El gobierno federal retendría el alivio del COVID-19 a los estados que no requieran que las personas usen mascarillas, bajo una enmienda propuesta por la senadora Diane Feinstein (D-Calif.).
Feinstein dijo en un comunicado que planea introducir formalmente la enmienda en el próximo proyecto de ley de estímulo COVID-19 del Senado. Ella pidió a sus colegas legisladores que apoyen la medida.
El líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell (R-Ky.), ha dicho que planea presentar el próximo proyecto de ley de estímulo para fin de mes.
«En ese momento, tengo la intención de ofrecer una enmienda para prohibir el envío de fondos a los estados que no han adoptado el requisito de mascarilla en todo el estado», dijo Feinstein.
“La situación empeora cada día. Varios estados, incluidos California, Alabama y Montana, ya requieren mascarillas en público. Esto debería ser universal. Mi esperanza ha sido que otros gobernadores demuestren el liderazgo para instituir sus propios mandatos de mascarilla, pero hasta ahora eso no ha sucedido», agregó. «Es hora que el Congreso intervenga. Esto es una cuestión de vida o muerte y la política partidista no debería jugar un papel».
El presidente Donald Trump dejó a los gobernadores decidir individualmente sobre las medidas para detener la propagación del virus del Partido Comunista Chino (PCCh), comúnmente conocido como coronavirus. Algunos gobernadores, incluidos Gavin Newsom (D) de California y Andrew Cuomo (D) de Nueva York, han ordenado el uso de mascarillas obligatorio. Otros, incluidos el gobernador de Georgia Brian Kemp (R) y la gobernadora de Dakota del Sur Kristi Noem (R) se han resistido a hacerlo. El gobernador de Texas, Greg Abbott (R), ordenó recientemente a las personas en la mayoría de los condados que usen mascarillas después de resistirse a tales llamados anteriormente.
Kemp también ha emprendido acciones legales para bloquear a los funcionarios locales que implementan dichos mandatos.
Los esfuerzos de esos gobernadores contradicen los consejos de los funcionarios federales de salud, incluido el del cirujano general Jerome Adams, quien dijo el domingo que Estados Unidos podría revertir su tendencia al alza de nuevos casos de coronavirus si más estadounidenses «hicieran su parte», incluyendo el uso de mascarillas en público.
Durante las primeras etapas de la pandemia, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos y la Organización Mundial de la Salud desaconsejaron el uso de mascarillas. Desde entonces, ambas organizaciones cambiaron de rumbo y ahora recomiendan usar mascarillas.
Una revisión de estudios científicos (pdf) publicada en abril descubrió que, si bien no había ensayos de control aleatorio que mostraran evidencia directa que las mascarillas pueden ayudar a detener la propagación del virus del PCCh, un número creciente de estudios e informes de casos mostraron evidencia indirecta que las mascarillas si pueden ayudar.
«La preponderancia de la evidencia indica que el uso de mascarillas reduce la transmisibilidad por contacto al reducir la transmisión de gotitas infectadas en contextos tanto de laboratorio como clínicos», concluyeron los científicos. «Recomendamos que los funcionarios públicos y los gobiernos alienten firmemente el uso de mascarillas faciales generalizadas en público, incluido el uso de una regulación adecuada».
Una revisión similar publicada en The Lancet en junio tampoco encontró ensayos de control aleatorio sobre la efectividad de las mascarillas, pero concluyó, basado en 44 estudios de observación comparativos, que «el uso de mascarillas podría resultar en una gran reducción en el riesgo de infección».
Según el epidemiólogo de la Universidad de California en San Francisco, George Rutherford, las personas aún pueden contraer COVID-19 a través de las membranas de sus ojos, un riesgo que no puede mitigarse con una mascarilla facial.
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