WASHINGTON – Una comisión de expertos formada por el Congreso de Estados Unidos advirtió que las ambiciones de China por controlar la próxima generación de redes móviles tendrá importantes repercusiones para la competitividad, la privacidad de datos y la seguridad nacional de Estados Unidos.
La Comisión de Revisión Económica y de Seguridad de Estados Unidos y China (USCC por sus siglas en inglés) afirma en un informe que el gigante asiático está invirtiendo fuertemente en las redes de tecnología inalámbrica de quinta generación (5G). La importante financiación estatal para la implementación de 5G es parte del plan industrial integral del régimen comunista para consolidar el dominio tecnológico a nivel mundial y reducir la dependencia china de la tecnología extranjera.
La red 5G, que sustituirá a la red móvil de cuarta generación (4G), tiene el potencial de aumentar 100 veces la velocidad de transmisión de datos y transformar Internet. También permite el ahorro de energía y una conectividad generalizada de dispositivos a través de Internet de las cosas (IoT por sus siglas en inglés). Dado que se trata de una red definida por software, podría reemplazar la necesidad de cables al operar en gran parte en la nube.
Las normas internacionales de 5G se establecerán para 2019 y se espera un despliegue comercial a gran escala para 2020. Sin embargo, se enfrenta a múltiples obstáculos, el más importante es el costo. Se necesitan grandes inversiones para esta red inalámbrica de próxima generación.
Se espera que la red 5G y las tecnologías posteriores traigan billones en beneficios económicos, y las compañías estadounidenses y chinas están inmersas en una feroz competencia para obtener la ventaja de llevar la delantera en la carrera.
En la actualidad, empresas estadounidenses como Qualcomm, Intel, Cisco, Amazon y Google son líderes mundiales en el desarrollo de redes de próxima generación, según el informe de la USCC. Sin embargo, las políticas estatales de China debilitan la competitividad de Estados Unidos.
El régimen chino está apoyando a sus empresas para que sean líderes en estándares internacionales de 5G para lograr que establezcan los estándares globales. Tal situación podría resultar en mayores ingresos para China y en un mayor control global sobre el futuro desarrollo de tecnología inalámbrica y de los estándares, advierte USCC en el informe.
El régimen chino junto los operadores de telecomunicaciones y las empresas locales como Huawei y ZTE, están trabajando duramente para estar a la vanguardia de la producción de equipos para esta nueva tecnología.
Según el informe, China ya domina los equipos de red mundial, lo que plantea serias preocupaciones en la cadena de suministro sobre una implementación segura de las redes 5G en Estados Unidos. Además, China es el mayor fabricante mundial de dispositivos de IoT que recopilan enormes cantidades de información de los usuarios.
“El rápido aumento de estos dispositivos de IoT, en gran medida inseguros, está creando numerosos puntos de vulnerabilidad para la recopilación de información, los ataques cibernéticos, el control industrial o la censura”, señala el informe.
Los datos de Estados Unidos podrían ser expuestos a través de estos dispositivos, y el régimen chino podría tener amplios poderes para acceder a los datos personales y corporativos de Estados Unidos, agregó el informe.
El informe también contiene una serie de recomendaciones para contrarrestar los potenciales problemas de seguridad planteados por las políticas industriales de Beijing para impulsar las tecnologías de IoT y 5G.
USCC recomienda que el Congreso exija a la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca que se asegure que todas las agencias gubernamentales aborden las vulnerabilidades de la cadena de suministro que surgen de China.
También aconseja al Congreso para que dirija a la Administración Nacional de Telecomunicaciones e Información y a la Comisión Federal de Comunicaciones para lograr la implementación rápida y segura de la tecnología 5G “con un enfoque particular en la amenaza que representan los equipos y servicios diseñados o fabricados en China”.
Estrategia nacional en materia de espectro
El presidente Donald Trump firmó el mes pasado un memorándum presidencial en el que ordenaba al Departamento de Comercio que desarrollara una estrategia nacional para la política del espectro, a fin de promover la innovación y el dominio de la 5G en EE.UU.
“Estados Unidos ya es el líder mundial en tecnología 4G”, declaró la Casa Blanca en un informe. “Para liderar en 5G y cosechar los beneficios de mejores conexiones inalámbricas y más rápidas, debemos tener una política de espectro estratégica con visión de futuro”.
La empresa de investigación GSMA Intelligence pronostica que habrá 1300 millones de conexiones 5G para 2025, sin embargo, esto depende de la capacidad de los gobiernos para poner a disposición suficiente espectro.
Según la GSMA, los gobiernos deben asignar espectro suficiente a los servicios móviles de próxima generación para que sean más asequibles y accesibles para todos.
AT&T, Verizon Communications, Sprint y T-Mobile están trabajando para adquirir espectro, y están comenzando a desarrollar y probar redes 5G.
Desde 2015, China superó a Estados Unidos en aproximadamente 24.000 millones de dólares en gastos de infraestructura de comunicaciones móviles, según la consultora Deloitte. China construyó 350.000 nuevos sitios durante ese período. Mientras tanto, Estados Unidos desarrolló menos de 30.000, según un informe de Deloitte.
“De cara al futuro, el plan económico quinquenal de China especifica 400.000 millones de dólares en inversiones relacionadas con 5G. En consecuencia, China y otros países pueden estar creando un tsunami de 5G, lo que hace casi imposible ponerse al día”, señala el informe.
Al reconocer el enorme potencial económico y militar de la IoT, el régimen chino hizo de la IoT y de sus tecnologías facilitadoras, como la red 5G y la Inteligencia Artificial, las piedras angulares de su proyecto “Made in China 2025”.
En el plan industrial, presentado hace tres años, el régimen chino anunció el objetivo de lograr el dominio en 10 industrias de alta tecnología para 2025, incluyendo tecnología avanzada de la información, robótica, aviación y nuevos vehículos de energía.
Para hacer realidad sus ambiciones económicas, el régimen recurrió a diversas tácticas, como el espionaje industrial, el robo cibernético, las fuertes subvenciones gubernamentales, las empresas conjuntas forzadas a cambio de acceso al mercado chino y la adquisición de empresas extranjeras para conseguir tecnologías sensibles.
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