En las culturas antiguas de México, el equinoccio de otoño marcaba el inicio de las cosechas y motivó la construcción de importantes edificios y templos, como el templo de Kukulcán en la ciudad maya de Chichén Itzá.
El equinoccio de otoño es un fenómeno astronómico que designa el momento del paso del Sol de mediodía sobre el Ecuador. Este 2023 el equinoccio de otoño ocurrió a las 00:49 horas del 23 de septiembre, dando inicio a la nueva estación, explica la Dra. Julieta Fierro Gossman, astrónoma del Instituto de Astronomía de la UNAM.
Como tercera estación del año reconocida ampliamente en el mundo actual, el otoño se presenta de forma cíclica después de la primavera y el verano, precediendo la llegada del invierno. Sin embargo, sus manifestaciones varían en diferentes lugares de la Tierra, según la iluminación de los rayos solares.
Pero generalmente el otoño anticipa la temporada del frío de la nieve y de menos luz solar; es el momento cuando los animales y las plantas se retraen, esperando el regreso de la primavera para volver a florecer.
Por la ubicación de México, cercana al ecuador y con inclinación de la Tierra al girar alrededor del Sol, los cambios de las estaciones no son tan claras como en los extremos del globo terráqueo.
Sin embargo, en las culturas prehispánicas de México marcan un importante cambio en el cultivo de la tierra. El equinoccio de otoño anuncia el inicio de la sequía, una de las dos grandes temporadas del año, posterior a la de las lluvias, donde la tierra se alista para la siembra.
En el equinoccio de otoño estas culturas prehispánicas realizaban ceremonias por “la llegada de las cosechas y la proximidad del frío. Celebraban, así, los últimos días de luz”, menciona Fierro.
En base a estos conocimientos astronómicos las culturas antiguas de México también edificaron templos sagrados. Uno de los más emblemáticos para la cultura maya, en esta fecha en particular, es el de Kukulcán en Chichen Itzá.
Esta estructura piramidal, también conocida como Castillo de Kukulcán o “Serpiente emplumada”, es la representación del dios-serpiente Kukulcán en la antigua ciudad maya de Chichen Itzá.
Durante el equinoccio de otoño maravilla a los visitantes por un representativo fenómeno astronómico reflejado en la edificación.
Sobre la escalinata norte de la piramide de Kukulcán “se produce un calculado efecto de luz y sombra generado por el edificio, en el cual se delinea el cuerpo de una serpiente».
«El fenómeno ha sido interpretado como el descenso del dios Kukulcán, quien vendría a fertilizar la tierra y, con ello dar continuidad al ciclo agrícola tan importante en la cosmovisión mesoamericana”, dice el sitio web oficial de Chichén Itzá.
El fenómeno astronómico en Kukulcán ocurre tanto en el equinoccio de otoño como en el de primavera, y representa una manifestación de las culturas ancestrales y su conexión con la naturaleza.
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