Las escuelas públicas de Los Ángeles y San Diego anunciaron que permanecerán cerradas y continuarán dependiendo del aprendizaje remoto este otoño, citando el reciente aumento en los casos de COVID-19 en el sur de California.
«Las crecientes tasas de infección de las últimas semanas dejan en claro que la pandemia no está bajo control», se lee en una declaración conjunta de los Distritos Escolares Unificados de San Diego y Los Ángeles (LAUSD).
El superintendente de LAUSD, Austin Beutner, dijo que el semestre de otoño comenzará el 18 de agosto según lo programado anteriormente, pero con todos los estudiantes aprendiendo por Internet desde su casa. La decisión afectaría a los 75,000 empleados del distrito y 700,000 estudiantes y sus familias.
«Cerramos las instalaciones escolares antes de que hubiera algún caso del virus en las escuelas», dijo Beutner en un comunicado. “Esa resultó ser la decisión correcta. La ciencia fue nuestra guía y lo seguirá siendo».
Ambos distritos dijeron que su objetivo es traer a los estudiantes de regreso a la escuela durante el año académico 2020-21, «tan pronto como las condiciones de salud pública lo permitan». Van a proporcionar una evaluación pública en agosto sobre cuándo sería posible un regreso físico a clase.
La decisión se produce en medio de un debate cada vez más polarizado sobre la reapertura de las escuelas. Si bien el gobierno federal ha instado a los distritos escolares a que regresen por completo a la normalidad previa a la pandemia, los sindicatos de docentes piden a sus miembros que enseñen exclusivamente en línea.
Durante el fin de semana, la secretaria de Educación, Betsy DeVos, exigió una vez más a los distritos escolares que reanuden el aprendizaje en persona, amenazando con «desfinanciar» a aquellos que planean permanecer completamente en línea u ofrecer una combinación de clases en línea y en persona. «La inversión estadounidense en educación es una promesa para los estudiantes y sus familias», dijo a Fox News Sunday. «Si las escuelas no se reabren y no cumplen con esa promesa, no deberían obtener los fondos y dárselo a las familias para que decidan ir a una escuela que cumpla esa promesa».
«Habrá una excepción a la regla, pero la regla debería ser que los niños regresen a la escuela este otoño», dijo, haciendo referencia al reciente comentario del presidente Donald Trump. «Y donde hay pequeños brotes o puntos de conflicto, que pueden ser tratados escuela por escuela o caso por caso», agregó DeVos.
Mientras tanto, los 34,000 miembros de United Teachers Los Angeles (UTLA) se manifestaron en contra de la reapertura física de las escuelas. El sindicato argumentó en su documento de investigación (pdf) que LAUSD no debería reabrirse hasta que haya una vacuna o cura para COVID-19 disponible, se cierren las escuelas públicas subvencionadas gestionadas por el sector privado y se «desfinancie» a la policía, entre muchas otras condiciones.
«El eventual reinicio de las escuelas debería ser principalmente sobre el aprendizaje, no simplemente sobre la economía», escribió la UTLA. «A diferencia de otros países que reconocen que proteger las vidas es la clave para proteger los medios de vida, Estados Unidos ha optado por priorizar las ganancias sobre las personas».
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