Enorme protesta en Bielorrusia mientras el «último dictador» de Europa rechaza nuevas elecciones

Por Ivan Pentchoukov
16 de agosto de 2020 9:53 PM Actualizado: 16 de agosto de 2020 9:53 PM

Los manifestantes tomaron las calles de Minsk, la capital de Bielorrusia, el 16 de agosto como muestra de la más grande oposición hacia la veracidad de los resultados de una elección realizada hace una semana y en la que ganó el líder autoritario de la nación, Alexander Lukashenko, quien rechaza cualquier posibilidad de nuevas elecciones.

Cerca de 200,000 personas asistieron a la protesta en medio de una sorprendente ausencia de policías, quienes son conocidos por reprimir violentamente a la disidencia en una nación gobernada con mano de hierro por su primer y único presidente. Desde que las fuerzas de seguridad reprimieron las manifestaciones tras las elecciones del 9 de agosto, miles de manifestantes han sido arrestados y dos personas han muerto.

Los manifestantes que más tarde fueron liberados, mostraron sus moretones y dijeron que fueron a causa de las golpizas policiales. Algunos manifestantes llevaron fotografías de sus seres queridos quienes, según dijeron, habían sido golpeados de tal manera que no pudieron estar presentes.

Lukashenko, el único miembro del Parlamento bielorruso que votó en contra de la disolución de la Unión Soviética en 1991, asistió a una manifestación mucho más pequeña organizada por sus simpatizantes el 16 de agosto y le dijo a la multitud que «la patria está en peligro» y que Bielorrusia «perecerá como estado” si se convoca a nuevas elecciones.

El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, durante una manifestación organizada para apoyarlo en el centro de Minsk, el 16 de agosto de 2020. (Siarhei Leskiec/AFP a través de Getty Images)

En medio de las protestas diarias, el Kremlin dijo que el presidente Vladimir Putin prometió ayudar a Lukashenko, si fuese necesario, en cumplimiento de un pacto militar colectivo.

La candidata de la oposición, Sviatlana Tsikhanouskaya, afirmó que ella ganó las elecciones con entre el 60 al 70 por ciento de los votos. Desde entonces, Tsikhanouskaya huyó a Lituania y formó un consejo para coordinar una transición pacífica del poder. El ministro de Relaciones Exteriores de Lituania, Linas Linkevicius, se refirió a Lukashenko como el «expresidente» en un mensaje de Twitter el 5 de agosto.

Lukashenko tiene un poder virtualmente ilimitado sobre el aparato gubernamental en Bielorrusia. La cámara baja del Parlamento del país no tiene un solo escaño ocupado por un partido de la oposición. Lukashenko nombra a los miembros de la cámara alta y a casi todos los jueces.

Las políticas internas, económicas y exteriores de Lukashenko son similares a las dictaduras socialistas y comunistas. Lukashenko, quien fue exdirector de una granja colectiva y miembro del Partido Comunista de la Unión Soviética, ha respaldado la propiedad estatal de los sectores clave.

Bielorrusia mantiene una gran cantidad de simbolismo soviético incluso cuando otras antiguas repúblicas, incluida Ucrania, lo han rechazado activamente y se han desprendido de ello. El país no tiene prensa libre ni elecciones libres y justas. La represión de Lukashenko hacia sus oponentes le ha valido el apodo de «el último dictador» de Europa entre los funcionarios europeos y occidentales.

Una partidaria de la oposición de Bielorrusia durante una manifestación en el centro de Minsk el 16 de agosto de 2020. (Sergei Gapon/AFP a través de Getty Images)

La protesta en Minsk fue pacífica y festiva. La gente cantaba consignas como «larga vida a Bielorrusia» y «no olvidaremos ni perdonaremos». Los manifestantes agitaban las banderas rojas y blancas utilizadas en Bielorrusia luego de su ruptura con la Unión Soviética en 1991, la cual Lukashenko reemplazó con la bandera de la era comunista poco después de tomar el poder.

«Todos queremos que Lukashenko renuncie», dijo Alexei, un manifestante de 31 años. «Por ahora, estamos pidiendo, pero nos vamos a cansar de pedir».

Maria Kolesnikova se refirió a Lukashenko como «el expresidente», y dijo que debería renunciar. También pidió a los funcionarios estatales que lo abandonen.

«Esta es su última oportunidad para superar su miedo», dijo Kolesnikova. “Todos estábamos asustados también. Únanse a nosotros y los apoyaremos».

Alla Georgievna, de 68 años, quien asistió a la manifestación más pequeña de simpatizantes donde habló Lukashenko, dijo que ella todavía apoya al presidente.

“No entiendo por qué todo el mundo se ha rebelado contra él. Nosotros recibimos nuestras pensiones y salarios a tiempo gracias a él”, dijo.

“Ahora todo el mundo está en contra de Lukashenko y el presidente necesita nuestro apoyo. De repente, todo el mundo se olvidó de las cosas buenas que ha hecho: hay orden en el país, no tenemos guerra ni hambre”, dijo la defensora Tamara Yurshevich, una abogada de 35 años.

En la manifestación, Lukashenko, quien ha alegado anteriormente que las potencias extranjeras están conspirando contra él, dijo que los tanques y aviones de la OTAN estaban a 15 minutos de la frontera del país. La OTAN dijo que si bien está monitoreando de cerca la situación en Bielorrusia, no hay acumulación de tropas en la frontera occidental del país.

Protestantes durante una manifestación en apoyo al gobierno el 16 de agosto de 2020 en Minsk, Bielorrusia. (Misha Friedman/Getty Images)

Los manifestantes dicen que la elección fue manipulada, mientras que Lukashenko defiende las cifras oficiales que lo muestran como ganador, con más del 80 por ciento de los votos. Las encuestas online realizadas antes de las elecciones, mostraban un panorama completamente diferente, en donde el líder autoritario obtuvo menos del 7 por ciento de los votos en cinco encuestas.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, dijo en un comunicado que las elecciones no fueron “libres y justas”, y la Unión Europea dijo que los resultados de las elecciones fueron “falsificados” y que estaban considerando imponer sanciones.

“Las severas restricciones al acceso a las boletas para los candidatos, la prohibición de observadores locales independientes en los colegios electorales, las tácticas de intimidación contra los candidatos de la oposición, y las detenciones de manifestantes pacíficos y periodistas empañaron el proceso”, dijo Pompeo.

A pesar del ofrecimiento de asistencia militar por parte de Putin para disipar los disturbios, la relación entre Rusia y Bielorrusia se ha vuelto cada vez más tensa desde principios de año. En enero, Lukashenko acusó a Putin de intentar convertir a Bielorrusia en parte de Rusia. En julio, Bielorrusia arrestó a 33 contratistas militares rusos y Lukashenko acusó a Moscú de intentar enviar a 200 combatientes antes de las elecciones para desestabilizar a Bielorrusia.

Los recientes acontecimientos sugieren que Rusia, que ya ha ejecutado con éxito una expropiación geopolítica de tierras en Ucrania, podría ofrecer ayuda con motivos ocultos.

The Associated Press y Reuters contribuyeron a este informe.


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