Esposa de preso del 6 de enero: «Somos el objetivo», todo es por «venganza»

Algunos han descrito los eventos del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de los Estados Unidos como un intento de «golpe«, «terrorismo doméstico» y una «insurrección mortal del Capitolio«. Pero los participantes encarcelados, así como sus amigos y familiares, están convencidos de que los participantes del 6 de enero están siendo atacados y amenazados por su apoyo al expresidente Donald Trump.

«Sé que definitivamente son el objetivo, especialmente en la cárcel, y nosotros como familia», dijo Angel Harrelson, cuyo marido, Kenneth Harrelson, está en la cárcel por cargos de sedición y conspiración relacionados con su presencia en el Capitolio el 6 de enero.

Angel Harrelson, de Titusville, Florida, dijo a The Epoch Times que su esposo ha recibido amenazas de muerte en la cárcel y que ella y su familia han sido objeto de acoso por parte de los medios de comunicación. Dijo que su marido también recibió una postal en la cárcel que incluía la dirección de la familia.

«Ellos han amenazado a toda su familia y permiten que esas tarjetas lleguen hasta allí», dijo.

Unas 700 personas han sido acusadas en relación con el 6 de enero, y decenas de ellas han sido condenadas a penas de cárcel, arresto domiciliario, y libertad condicional. Más de 500 casos contra los acusados del 6 de enero siguen abiertos, según informó The Washington Post en enero.

En julio de 2021, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif.), formó el Comité Selecto para Investigar el Ataque del 6 de enero en el Capitolio de Estados Unidos, pero solo dos republicanos–los representantes Liz Cheney de Wyoming, y Adam Kinzinger, de Illinois–aceptaron participar luego que Pelosi rechazó a los candidatos recomendados por el líder de la minoría de la Cámara, Kevin McCarthy (R-Calif.).

Los republicanos han criticado a la comisión, afirmando que la investigación tiene motivaciones políticas.

A pesar de las afirmaciones en contra de varios políticos y figuras de los medios de comunicación, el FBI no encontró evidencias de que la irrupción del Capitolio fuera un ataque coordinado, informó Reuters.

Kenneth Harrelson, de 41 años, es un veterano del ejército estadounidense. Su esposa dijo que viajó a Washington el 6 de enero para proteger a los partidarios de Trump de Antifa, un violento grupo de activistas de izquierda que suele interrumpir los eventos conservadores.

Kenneth y Angel Harrelson tienen cuatro hijos, incluido un hijo de 18 años que se graduará este año. Él se alistó en el ejército y partirá al campo de entrenamiento un mes después de la graduación. También tienen una hija de 15 años que es ligeramente autista y que sufre terriblemente la ausencia de su padre, dijo Harrelson.

«Ella es una niña de papá», dijo.

Angel Harrison dijo que a su marido y a otros acusados del 6 de enero se les sirve comida podrida, y que depende de los familiares recaudar dinero para las cuentas del economato de la cárcel.

«Gastamos unos USD 125 en el economato por semana, y los paquetes de atención cuestan unos USD 125 al mes», dijo. Ella ha creado una cuenta de GiveSendGo para ayudar a cubrir los gastos continuos, así como una tienda online, vendiendo productos en apoyo de los perseguidos como «Prisioneros Políticos de Guerra (PPOWs)».

Angel Harrelson dijo que no ha visto a su marido desde que ingresó a la cárcel hace un año, y que está deprimido. Dijo que los fiscales están molestos porque rechazó un acuerdo de culpabilidad.

Kenneth Harrelson fue acusado primero de obstrucción, luego de conspiración y sedición, dijo su esposa.

Angel Harrelson también dijo que su marido está acusado de obstruir a los agentes de policía al rodear al oficial de policía del Capitolio Harry Dunn, pero Harrelson dijo que los manifestantes estaban protegiendo a Dunn de los alborotadores que se habían vuelto violentos.

