Encierran a peticionaria china dentro de su casa tras discrepar con las autoridades

Por Frank Fang
28 de septiembre de 2020 4:12 PM Actualizado: 28 de septiembre de 2020 4:12 PM

Una mujer y su marido han estado atrapados en su casa durante 64 días después de que ella intentara viajar a Beijing para que las autoridades atendieran sus quejas.

Los ciudadanos chinos comunes pueden presentar una petición a la Administración Nacional de Quejas y Propuestas Públicas en Beijing, una agencia que escucha las quejas públicas. Este tipo de peticiones hacen parte de una tradición que se remonta a la antigua China, cuando los ciudadanos viajaban a la capital y suplicaban a los funcionarios de la corte imperial como último recurso para buscar justicia.

Pero las autoridades chinas a menudo arrestan o acosan a los peticionarios por temor a que sus reuniones públicas y protestas perturben la «estabilidad social» del país.

Un angustiante encierro

Wang Caixia, una residente de la ciudad de Wuxi, ubicada en la provincia costera de Jiangsu en China, le dijo recientemente a la versión de The Epoch Times en chino que ella y su esposo no han podido salir de su casa durante 64 días, ya que cuatro o cinco matones locales acampan afuera de su casa para evitar que salgan a la calle.

Wang sospecha que los hombres fueron contratados por el gobierno de la ciudad. La policía local ignoró sus llamados de auxilio frente al asedio.

“Llamé al 110 [la línea directa de la policía de China] hace dos días. Los oficiales de policía vinieron y dijeron que esto era una detención legal”, dijo Wang. Agregó que sus llamadas a la oficina de inspectores de la policía local no fueron recibidas.

Además, dijo que la ciudad y el gobierno provincial no enviaron a nadie para ver cómo estaba, incluso después de que ella les dijo que había tomado vídeos y fotografías para mostrar que estaba retenida contra su voluntad.

Wang dijo que los matones no la dejan a ella ni a su esposo, Pan Guoliang, salir a comprar comida o ver al médico. Pan es el único que genera ingresos en la familia.

Desacuerdo

Hace dos meses, el 26 de julio, Wang se dirigía a la capital de China, Beijing, en busca de presentar su caso ante las autoridades centrales de China. Wang alega que sus dos tiendas ubicadas en el distrito de Liangxi, en Wuxi, fueron demolidas ilegalmente en junio de 2006.

También alega que su rodilla izquierda quedó discapacitada después de que un hospital local en Wuxi le administrara medicamentos falsos y deficientes para su tratamiento. Según Wang, un tribunal de la provincia de Jiangsu falló en contra de su demanda, aún después de que escucharan pruebas basadas en registros médicos falsificados.

Wang nunca llegó a Beijing. Mientras viajaba por la ciudad de Tianjin, fue interceptada por oficiales de la policía de trenes y por oficiales de Wuxi, situados en la oficina de Beijing.

Wang fue llevada por la fuerza a su casa, en el distrito de Liangxi, Wuxi. Inmediatamente después, Wang dijo que los funcionarios y la comisaría de policía local contrataron a matones para que se quedaran fuera de su casa.

“Escuché por parte de los funcionarios de la oficina de seguridad local que había un gran número de personas de Wuxi que acudieron a la oficina nacional de quejas en Beijing el año pasado, incluidos muchos de mi distrito de Liangxi. Por eso el gobierno local quiere controlarme”, dijo Wang.

Ella cree que las autoridades locales están tratando de evitar que viaje a Beijing para que no pueda exponer la corrupción del gobierno local.

Wang también sufre de enfermedades crónicas, como hipertensión arterial, enfermedades cardíacas y enfermedad inflamatoria pélvica. 45 días después de su detención domiciliaria, se quedó sin medicamentos para sus enfermedades.

La mujer llamó a la policía local y les dijo que tenía que salir para comprar los medicamentos que la mantienen con vida, pero un oficial de policía le dijo que no podía tomar una decisión sin consultar con su supervisor.

Finalmente, uno de los matones decidió ayudarla a comprar nuevos medicamentos cada semana, según Wang.

Antes de sus últimos problemas con las autoridades chinas, Wang fue arrestada por la policía local el 4 de marzo y acusada de «provocar peleas y provocar problemas», según el sitio web chino de noticias sobre derechos humanos, Civil Rights and Livelihood Watch (CRLW).

El cargo estaba relacionado con que Wang se unió a otros peticionarios para firmar una carta abierta al secretario del partido de Wuxi, Huang Qin. Wang publicó la carta en las redes sociales chinas.

En ese momento, estuvo detenida durante 23 horas antes de ser liberada, según CRLW.

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