Miles de estudiantes de Seattle han sido advertidos por las escuelas públicas de la ciudad que no se les permitirá asistir a la escuela después de las vacaciones de Navidad a menos que cumplan con las nuevas leyes de vacunación de Washington.
Las escuelas públicas de Seattle publicaron un aviso el 20 de diciembre diciendo a los padres que sus hijos deben cumplir con la fecha límite del 8 de enero para asegurarse que los registros de los estudiantes reflejen «el estado actualizado de las vacunas», de lo contrario los estudiantes «no pueden asistir a la escuela».
El distrito dijo que proveerá vacunas gratuitas en las clínicas durante las vacaciones de Navidad para ayudar a los estudiantes a actualizar sus registros de salud. Añadió que no se permitirá que los estudiantes regresen a la escuela «hasta que se proporcione la información requerida a la enfermera de la escuela».
«Una vez que se cumpla con la vacunación, podrán regresar a la escuela», dice el aviso.
Los niños que pierden días de escuela para recibir sus vacunas tendrán sus ausencias registradas como injustificadas, y esto solo se revertirá una vez que el estudiante regrese a la escuela con el cumplimiento de las vacunas, indica el comunicado.
El aviso cita la ley del estado de Washington y los detalles de un proyecto de ley recientemente aprobado en el estado que se deshizo de la exención «personal» o «filosófica» para la vacuna MMR (sarampión, paperas y rubéola) después que dos brotes de sarampión enfermaran a 87 personas y enviaran al estado a un estatus de emergencia.
Actualmente solo se permiten en el estado exenciones «médicas» y «religiosas».
De acuerdo con la ley estatal, los distritos escolares debían comenzar a excluir a los estudiantes que no cumplan con la ley 30 días después de que la escuela comenzara este otoño. El distrito de las Escuelas Públicas de Seattle tiene 53,627 estudiantes, de acuerdo a su sitio web, y se estima que los registros de 2000 estudiantes están fuera de cumplimiento, reportó USA Today.
The Epoch Times se puso en contacto con las Escuelas Públicas de Seattle para pedirles comentarios, pero no recibió respuesta inmediata.
El vocero del distrito Tim Robinson dijo a KOMO News que los estudiantes que no cumplen con las normas deben ser excluidos de la escuela de acuerdo a la ley del estado de Washington, la cual establece que el administrador en jefe de cada escuela pública, privada y guardería tiene el deber de prohibir «a los estudiantes que no tengan los registros de vacunación actualizados o que no puedan proveer un programa de vacunación aprobado o un certificado de exención».
«Serían excluidos aquí, serían excluidos en cualquier distrito escolar, y ciertamente queremos evitar eso. Sé que todas las escuelas quieren evitarlo porque no se quiere que los estudiantes pierdan ningún tiempo de clases», dijo Robinson.
La noticia llega cuando el número de casos de sarampión en todo el país se triplicó el año pasado, con 375 casos reportados entre el 1 de enero y el 5 de diciembre de 2018, en comparación con los 1276 casos de sarampión confirmados en 31 estados en el mismo periodo de tiempo este año, según las cifras de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC).
Los 87 casos de Washington, mientras tanto, fueron los más altos reportados en el estado en el espacio de un año, desde 1990, según el Departamento de Salud del Estado de Washington.
Preocupaciones de los padres
Cuando los legisladores de Nueva York revocaron en junio una exención religiosa para las vacunas obligatorias en las escuelas, algunos padres que se oponen a las vacunas eligieron retirar a sus hijos de la escuela en lugar de cumplir con ellas.
«Los que están eligiendo vacunar, no es porque sus creencias hayan cambiado», dijo Jina Gentry, una madre de cuatro hijos de Buffalo que educará a sus hijos en casa en lugar de vacunarlos. Dijo que no todos tienen los medios o el tiempo para hacer lo mismo.
En ese momento, Nueva York se convirtió en el cuarto estado, junto con California, Misisipí y Virginia Occidental, en eliminar las exenciones por motivos religiosos y de creencias personales para las vacunas. El estado de Maine las eliminará en el año 2021. Todos los estados permiten exenciones médicas.
Brenda Brown, madre de dos hijos en Maryland, dijo a The Epoch Times que decidió no vacunar a su hija, que ahora tiene 15 años, después que su hijo de 19 años, completamente vacunado, fuera diagnosticado con autismo.
«No quería arriesgarme», dijo, añadiendo que su hija ahora elige no recibir las vacunas.
«Somos afortunados de poder sacarla y hacer educación en casa por Internet», dijo Brown. «Hay suficientes recursos de educación en el hogar, incluso algunos equipos deportivos, para que ella siga socializando».
«Honestamente, es mi hija más sana y está tan sana o más sana que sus compañeros de clase», añadió. «Le he dado a mi hija la opción de vacunarse, hasta ahora ha dicho que no. Mi marido viaja y ha habido brotes de polio, así que si eso se convierte en un asunto urgente, podría insistir».
Las preocupaciones de que el trastorno del espectro autista (ASD, por sus siglas en inglés) podría estar vinculado a las vacunas administradas a los niños han sido descartadas por varios estudios de los CDC.
Mientras tanto, Rob Gorski, un padre de Ohio con tres hijos con autismo, dijo a The Epoch Times que cree que la medida de exigir a los estudiantes de Seattle que cumplan con las leyes de Washington sobre vacunas antes de regresar a la escuela protegerá a los más vulnerables.
«Tenemos enfermedades como el sarampión de nuevo en proporciones epidémicas. Se trata de enfermedades graves que pueden causar, y causan, la muerte de los más vulnerables», dijo el hombre de 41 años, y añadió que todos sus hijos han sido vacunados.
Gorski añadió que su hijo mayor tiene un sistema inmunológico comprometido y que su frágil salud lo hace vulnerable.
«Él tiene Inmunodeficiencia Variable Común y debe recibir infusiones de IGIV dos veces por semana. La IVIG consiste básicamente en anticuerpos de donantes que le proporcionan un sistema inmunológico temporal», añadió Gorski.
«Las vacunas no solo ayudan a proteger a la persona que las recibe, sino también a personas como mi hijo, las que luchan contra el cáncer, las que viven con el VIH o cualquier otra cosa que comprometa el sistema inmunológico», continuó.
«Los muy ancianos y los muy jóvenes también son vulnerables». La inmunidad del grupo es importante y, como sociedad, no solo debemos protegernos a nosotros mismos y a nuestros seres queridos, sino también a aquellos que no pueden protegerse a sí mismos.
Associated Press contribuyó a este informe.
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