Esperanza, cautela o pesimismo de cubanos en Miami ante el relevo de Castro

Por EFE
19 de abril de 2018 11:58 AM Actualizado: 19 de abril de 2018 12:00 PM

(EFE).- Los cubanos de Miami aguardan con esperanza, cautela o un marcado pesimismo la nueva etapa que representará la asignación del nuevo mandatario de Cuba, que para algunos es «una oportunidad para el cambio» y para otros «una auténtica farsa».

El excongresista demócrata Joe García, nacido en EE.UU. hace 54 años y recién regresado de Cuba, subraya a Efe que hay consenso en que «hay una profunda necesidad de cambio» en la isla y en que ese cambio no debe ser cosmético sino «quirúrgico».

El relevo de mando «invita» a una «oportunidad de cambio», que debería ser aprovechada tanto por el Gobierno cubano como por los cubano-estadounidenses, dice García.

Miguel Díaz-Canel, el sucesor de los Castro en el poder. (ALEJANDRO ERNESTO/AFP/Getty Images)

En el otro extremo están las organizaciones del exilio cubano y otras como Cuba Decide que reclaman «elecciones libres» en Cuba y que la comunidad internacional desconozca al sucesor de Raúl Castro, porque, según proclamaron en una manifestación en Miami, quieren un cambio de sistema, «no un cambio de tirano».

Giancarlo Sopo, uno de los fundadores de CubaOne, una entidad dedicada a conectar a jóvenes de origen cubano con sus raíces mediante viajes a la isla, afirma que el relevo presidencial es «principalmente un cambio simbólico».

Sopo, cubano-estadounidense, dice que no hay evidencia que indique que va a haber «cambios prácticos reales» en Cuba, después de que Raúl Castro traspase la Presidencia, aunque concede que «todo está por ver».

Sobre Miguel Díaz-Canel, el sucesor de Raúl Castro, Sopo, de 35 años, dice que es un hombre del aparato del partido que no aparenta ser «un Gorbachov», en referencia al presidente soviético que sacudió los cimientos de la URSS con la «perestroika» (reestructuración) y la «glasnot» (transparencia).

Decenas de miles de personas, en su mayoría cubanos viviendo en EE. UU., marchan por las calles de Little Havanna en Miami, Florida, en protesta del régimen de los Castro y en apoyo a las sanciones contra el régimen, en diciembre de 1994. (DOUG COLLIER/AFP/Getty Images)

El exanalista de la CIA Brian Latell, que no es exiliado ni cubano-estadounidense pero sí un gran conocedor de la política cubana y ha escrito tres libros sobre Fidel Castro, dijo a Efe que espera «un alto grado de continuidad en la política interna y las relaciones internacionales» de Cuba.

A su juicio, Díaz-Canel podría intentar «lenta y cautelosamente poner en práctica algunas de las reformas económicas que Castro defendió públicamente pero nunca concretó», pero es «muy improbable» que se produzca «una apertura política real en los próximos años».

«Si es un reformista se cuida mucho de exhibir el menor síntoma. El problema que se presenta es que las tímidas reformas emprendidas por Raúl no han dado los frutos que esperaban. La economía continúa hundiéndose», dice sobre el nuevo mandatario el escritor, periodista y analista exiliado Carlos Alberto Montaner.

Miami sigue siendo un punto de concentración para los opositores al régimen comunista en Cuba. (Chip Somodevilla/Getty Images)

Según Montaner, «al principio será una etapa de espera cautelosa. Luego seguirá otra de inconformidad».

En el mismo sentido se pronuncia Sopo, quien afirma que el nuevo mandatario va a recibir «mucha presión en cuanto a responder a las necesidades de los ciudadanos y quizás eso pueda provocar cambios».

Montaner cree que «al principio no ocurrirá nada aunque la contrainteligencia, que es de suyo muy paranoica, aumentará la vigilancia y la represión».

«La tragedia de Díaz-Canel es que si quiere que el país prospere tiene que alejarse de las supersticiones socialistas. Si tuviera la inteligencia y el valor de hacerlo en dos años se verían los frutos, pero lo destrozaría el castrismo puro y duro», agrega.

Para el expreso político Armando Valladares, que estuvo 22 años en las cárceles de Cuba, el elegido en la «farsa» del 19 de abril será «un títere» de los designios de Castro, quien va a seguir siendo secretario general del Partido Comunista.

Joe García señala que las posturas monolíticas no van a arreglar los problemas de Cuba y que «lo que está claro es que la posibilidad de cambio se encuentra en los que gobiernan en Cuba y los cubano-americanos», que son a «los que más interesa ver unos cambios» que traigan prosperidad a la isla y también al sur de Florida.

Al respecto señala que la mayoría de los cubanos que viven hoy en día en Miami llegaron aquí hace menos de dos décadas y «ese es un factor esencial para el futuro de Cuba».

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