El senador Joe Manchin (D-W.Va.) dijo el jueves que era «inevitable» que los demócratas trataran de sacar adelante el paquete de infraestructura exclusivamente demócrata, después de que el presidente Joe Biden dijera que no firmará el paquete de infraestructura bipartidista más pequeño sin una garantía sobre la aprobación de su propuesta más grande en el Senado.
«La reconciliación es inevitable porque, básicamente, los republicanos entiendo que en el tema de los impuestos, no quieren deshacer nada de la [ley de reforma fiscal] de 2017. Para aquellos que no votaron por la 2017, debería haber algunos ajustes. Estoy abierto a eso», dijo Manchin a los periodistas.
El líder republicano del Senado, Mitch McConnell, dijo que el GOP no se comprometería a deshacer el proyecto de ley de impuestos de 2017, diciendo que era «nuestro único límite».
El proceso de reconciliación permitiría al Senado aprobar la amplia definición de Biden de un paquete de infraestructura, que incluye el cambio de la ley de impuestos de 2017, con solo 50 votos, lo que significa que Manchin tendría que votar junto con el resto de los demócratas.
Manchin ha sido uno de los dos senadores demócratas que ha pedido el bipartidismo para elaborar y aprobar cualquier legislación amplia, incluida la de infraestructura. «Ahora, más que nunca, debemos entrar en una nueva era de bipartidismo en Washington», dijo el senador en un comunicado en enero. «Con márgenes ajustados en la Cámara y el Senado, demócratas y republicanos se enfrentan a la decisión de trabajar juntos para anteponer las prioridades de nuestra nación a la política partidista o redoblar el tribalismo disfuncional».
Mientras tanto, otros líderes demócratas, incluido el presidente, han dicho que no dejarán que los republicanos se interpongan en su legislación.
«No me limitaré a firmar el proyecto de ley bipartidista y olvidarme del resto que propuse», dijo Biden el jueves, añadiendo que el paquete demócrata que busca ampliar la red de seguridad social de la nación es igualmente importante que el proyecto de ley bipartidista que se ocupa de lo que tradicionalmente se define como infraestructura.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif.), dijo en una conferencia de prensa en el Capitolio temprano el jueves que no celebraría una votación sobre el proyecto de ley bipartidista de infraestructura «hasta que el Senado apruebe el proyecto de ley bipartidista y un proyecto de ley de reconciliación».
El líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer (D-N.Y.), dijo que apoya el plan de Pelosi, calificándolo de «una buena manera de asegurar que ambas fines avancen».
Manchin dijo a los periodistas que no estaba seguro de cómo sería el proyecto de ley de reconciliación terminado, pero estaba seguro de que los demócratas iban a hacer todo lo posible para aprobar la agenda económica de Biden.
«Va a haber un proyecto de ley de reconciliación. Solo que no sabemos de qué tamaño va a ser», añadió.
Manchin y la senadora Kyrsten Sinema (D-Ariz.), son los únicos dos senadores demócratas que hasta ahora se han negado a apoyar algunas de las prioridades más radicales del partido, incluyendo el proyecto de ley electoral partidista que federalizaría componentes importantes de las elecciones, y dijeron que no desharán la regla del filibusterismo, que requiere que 60 senadores voten para aprobar la legislación.
Sinema escribió un artículo de opinión en el que subrayaba por qué se opone a la eliminación del filibusterismo. Dijo que cree que la «cooperación bipartidista» es la «mejor manera de lograr resultados duraderos».
«Entiendo que el bipartidismo parece anticuado para muchos críticos. Pero el difícil trabajo de colaboración es lo que esperamos en Arizona. Y sigo creyendo que es la mejor manera de identificar soluciones realistas —en lugar de intensificar batallas políticas de todo o nada que no resultan en ninguna acción, o en anulaciones de políticas federales fluctuantes», escribió, señalando que los demócratas usaron el filibusterismo durante toda la Administración de Trump.
El acuerdo bipartidista sobre infraestructura que Biden anunció el jueves tiene un costo previsto de 973,000 millones de dólares en cinco años, de los cuales 579,000 millones son nuevos gastos. El costo total se elevaría a 1.2 billones de dólares si se proyecta en un período de ocho años. El nuevo gasto se destinará a la construcción de carreteras, puentes y autopistas, así como a infraestructuras eléctricas y de banda ancha, transporte público e infraestructuras hidráulicas, entre otras iniciativas.
La conciliación presupuestaria que los demócratas quieren impulsar en el Congreso implica lo que Biden propuso en su Plan para las Familias Estadounidenses, que incluye el gasto en atención médica domiciliaria y cuidado de niños, educación y otras áreas. La medida ha sido etiquetada por los demócratas como «infraestructura humana», a diferencia del proyecto de ley bipartidista que ofrece «infraestructura física».
Con información de Mimi Nguyen LY y Zachary Stieber.
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