Los estadounidenses continúan siendo cautelosos respecto a la participación de los científicos en la elaboración de políticas públicas, según una nueva encuesta, que muestra que la confianza general en los científicos aumentó ligeramente este año, pero aún está muy por debajo de los niveles previos a la pandemia.
La erosión de la confianza pública en los científicos tras la pandemia por COVID-19 apenas se recuperó, según una encuesta del Pew Research Center realizada a finales de octubre y publicada el 14 de noviembre.
La investigación muestra que el 76 por ciento de los estadounidenses expresa una gran o bastante confianza en que los científicos actúen en el mejor interés del público. Si bien esto marca un aumento modesto respecto al 73 por ciento del año pasado, sigue estando muy por debajo del 87 por ciento registrado justo antes del inicio de la pandemia en abril de 2020.
El declive de la confianza tras la pandemia fue acompañado de un aumento del escepticismo público sobre la participación de los científicos en la elaboración de políticas públicas.
La encuesta revela una división casi equitativa sobre este tema: el 51 por ciento de los estadounidenses cree que los científicos deberían participar activamente en los debates sobre políticas públicas, mientras que el 48 por ciento opina que deberían limitarse a establecer hechos científicos sólidos y abstenerse de involucrarse en la elaboración de políticas.
En comparación, antes de la pandemia en cambio, existía un mayor apoyo a la participación de los científicos en la formulación de políticas públicas. En ese entonces el 60 por ciento de los estadounidenses creía que los científicos deberían desempeñar un papel activo en los asuntos de política pública, mientras que el 39 por ciento pensaba que deberían mantenerse al margen y dedicarse exclusivamente a la ciencia.
Los estudios sugieren que el persistente declive en la confianza tiene sus raíces en una combinación de factores, entre ellos la frustración pública por los mensajes de salud inconsistentes durante la pandemia, las preocupaciones sobre los sesgos personales de los científicos y los incentivos que tergiversan la objetividad, como las fuentes de financiamiento, el impacto más amplio de la polarización política, el volumen abrumador de información, junto con el enfoque sensacionalista de los medios.
«Muchas personas se cuestionan hasta qué punto los valores de los científicos coinciden con los propios y si los científicos; y presumiblemente las estructuras existentes, en su lugar, protegen la investigación científica del error humano y el sesgo», escribieron los autores de un estudio de marzo de 2022 publicado en las Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
El estudio recomienda que los científicos prioricen la transparencia, como revelar sus fuentes de financiamiento, y se mantengan abiertos a modificar sus conclusiones basadas en nueva evidencia para reconstruir la confianza pública.
Aunque la encuesta de Pew muestra que los científicos siguen disfrutando de niveles de confianza más altos en comparación con otras instituciones, como periodistas, funcionarios electos y líderes empresariales, su influencia en el ámbito de las políticas públicas continúa siendo cuestionada.
La opinión pública sobre la calidad de las decisiones políticas de los científicos también es poco entusiasta. Menos de la mitad (43 por ciento) de los estadounidenses cree que los científicos toman mejores decisiones políticas sobre temas científicos que otras personas y solo la mitad piensa que los científicos basan sus juicios únicamente en hechos.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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