La esposa del presidente encargado venezolano Juan Guaidó, Fabiana Rosales, dijo este martes en la capital de Florida que la vida de su esposo, el «verdadero presidente» de Venezuela, como la de otros venezolanos, corre «peligro», pero no hay «vuelta atrás» en la lucha por la libertad y la democracia.
Rosales, que está haciendo una gira por Estados Unidos, durante la cual ha sido recibida por el presidente Donald Trump, la primera dama Melania y los alcaldes de Miami Dade, Carlos Giménez, y Miami, Francis Suárez, fue recibida este martes por el gobernador de Florida, Ron DeSantis; su esposa, Cassey, y la vicegobernadora, Jeanette Núñez.
Sin mencionar expresamente las últimas medidas del régimen de Nicolás Maduro para estrechar el cerco sobre Guaidó, Rosales dijo que su vida corre peligro y mostró un semblante preocupado.
El gobernador DeSantis sí se refirió a la posibilidad de que el «presidente legítimo» de Venezuela sea arrestado y dijo que sería «un grandísimo error», algo que, por lo que ha hablado con el presidente Trump, está seguro de que tendría consecuencias.
La propia Rosales en una entrevista con una emisora de radio colombiana dijo hace unas horas que sería «un golpe de Estado».
Según dijo Rosales a La FM, si su esposo es detenido, luego de que el Tribunal Supremo de Justicia le solicitara a la Asamblea Constituyente, ambos órganos establecidos por Maduro, levantarle la inmunidad como parlamentario, «sería un golpe de Estado directo».
De acuerdo con su relato, dicho tribunal es ilegítimo y está «mandado por un presidente usurpador», en referencia a Nicolás Maduro.
En una comparecencia ante la prensa en la sede de la gobernación en Tallahassee (norte de Florida), Rosales dio las gracias a la comunidad internacional por su apoyo y solidaridad a la causa de la libertad y democracia en su país, y se refirió a la situación actual en Venezuela, «donde no hay luz, no hay agua y no hay medicinas».
A causa de una «terrible dictadura» a la que «no le importa nada salvo masacrar vidas», mueren niños y personas mayores cada segundo, destacó Rosales.
No obstante, aseguró que la lucha no tiene «vuelta atrás» y que nada a va a detener al pueblo venezolano «hasta conquistar la libertad y la democracia».
«Contamos con la comunidad internacional, sabemos que nos van ayudar como un acto de salvar vidas», dio Rosales, quien también se mostró segura de que cuentan con la «bendición de Dios».
«Estamos decididos a transformar la realidad», subrayó.
Cassey DeSantis, esposa del gobernador de Florida, consideró «inaceptable» la crisis humanitaria en Venezuela y, como madre, manifestó su solidaridad con las madres venezolanas, como Rosales, que tiene una niña de corta edad, Miranda Eugenia.
«La gente buena de Florida está con ustedes», subrayó.
Jeanette Nuñez, vicegobernadora de Florida, dijo que como hija de cubanos que huyeron de su país entiende «muy bien» lo que pasa en Venezuela y manifestó su solidaridad con el pueblo venezolano.
El gobernador DeSantis subrayó que el mismo día que la dictadura de Maduro acabe, los venezolanos «empezarán a recuperarse de un capítulo triste de su historia».
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