El Departamento de Estado hizo un llamado al pueblo hondureño para mantener la calma ante la violencia desatada en contra de varios congresistas opositores este martes.
El subsecretario adjunto para asuntos del hemisferio occidental de la administración Biden, Brian Nichols, pidió a través de su cuenta de X, antes Twitter, que las autoridades de Honduras mantengan el diálogo y elijan a un Fiscal General. Dijo que “la violencia no tiene lugar en una democracia”.
Esto ocurre tras los disturbios violentos en el Congreso Nacional este martes por la noche, donde varias personas resultaron lesionadas, incluyendo diputados y periodistas.
El choque se produjo entre activistas del oficialismo y legisladores de la oposición que denunciaron en redes sociales que los habían dejado encerrados en el interior del Congreso, mientras que otros indicaron que no les dejaban entrar.
Tras la trifulca, la representante María Elvira Salazar (R-FL), instó a la administración Biden a replantear la relación de Estados Unidos con Honduras. Dijo que las agresiones de activistas del oficialismo contra los opositores recuerdan “los peores tiempos de chavismo en Venezuela”. “El comunismo duro ha llegado a Honduras”, escribió hoy a través de X.
La embajadora de Estados Unidos en Honduras, Laura Dogu, expresó el mismo martes su preocupación por los actos de violencia y pidió a los partidos políticos que buscaran el diálogo y que eligieran a su nuevo fiscal general del Estado y fiscal general adjunto, conforme a la ley.
Los diputados llevan dos meses sin celebrar sesiones, luego de que a finales de agosto no pudieron lograr un consenso para elegir a los fiscales, quienes debieron asumir el 1 de septiembre.
La violencia se desató tras la llegada de los activistas para apoyar al titular del Congreso, Luis Redondo, quien antes convocó a una sesión de la Junta Directiva.
Por su parte, los legisladores de la oposición, que conforman la mayoría del congreso, se autoconvocaron para celebrar una sesión ordinaria que ampliaría hasta enero las sesiones ordinarias que debían terminar el martes.
Redondo calificó como “ilegal” la convocatoria y dijo que su objetivo era «desestabilizar y derrocar” el poder legislativo.
Durante los disturbios, se lanzaron piedras y palos. Mientras que los pocos policías del congreso no intervinieron, según informa DW.
La semana pasada, la congresista Salazar convocó a una audiencia en el Subcomité sobre Asuntos del Hemisferio Occidental, del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara, para examinar al gobierno de Castro y los riesgos que representa para Estados Unidos.
Dijo que «el legado socialista de la familia Zelaya amenaza precisamente la estabilidad y la prosperidad económica» de ambos países.
Con información de EFE.
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