Esta reunión mundial acoge a China y Rusia para impulsar la agenda comunista

Por Mike González
30 de agosto de 2023 11:53 PM Actualizado: 30 de agosto de 2023 11:53 PM

Puede que nunca hayas oído hablar del Foro de São Paulo, ya que los medios de comunicación occidentales tienden a ignorarlo, pero es la organización internacional marxista más grande e impactante del mundo.

La última reunión del Foro de São Paulo demostró lo pro-China y pro-Rusia que es este organismo radical, y cómo vende su proyecto ganador por todo el mundo.

En la reunión de este verano en Brasilia, la capital de Brasil, se codearon miembros del Partido Comunista Chino, del Partido Comunista de Cuba y de los Socialistas Democráticos de América, el partido del senador estadounidense Bernie Sanders (I-Vt.) y de los representantes estadounidenses Alexandria Ocasio-Cortez (D-N.Y.); Rashida Tlaib, (D-Mich.); Jamaal Bowman (D-N.Y.); y Cori Bush (D-Mo.).

Una miembro de los Socialistas Democráticos de América que asistió a la conferencia, Estefanía Galvis, aseguró a la principal cadena de televisión del gobierno marxista de Venezuela, TeleSur, que su partido estaba «luchando dentro del corazón del imperio».

TeleSur de Venezuela, Prensa Latina de Cuba y medios de izquierdas como Peoples Dispatch cubrieron la reunión del 29 de junio al 2 de julio, pero los medios de comunicación estadounidenses no informaron de nada.

Así que no leemos que en el Foro de São Paulo de este año, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el anfitrión, junto con el Partido Comunista de Brasil, se jactó de lo orgulloso que estaba de que le llamaran comunista.

Sus enemigos «nos acusan de ser comunistas, pensando que eso nos ofenderá», dijo Lula en su discurso de apertura, y añadió:

«Pero eso no nos ofende. … Llamarnos comunistas o socialistas nunca nos ofenderá. Jamás. Al contrario, nos enorgullece. La gente sabe que merecemos que nos llamen así».

Los enemigos de los comunistas, dijo, eran los de las narrativas de «familia, tradición y patriotismo».

La conferencia arremetió sistemáticamente contra Estados Unidos y defendió y elogió a China, Rusia, Cuba y Venezuela. La declaración de apertura del grupo afirmó que los miembros del Foro de São Paulo profundizarían sus lazos con el Partido Comunista Chino (PCCh).

El presidente Joe Biden y otros líderes occidentales no han hecho más que mimar a Lula y a los demás líderes marxistas de la región mientras trataban al Foro de São Paulo como una sociedad de debate.

Pero el Foro de São Paulo es la mayor agrupación mundial de gobiernos, partidos políticos, organizaciones no gubernamentales, grupos de terceros, guerrillas y terroristas marxistas.

Sus acciones afectan a estadounidenses y europeos a través del tráfico de drogas, la inmigración selectiva, la financiación de partidos políticos en Occidente y el apoyo a grupos violentos como Black Lives Matter, cuyos líderes asisten a las conferencias del Foro de São Paulo y establecen contactos con ellos.

El Foro de São Paulo fue creado en 1990 por Fidel Castro, el tirano comunista cubano de larga data, y Lula, entonces líder del Partido Socialista de Brasil.

Existían dos razones principales para formar una red hemisférica de comunistas. En primer lugar, aparte de en Cuba, los comunistas no habían conseguido hacerse con el poder de la forma marxista tradicional: la revolución violenta seguida del terror de Estado. Así que se necesitaba otro enfoque.

La segunda razón: La Unión Soviética -el pagador de todos los comunistas desde su creación en 1917- se estaba derrumbando en aquel momento.

La estrategia clave del Foro de São Paulo, después de pasar de las balas a las papeletas, era que los marxistas se presentaran a las elecciones no como marxistas en sí, sino como populistas, reformistas o cruzados contra la corrupción. Después, tras ganar, cambiarían las constituciones y la sociedad.

Las cumbres anuales del Foro de São Paulo, los frecuentes talleres y las reuniones más pequeñas se convirtieron en plataformas para planificar y compartir las «mejores prácticas». En su reciente discurso, Lula recordó a su audiencia que fue el Foro de São Paulo el que introdujo la estrategia electoral, «y sabéis que hemos conseguido muchas victorias».

Utilizando este kit de bricolaje político, Hugo Chávez fue elegido presidente de Venezuela en 1998, poniendo instantáneamente los enormes ingresos del petróleo de ese país -y los ingresos del narcotráfico en rápido crecimiento- a disposición de los otros comunistas del Foro de São Paulo.

Lula fue elegido presidente de Brasil en 2002 y gobernó durante ocho años, para volver a ser elegido en 2022. Evo Morales le siguió en 2005 en Bolivia y Rafael Correa en 2006 en Ecuador.

Todos, excepto Lula, han sido acusados por el gobierno estadounidense de colaborar con guerrillas marxistas terroristas y cárteles de la droga. La guerrilla colombiana de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y el ELN (Ejército de Liberación Nacional), así como la guerrilla maoísta peruana de Sendero Luminoso, han participado en las reuniones del Foro de São Paulo.

Una segunda ola de marxistas ha sido elegida desde la última conferencia en 2019-en Chile, Colombia, Honduras, Perú y, por supuesto, Brasil. Una organización de extrema izquierda llamada Congreso Norteamericano en América Latina se jacta de que el 80 por ciento de la región está ahora bajo el control de la izquierda.

Una reciente adición a la estrategia ganadora del Foro de São Paulo ha sido el uso de las redes sociales para incitar y organizar protestas callejeras en las sociedades libres, y luego utilizar el descontento resultante para colocar a los marxistas en el poder en las elecciones.

Las revueltas callejeras al estilo BLM en Chile y Colombia allanaron el camino para la elección de sus líderes marxistas. Como se dijo en la declaración de clausura de la reunión, este caos se ha traducido en «victorias electorales».

Todos estos gobiernos de izquierda están abriendo la región a China. La declaración de apertura del Foro de São Paulo fue tan elogiosa con China como despectiva con Estados Unidos.

«El proyecto estadounidense de dominación sobre América Latina y el Caribe se enfrenta a un entorno marcado por amenazas a su hegemonía», decía el documento, añadiendo:

«La disputa con China, y la creciente presencia de fuerzas políticas progresistas o de izquierda en los gobiernos regionales… constituyen un importante desafío para un país afectado por múltiples crisis que se manifiestan en los ámbitos político, económico, social y cultural.»

«La cooperación entre China y América Latina no es nueva y crecerá en el futuro. China representa un factor de estabilidad y equilibrio en la región … . No existen conflictos de intereses entre China y América Latina, ya que la República Popular China nunca ha atacado ni ocupado ilegalmente ningún territorio latinoamericano.»

Estados Unidos, según el documento, intenta «revertir su declive y recuperar su anterior estatus hegemónico, un esfuerzo desesperado que pone en riesgo la paz mundial».

La declaración final también calificó a Cuba, que no conoce la democracia ni la libertad desde hace más de 60 años, de «patrimonio universal de la dignidad».

Es hora de que tomemos en serio a esta gente, aunque nuestros «líderes» no lo hagan.

La versión española de este comentario fue publicada por primera vez por la Fundación Disenso. Reimpreso con permiso de The Daily Signal, una publicación de The Heritage Foundation.


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