El régimen chino contrata agentes para perseguir a disidentes en todo el mundo con el fin de que regresen a China, según han revelado un exespía y varias víctimas.
El espía, que desertó recientemente a Australia, dio el nombre de Eric. Durante 15 años recibió órdenes de la policía secreta china para perseguir a disidentes en países como Camboya, Tailandia, India y Australia.
Uno de sus objetivos es Li Guixin, practicante de la disciplina de meditación Falun Gong, que el Partido Comunista Chino (PCCh) se propuso eliminar en 1999. El Sr. Li ha sufrido al menos cinco detenciones arbitrarias y encarcelamientos por su fe antes de huir a Tailandia en 2014 con su esposa y su hija adolescente.
«En este momento, necesitamos que confirme si estamos viendo el apartamento correcto», dice una captura de pantalla que Eric compartió con The Epoch Times.
«Observa lo que hay dentro y alrededor del apartamento; haz algunas fotos y videos. Organiza lo que veas más tarde para que podamos planificar nuestra vigilancia», le indicó el encargado a Eric en un mensaje fechado el 16 de febrero de 2021.
El encargado envió una serie de fotos. Algunas mostraban al Sr. Li y a su familia con camisas amarillas meditando o en actos de Falun Gong. Otras incluían retratos de sus documentos de identidad utilizados en China y su dirección en Tailandia de alrededor de 2017.
El Sr. Li, después de revisar estas fotos, dijo a The Epoch Times que estaba conmocionado.
Mientras que muchas fotos son de lo que sus amigos habían compartido en las redes sociales, al menos una foto de familia nunca fue posteada en Internet, dijo.
«¿De dónde la han sacado?», dijo, y añadió que se sentía como en una película. Era la primera vez que podía confirmar las sospechas internas que le llevaron a mudarse varias veces en los últimos años.
«Es como si esto fuera de verdad», dijo.
Eric no pudo confirmar si —y cuántos— otros agentes chinos podrían estar implicados en la persecución del Sr. Li. Se había llevado a un traductor con él para inspeccionar la ubicación que le dio su contacto. Dijo que su implicación en el caso había sido mínima tras enterarse de que el Sr. Li ya no vivía allí.
«La infiltración del PCCh en el Sudeste Asiático es bastante seria», dijo Eric a The Epoch Times. Cuando se trata de «atrapar» objetivos, dijo, países como Tailandia, Camboya y Birmania (también conocida como Myanmar) son «las principales opciones» para el régimen.
«Los gobiernos locales a veces hacen la vista gorda e incluso cooperan con ellos», afirmó.
Al no ser «alguien especial», Li sugirió que Beijing lo había señalado por sus puntos de vista disidentes. Ha escrito artículos críticos sobre el régimen chino y se convirtió en colaborador de la edición en chino de The Epoch Times en otoño de 2021.
Tanto The Epoch Times como Falun Gong están fuertemente censurados en China. El sitio web de The Epoch Times, al igual que muchos otros medios internacionales, sigue siendo inaccesible para los chinos continentales tras el muro de censura de Internet.
En 2023, el Departamento de Justicia también presentó dos casos distintos contra presuntos agentes chinos, entre ellos dos que presuntamente dirigían una comisaría secreta china en Nueva York y otros dos acusados de intentar sobornar a funcionarios fiscales estadounidenses en contra de Falun Gong. En el primer caso, uno de los hombres también ayudó a organizar contraprotestas a las manifestaciones de Falun Gong durante el viaje del líder comunista Xi Jinping a Washington en 2015.
Wang Liming, un caricaturista político chino bajo el seudónimo de Rebel Pepper al que el exagente chino también puso en el punto de mira, dijo que su amigo íntimo, un bloguero residente en Japón con millones de seguidores en las redes sociales chinas, había recibido una vez la petición de agentes del Ministerio de Seguridad del Estado de espiar a Falun Gong y a The Epoch Times mientras visitaba su ciudad natal.
«Se negó rotundamente», dijo Wang a NTD, el medio de comunicación asociado de The Epoch Times. «Están movilizando a todo el mundo para que se convierta en espía. Si alguien con influencia cree que puede utilizarte, te preguntarán: ‘¿Quieres recopilar información para nosotros? Esto da bastante miedo».
