drogas- ha demostrado ser eficaz para reducir el uso indebido de metanfetamina», afirma el Instituto Nacional de Abuso de Drogas en su sitio web.
Aunque los retiros de opiáceos se pueden mitigar con recetas de opiáceos más suaves como la metadona, no existe un tratamiento de este tipo para la metanfetamina.
Durante la audiencia del 24 de octubre, Daines dijo que ha presionado a los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) para que desarrollen un tratamiento asistido por medicamentos para la metanfetamina.
Sin embargo el Cirujano General Jerome Adams, uno de los testigos, afirmó que «desafortunadamente, la investigación que hay ahora mismo no es prometedora».
Los NIH han gastado millones y continúan gastando más para desarrollar dicho tratamiento, reveló.
«Pero nuestra mejor solución ahora mismo es la prevención. Esto significa tratar de ir río arriba, tratando de lidiar con estos problemas antes de que se conviertan en la próxima ola de una epidemia de metanfetamina”.
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