Enmiendas aprobadas al Reglamento de la OMS preocupan a expertos de la salud

Por Pachi Valencia
15 de junio de 2024 2:15 PM Actualizado: 17 de junio de 2024 1:34 PM

La aprobación de enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional (RSI) durante la 77º Asamblea Mundial de la Salud ha generado preocupación entre expertos, quienes advierten que estas medidas podrían representar una renuncia a la soberanía estadounidense y a las libertades constitucionales al otorgarle a la Organización Mundial de la Salud (OMS) un gran poder de decisión.

Un conjunto de enmiendas al RSI, un instrumento legal de obligatorio cumplimiento para prevenir la propagación de enfermedades infecciosas, se aprobó durante la reunión con los 194 países que integran la Asamblea de la OMS llevada a cabo del 27 de mayo al 1 de junio de 2024.

Esta decisión fue calificada por la organización como un «histórico paso adelante».

Las nuevas enmiendas al RSI incluyen cuatro cambios clave: la definición de emergencia pandémica para mejorar la respuesta global a posibles pandemias, el compromiso con la equidad en el acceso a productos médicos y financiamiento, la creación de un Comité de los Estados Partes para facilitar la aplicación efectiva del RSI, y el establecimiento de autoridades nacionales para mejorar la coordinación a nivel nacional e internacional.

«El conjunto de enmiendas al Reglamento reforzará la preparación, vigilancia y respuesta mundiales frente a las emergencias de salud pública, incluidas las pandemias», dijo la OMS en un comunicado publicado el sábado 1 de junio.

Sin embargo, expertos que asistieron a la reunión de la OMS en Ginebra, como el Dr. Robert Malone y el analista Frank Gaffney, compartieron sus opiniones y preocupaciones sobre los cambios al reglamento sanitario, en el programa «Fallout», adaptado al español para ‘Opinión Pública‘ de EpochTV.

«Lo que me llama la atención al leer el documento es que, en términos de salud pública global, le da un poder absolutamente unilateral, un nivel de poder asombroso, al director general», dijo en la entrevista el Dr. Malone, director médico y regulatorio de The Unity Project.

«Nosotros imaginamos a la OMS como una organización cuasi diplomática que actúa como una especie de intermediario neutral entre los estados nacionales», agregó el experto en salud.

Una visión general durante la inauguración de la 77.ª Asamblea Mundial de la Salud (WHA77) en la sede europea de las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza, el lunes 27 de mayo de 2024. (Salvatore Di Nolfi/Keystone vía AP)
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), observa la asamblea durante la inauguración de la 77.ª Asamblea Mundial de la Salud (WHA77) en la sede europea de las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza, el lunes 27 de mayo de 2024. (Salvatore Di Nolfi/Keystone vía AP)

«Pero luego apareció este nuevo lenguaje que era muy prescriptivo, donde decían: ‘Ustedes deberán hacer esto, deberán construir este tipo de infraestructura, deberán tomar estas acciones, deberán vacunarse o proporcionar tratamientos médicos si la OMS así lo indica’», expresó en la entrevista.

El Dr. Malone indicó que los primeros borradores de las enmiendas contenían un lenguaje «autoritario», similar a las prácticas observadas durante la crisis de la COVID-19, como los confinamientos y mandatos, que no se han considerado como las mejores prácticas en salud pública.

«Ahora el documento tiene un lenguaje más colaborativo, donde promueve la transferencia de tecnología, el desarrollo de infraestructura y la redistribución de la riqueza, subrayando la responsabilidad colectiva de los estados miembros de avanzar en equidad e inclusión y permitir que los países en desarrollo produzcan sus propios medicamentos», añadió.

Las enmiendas revisadas al RSI comprometen a los estados miembros a invertir USD 155,000 millones durante cinco años para crear una infraestructura mundial para la vigilancia, coordinación, seguimiento y aplicación del cumplimiento de las pandemias, dirigida y centrada en la OMS.

Frank Gaffney, co-fundador de Sovereignty Coalition, quien asistió a Ginebra con otros colegas para representar a su organización, también mostró preocupación porque la nueva enmienda incluye la exigencia de pasaportes de vacunación para adultos y niños.

«Esto podría llevar a un sistema de vigilancia similar al modelo de crédito social chino», dijo Gaffney, antes de advertir lo que considera como riesgos de esta medida.

«Si se inserta un aparato de identificación digital, puedes obtener el resto del modelo chino, que es el sistema de crédito social–el aparato totalitario de vigilancia y control más completo jamás imaginado, y que se está ejecutando, y está operando hoy en la China comunista», explicó.

Entre otras modificaciones que preocupan a los expertos, también está el requisito de que los países refuercen su capacidad para combatir la llamada «desinformación e información errónea», por sus implicaciones sobre la libertad de expresión.

«Eso implica hacer cumplir la ley mediante la censura», dijo el Sr. Gaffney.

Añadió que actualmente 49 senadores y 22 fiscales generales de Estados Unidos han alzado la voz en contra de los problemas constitucionales que perciben en el RSI.

Asimismo, Gaffney criticó la aprobación rápida y en la oscuridad del documento, afirmando que se hizo «sin ninguna oportunidad de revisarlo, y mucho menos tener un análisis o debate público adecuado».

Esta falta de transparencia y consulta adecuada preocupa a los expertos sobre la dirección futura de la OMS y la gobernanza global.

«Lo hicieron sigilosamente», dijo el Sr. Gaffney.

«Cuando se hizo el acuerdo, con solo alrededor de un tercio de los miembros en la sala; algunos incluso informaron que sus micrófonos estaban apagados, se anunció que se había llegado a un consenso y que el acuerdo quedaba ahora aprobado», detalló sobre el proceso de aprobación.

«Este es el tipo de cosas que refuerza la mayoría de nuestras preocupaciones sobre que la organización dirija algo, y mucho menos cualquier cosa que pueda infringir nuestra forma constitucional de gobierno», añadió.

Por su parte, el Dr. Malone advirtió que dichas enmiendas podrían erosionar la soberanía nacional, así como las libertades individuales y médicas de las personas.

«Se establece este proceso de aparente consenso, donde se aprueban decisiones clave sin tener realmente una votación, donde nadie puede responsabilizarse de esa decisión, cuando no se solicita el aporte de una verdadera parte interesada o miembro, y se convierte básicamente en una toma de decisiones por decreto del director general», añadió.

Mientras tanto, los países miembros acordaron seguir negociando la propuesta del Acuerdo sobre Pandemias en una reunión extraordinaria de la Asamblea de la Salud en este 2024 o en 2025.

Vea la entrevista completa en ‘Opinión Pública’ aquí.

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