Una advertencia
El Sr. Li aún recuerda lo que ocurrió a finales de 2021, el mismo año en que el encargado de Eric le pidió que le ayudara a localizar al Sr. Li.
Ese diciembre, de regreso de un parque de Suphan Buri donde hacían ejercicios de Falun Gong, la esposa del señor Li conoció a un hombre que parecía interesado en aprender Falun Gong.
El matrimonio Li lo acogió en su casa para leer juntos libros de Falun Gong y más tarde le regaló un ejemplar de «Zhuan Falun», la principal enseñanza de la práctica.
Se agregaron como amigos en la aplicación de comunicación instantánea Line, y el hombre pidió la dirección de la pareja, diciendo que quería enviarles té.
El hombre se hacía llamar Li Guoan y se describía como guía turístico. «Guoan», palabra por palabra, significa seguridad del Estado.
El Sr. Li no captó esta pista hasta semanas después, cuando una mujer llamó instándolos a marcharse.
«No preguntes quién soy», recuerda Li. «Soy alguien muy cercano a ese tipo de la seguridad nacional.
«Su situación ahora mismo es muy peligrosa», dijo ella. «Date prisa y múdate a otra ciudad».
Según la mujer, las fuerzas de inteligencia chinas habían vigilado a la familia Li durante bastante tiempo. Por facilitarle el libro y su dirección, el hombre recibió del consulado chino local una recompensa de 100,000 baht tailandeses (unos 3000 dólares de la época), y otra suma igual en el futuro.
El hombre llevaba intentando localizar a la familia Li desde principios de 2021, según le dijo la mujer.
El señor Li se mudó a casa de un amigo ese mismo día.
Sin embargo, al cabo de unos meses volvieron a aparecer personas sospechosas, muchas de ellas hablando en chino, en el primer piso de su edificio, donde su amigo acababa de abrir una cafetería. Se quedaban horas haciendo fotos. También mostraron especial interés por los detalles sobre algunos individuos «chinos» que trabajaban «en los medios de comunicación».
El Sr. Li empezó a temer ser él a quien buscaban cuando su amigo le habló de estas actividades.
Mientras su amigo estaba en la cocina, una persona intentó colarse en el piso de arriba, según el Sr. Li. A finales de agosto, un lugareño reveló al amigo del Sr. Li que había sido enviado por el consulado chino.
Incluso hoy, Li teme que el régimen no haya aflojado la presión sobre él.
Alrededor del Año Nuevo chino, en febrero, Li telefoneó a su hermana en China. Le dijo que la policía acababa de llegar ese mismo día.
«Conocen muy bien tu situación», le dijo. Luego, extrañamente, le dijo: «Vuelve».
Él le dijo que era imposible.
«Es difícil de decir», respondió ella.
El señor Li pensó que las autoridades debían de haber amenazado a su hermana. «Por supuesto, ella sabe que eso es peligroso», dijo. «Lo dice para que alguien la oiga».
Las llamadas directas a su madre, que ahora tiene 85 años, están bloqueadas desde hace tiempo, y hablar con su hermana era la única forma que tenía de comunicarse con su familia.
Cuando su padre murió en 2017, dijo, los ojos del hombre no se cerraban porque anhelaba ver a su hijo.
El señor Li supo entonces que tendría que dejar de llamar a su hermana para no «traerles más problemas».
«Cuídense tú y mamá», le dijo durante la llamada.
El Sr. Li, que se ha mudado varias veces desde 2022, aún siente la sombra de la persecución sobre él. Pero dijo que está tratando de no dejar que el miedo lo controle.
A través de todo esto, dijo, ha conocido a gente como esa mujer que se ofreció a ayudar, una señal de que el PCCh no goza de mucho apoyo público.
Le da esperanzas de que la gente que tiene conciencia no siga al PCCh en la persecución de la gente buena.
Mientras tanto, el Sr. Li intenta «cuidar bien» de sí mismo y deja todo lo demás en manos del destino.
Viviendo según los valores de verdad, benevolencia y tolerancia —los principios básicos de Falun Gong— afirma que no tiene nada que temer.
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