Tras haber sufrido la pérdida de tres familiares debido a la persecución del régimen comunista chino, Sun Caiyan se ha visto, una vez más, atrapada en la inhumana campaña del PCCh.
Sun lleva detenida desde el 12 de mayo, después de que la policía local la arrancara de la calle en la ciudad septentrional china de Dalian por practicar la disciplina meditativa de Falun Gong, según escribió su hijo adolescente en una carta publicada en julio.
Desde entonces, la familia no ha recibido información sobre su paradero y las autoridades se han negado a revelar información alguna sobre su situación. El 10 de noviembre, Minghui, un sitio web que documenta la persecución a Falun Gong, confirmó que Sun había sido condenada a tres años y nueve meses de prisión.
Es la segunda vez que Sun es encarcelada por sus creencias: en 2014 fue condenada a 39 meses. Los dos hijos de Sun perdieron a su padre y a sus dos abuelos como consecuencia de los 25 años de campaña del régimen chino contra Falun Gong.
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una práctica de autocultivación espiritual con cinco ejercicios lentos y suaves y enseñanzas morales basadas en los principios de verdad, compasión y tolerancia. Anima a la gente a llevar a cabo estos valores morales en su vida cotidiana.
Sin embargo, el entonces líder del Partido Comunista Chino (PCCh), Jiang Zemin, consideró una amenaza las enseñanzas morales y la creciente popularidad de Falun Gong y, en 1999, lanzó una campaña de persecución para erradicar la práctica. Desde entonces, sus practicantes (hasta 100 millones según las estimaciones de la época) se han enfrentado a detenciones masivas, encarcelamientos prolongados y torturas.
Durante su primer encarcelamiento, Sun fue sometida a severas palizas y torturas en la tristemente célebre prisión de mujeres de Liaoning. En una ocasión, le esposaron las manos a la espalda y la policía penitenciaria la dejó al frío toda la noche con un ventilador eléctrico que le soplaba aire frío, según Minghui. Después de tres años y tres meses en la cárcel, estaba muy débil.
Saga familiar
El marido de Sun, Guo Qi, también practicante de Falun Gong, murió en 2021 tras soportar el encarcelamiento y graves torturas en un campo de trabajo, según Minghui. Tenía 51 años.
Guo fue secuestrado el 19 de febrero de 2001 por la policía de la comisaría de Heishijiao de la ciudad de Dalian. Fue trasladado al Campo de Trabajo de Dalian para cumplir una condena de tres años impuesta por la policía sin el debido proceso, según un informe de Minghui.
Para obligar a Guo a renunciar a sus creencias, la policía del campo de trabajo le sometió a diversas formas de tortura: le desnudaron y golpearon con un garrote con dientes de lobo, le aplicaron múltiples descargas eléctricas en zonas sensibles y le obligaron a alimentarse a la fuerza. Guo desarrolló sarna por todo el cuerpo y sufrió una grave inflamación, incapacidad para orinar y dificultad para respirar, informó Minghui.
En febrero de 2002, la policía del campo de trabajo llevó a Guo a un hospital, donde le diagnosticaron un problema renal agudo que podía causarle la muerte en cualquier momento.
La policía obligó a la familia de Guo a pagar la factura médica.
Tras 19 días de tratamiento, Guo recibió el alta y regresó a casa. La policía local siguió acosándolo e intentó llevarlo de vuelta al campo de trabajo, informó Minghui.
Guo y su esposa abandonaron su hogar y a sus hijos para vivir escondidos.
Los incidentes pasaron factura al suegro y al padre de Sun, que fallecieron en 2016 y 2019, respectivamente.
La salud de Guo también siguió empeorando, informó Minghui. Falleció en el hospital el 15 de junio de 2021, después de que sus órganos internos fallaran y desarrollara septicemia.
Dejó atrás a su esposa de 49 años, a su hija de 20, a su hijo de 12, y a su madre y su suegra octogenarias.
Wang Yuhe, la madre de Sun, de 85 años, también fue encarcelada por el régimen por su fe en Falun Gong. Salió de la cárcel en septiembre, tras cumplir una condena de tres años, sólo para descubrir que su hija había sido encarcelada. Wang vive ahora con su nieto de 16 años, mientras busca la liberación de su hija.
Persecución en todo el país
La experiencia de esta familia refleja la realidad a la que se enfrentan millones de practicantes de Falun Gong que viven bajo el régimen del PCCh. El Centro de Información Falun Dafa (FDIC) ha documentado al menos 5000 muertes de practicantes de Falun Gong en todo el país a causa de la persecución en curso.
En los dos meses de septiembre y octubre de este año, Minghui verificó 31 muertes debidas a la persecución del PCCh, aunque el FDIC cree que el número real es mucho mayor debido a la estricta censura del régimen y a la práctica respaldada por el régimen de la sustracción forzada de órganos a personas sanas.
Un tribunal popular independiente de Londres concluyó en 2019 que la sustracción forzada de órganos se había llevado a cabo en China durante años «a una escala significativa», y que la matanza para abastecer a la industria de trasplantes continúa hasta el día de hoy. La principal fuente de órganos, según el tribunal, son los practicantes de Falun Gong detenidos.
El 20 de julio, el Departamento de Estado de EE.UU. emitió una declaración instando al régimen chino a poner fin a su campaña de persecución contra Falun Gong.
«Durante dos décadas y media, las autoridades de la Republica Popular China (RPC) han tenido como objetivo a los practicantes de Falun Gong y a sus familias en una campaña de abusos y violaciones de derechos», dijo entonces el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, utilizando el nombre oficial del régimen chino. «Pedimos a la RPC que cese su campaña represiva y libere a todos los que han sido encarcelados por sus creencias».
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