Refiriéndose a las amenazas de seguridad nacional en el ciberespacio que Estados Unidos está enfrentando, John Carlin, ex Fiscal General Asistente de la División de Seguridad Nacional del DJ, dijo «Estamos al comienzo de este espacio. Y aún estamos tanteando cómo se ven las líneas rojas. Pero ha comenzado».
John Demers, Fiscal General Asistente de la División de Seguridad Nacional, dijo: «Está sucediendo mucho en este espacio. Solo mantengan sus ojos abiertos. No estamos hablando de historia. Estamos hablando del presente y del futuro».
Carlin publicó el libro «Amanecer de la Guerra de Códigos» el octubre pasado, en el que analiza el aumento de las amenazas cibernéticas de los adversarios de EE. UU., y las estrategias que se han desarrollado para combatirlas. Él y Demers aparecieron en un panel con el nombre de su libro en el Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales el 15 de enero.
Demers compartió unas historias tras bambalinas sobre algunos de los ataques.
«Lo que están robando no son secretos nacionales. Son cosas como correos en los que consta el precio de compañías solares, de manera que ellos bajan los precios justo por debajo del precio mínimo que podría soportar la compañía», dijo.
«Y entonces, para agregar al insulto o la injuria, luego que esa compañía solar quedó en bancarrota y demandó por prácticas de competencia desleal, les robaron toda la estrategia de litigio».
«Y reunimos un archivo que muestra cuándo sucedió esta actividad. Desde las 9 a.m. de la mañana, hasta alrededor del mediodía, alcanza el máximo. Disminuye desde el mediodía hasta la 1 p.m.: el horario del almuerzo. Aumenta otra vez entre la 1 y las 6 p. m. Disminuye por la noche, los fines de semana y en las festividades chinas.
«Así que el fiscal anterior y yo dijimos ‘Evidencia circunstancial: Ésto viene de China'».
Demers dijo que en los últimos ocho años, en el 90 por ciento de los casos del DJ en que se acusaba espionaje económico, China estaba involucrada.
«Hay una norma internacional, esto es, las agencias de inteligencia [de los] países no roban propiedad comercial e intelectual. Punto. No lo hacemos».
«La razón por la que lo sé es que hay una norma internacional y que en los últimos ocho años, el 90 por ciento de los casos de espionaje económico en que formulamos acusación involucran un país, y ese es China. Lo que significa que el resto del mundo tampoco lo está haciendo», dijo Demers.
En una audiencia del Senado de diciembre sobre «El espionaje no tradicional de China contra Estados Unidos: la amenaza y las potenciales respuestas políticas», la República Popular de China fue calificada como la amenaza más grande a la economía y la seguridad nacional de EE. UU.
El General Keith Alexander estima que las ganancias de China que provienen de espionaje económico alcanzan los USD 600.000 millones, «la más grande transferencia de riqueza en la historia»
Enjuiciamiento y sanciones
Tanto Carlin como Demers dijeron que, dada la credibilidad del sistema de justicia de EE. UU., el enjuiciamiento es una muy buena herramienta para abordar el problema y permitirá al público estadounidense saber cuán seria es la «guerra de códigos».
Otra buena herramienta son las sanciones.
Carlin dijo: «Otra herramienta que pienso que no será usada lo suficiente, que entró en efecto bajo una orden ejecutiva del Presidente [Barack] Obama, y está siendo firmada otra vez con la misma declaración de emergencia económica por el Presidente [Donald] Trump, es la orden ejecutiva que permite la sanción no solo de los actores cibernéticos que roban información, sino de las compañías que se benefician de los secretos robados».
El 1 de abril de 2015, Obama firmó una orden ejecutiva para «Bloquear la propiedad de ciertas personas que se involucran en significativas actividades maliciosas habilitadas por el ciberespacio», autorizando las sanciones a individuos o entidades cuyas acciones en el ciberespacio resultan en considerables amenazas a la seguridad nacional, la política exterior, la salud de la economía, o la estabilidad financiera de Estados Unidos.
En 2015, Obama y el líder chino Xi Jinping llegaron a un convenio, en el que «Estados Unidos y China acordaron que el gobierno de ninguno de sus países conduciría o apoyaría conscientemente el robo de propiedad intelectual habilitado por el ciberespacio, incluidos secretos comerciales u otra información confidencial de negocios, con el objeto de brindar ventajas competitivas a compañías o sectores comerciales».
El 20 de diciembre de 2018, Estados Unidos formuló una acusación contra dos hackers chinos vinculados al Ministerio de Seguridad Estatal de China por una extensiva campaña global de intrusión en computadores, que fue llevada a cabo por más de una década.
Demers dijo que la importancia del caso es que fue la primera acusación contra hackers chinos posterior al acuerdo entre Obama y Xi.
Demers dijo que espera que la acusación pueda sentar las bases para posteriores trabajos preparatorios, de manera que puedan usar su autoridad para llamar la atención a este asunto. También podría ayudar a los miembros del Congreso a tomar conciencia de estas actividades.
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