Dunn es el agente que afirmó sin fundamento que los manifestantes del 6 de enero utilizaron un insulto racial contra él.

Los fiscales argumentan que Harrelson era un líder de los Oath Keepers, con acceso a armas de fuego de alta potencia. Alegan que Harrelson está presente en las fotos captadas en un Comfort Inn a las afueras de Washington, y que se le ve en las fotos rodando un carro por el pasillo luego de un disturbio. Las autoridades insisten en que hay al menos una caja de rifles en el carro.

Brad Geyer, abogado de Kenneth Harrelson, dijo a The Epoch Times que no hubo armas de fuego ilegales en los eventos del 6 de enero.

Según Geyer, los Oath Keepers estaban allí a título oficial para proteger a los «VIPs» que estaban hablando en diferentes eventos durante la manifestación, y «era el procedimiento operativo estándar para los Oath Keepers» para «proporcionar una fuerte defensa» en ese entorno, dijo.

Geyer insiste en que los Oath Keepers nunca tuvieron un altercado con la Policía del Capitolio, y que los miembros del grupo guardaron sus armas legales en Virginia porque las armas de fuego no están permitidas en Washington.

También se acusa a Harrelson de buscar a Pelosi durante la irrupción y de participar en mensajes de texto amenazando la vida de la presidenta de la Cámara. Geyer dijo que Harrelson no participó en esos mensajes, que formaban parte de un chat de grupo, y que su teléfono no funcionaba mientras estaba dentro del Capitolio.

«Había algún tipo de interferencia, lo que dificulta la comunicación entre las personas», dijo Geyer. «Si ocurría algo malo, la gente no podía avisar a los demás para que se mantuvieran alejados. No creo que fuera un error».

Geyer también mencionó el vídeo que muestra a la Policía del Capitolio moviendo barricadas y haciendo señas a la gente para que se acerque al edificio del Capitolio. Otro vídeo muestra a la policía manteniendo las puertas abiertas mientras los manifestantes entran pacíficamente. Un tercer vídeo muestra a la policía apartándose para permitir que un grupo ordenado de manifestantes pase pacíficamente mientras se ve a un agente haciendo señas a los manifestantes, lo que contradice los informes de que la multitud entró por la fuerza en el edificio.

«No hubo irrupción», dijo Geyer, señalando que a los fiscales les gusta usar esa palabra. «No hubo irrupción. Abrir la puerta desde dentro e invitarlos a entrar los convierte en invitados».

Geyer dijo que tratará de identificar a los policías que hicieron subir a Harrelson por las escaleras, y mantuvieron las puertas abiertas para invitarlo a entrar.

Si Kenneth Harrelson es condenado, su esposa dijo que la familia perderá los beneficios de veterano de los que dependen para el pago de la casa, el pago del coche, y las necesidades diarias.

Dijo que siempre ha admirado a la policía y confiado en el gobierno para encontrar la verdad sobre la situación, pero ahora, dijo que se siente traicionada.

«Conozco a los policías de toda la vida y algunos son mis mejores amigos», dijo. «¿Pero cómo se supone que voy a confiar en alguno de ellos ahora que mienten? Sé que mi marido es inocente».

Geyer estuvo de acuerdo y dijo que Kenneth Harrelson es «totalmente inocente».

«Asumí que en algún nivel, habría algún nivel de culpabilidad, que se podría encontrar algo que él hizo», dijo Geyer. «Pero su nivel de inocencia es tan abrumador, que fue una llamada de atención para mí».

Geyer dijo que las secuelas del 6 de enero han provocado «un extraño evento de psicosis masiva» en torno a los acusados, y que el gobierno federal mantiene la fachada de la investigación del 6 de enero demonizando a Harrelson y a otros acusados para que parezcan peligrosos.

«No representa ninguna amenaza de fuga, y cualquier sugerencia de lo contrario es fabricada o inventada, pero nunca lo van a dejar salir», dijo Geyer.

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