WASHINGTON – Los problemas de seguridad nacional han impulsado un control más estricto de las inversiones a medida que numerosos países introducen nuevos marcos normativos dirigidos a los compradores extranjeros, en particular a las empresas financiadas por el Estado chino.
Casi el 12 por ciento de la inversión extranjera directa mundial fue bloqueada en 2018 por motivos de seguridad nacional, según un estudio de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
«En los últimos años, hubo numerosos casos en los que la inversión extranjera fue rechazada por los países importadores por razones de seguridad nacional y por las preocupaciones públicas relacionadas con ella», según un informe de la UNCTAD.
«Existe una tendencia de hacer más estrictos los controles de las inversiones ampliando el alcance y la profundidad de los procedimientos de control y las correspondientes obligaciones de divulgación de información a los inversores extranjeros».
La UNCTAD identificó por lo menos 20 casos en los que las adquisiciones extranjeras previstas se bloquearon o cancelaron en el período comprendido entre 2016 y septiembre de 2019. Dieciséis de los 20 casos se referían a inversores chinos. El valor total de estas transacciones bloqueadas ascendió a más de 162,500 millones de dólares.
Además, el análisis de las inversiones extranjeras relacionadas con la seguridad nacional está aumentando.
«En Italia, por ejemplo, la cantidad de procedimientos de este tipo en 2018 fue 255 por ciento más alta en comparación con 2015; en Estados Unidos, la cantidad de casos examinados en 2018 fue 160 por ciento más alta que en 2015», dice el informe.
En el pasado, la evaluación de las inversiones era más relevante para los sectores militares y de defensa. Hoy en día, se amplía para cubrir tecnologías y conocimientos clave, como la inteligencia artificial, la robótica, los semiconductores, 5G, las biotecnologías, los satélites y el sector aeroespacial. También se aplica para controlar el acceso de los extranjeros a los datos sensibles de los ciudadanos nacionales.
Tanto los países desarrollados como los emergentes han introducido nuevas medidas para impulsar los mecanismos de control de las inversiones en respuesta a las crecientes preocupaciones de seguridad nacional. En casi ocho años, al menos 13 países introdujeron nuevos marcos normativos. También se han introducido importantes enmiendas en las leyes vigentes sobre inversión extranjera.
Según la UNCTAD, hay varias razones que explican el aumento de la presión sobre los compradores extranjeros. Los países quieren asegurarse de que las tecnologías y los conocimientos técnicos de vanguardia permanezcan en manos nacionales, ya que son fundamentales para la competitividad de un país. Además, tratan de bloquear las crecientes actividades de inversión de las empresas estatales o los fondos soberanos de inversión extranjeros.
Los gobiernos utilizan las empresas estatales para comprar empresas en el extranjero como medio para adquirir tecnologías y conocimientos técnicos fundamentales. Por lo tanto, un control más estricto por razones de seguridad nacional tiene un impacto significativo en esos inversores, en particular de China.
Por ejemplo, el gobierno del Canadá bloqueó en mayo de 2018 adquisiciones de la empresa constructora canadiense Aecon, por valor de 1500 millones de dólares, por ser parte de una empresa estatal china. El gobierno canadiense declaró que «está abierto a la inversión internacional que crea puestos de trabajo y aumenta la prosperidad, pero no a expensas de la seguridad nacional».
El presidente Donald Trump emitió una orden en septiembre de 2017 para evitar la adquisición de Lattice Semiconductor Corporation por parte de un grupo de inversores chinos, incluido un fondo de capital de riesgo controlado por el estado. Trump siguió una recomendación del Comité de Inversiones Extranjeras en los Estados Unidos (CFIUS), que se había opuesto a la transacción por razones de seguridad nacional.
EE.UU. amplía la evaluación de la inversión extranjera
Los Estados Unidos ha mejorado el actual proceso de evaluación de las inversiones para hacer frente a las amenazas de la seguridad nacional que plantean las inversiones chinas en particular.
La Ley de Modernización de Evaluación de Riesgos de la Inversión Extranjera (FIRRMA por sus siglas en inglés) fue aprobada por el Congreso de los Estados Unidos con un apoyo bipartidista abrumador y fue firmada por el presidente Donald Trump en 2018.
El proyecto de ley refuerza el CFIUS al poner las nuevas transacciones bajo su autoridad de revisión. Permite al comité examinar y bloquear los acuerdos que implican la transferencia no solo de acciones de control, sino también de participaciones minoritarias en empresas que se dedican a la infraestructura o la tecnología sofisticada.
Alemania también endureció las normas sobre las inversiones extranjeras consideradas como amenazas a la seguridad nacional. En diciembre del año pasado, el gobierno alemán amplió su capacidad de bloquear los acuerdos extranjeros, al reducir el umbral para la evaluación del 25 por ciento al 10 por ciento de los derechos para las adquisiciones directas o indirectas de empresas alemanas.
Los funcionarios del gobierno dijeron que tenían que reducir el umbral para supervisar las adquisiciones en sectores sensibles de la economía.
El sentimiento proteccionista comenzó a crecer en Alemania después de que un fabricante de electrodomésticos chino adquiriera Kuka AG, un fabricante alemán de robots en 2016. El acuerdo había suscitado controversia y aumentó la preocupación de que China pudiera estar comprando tecnologías de alta gama que son estratégicamente importantes para la economía alemana. Esto condujo al bloqueo de la compra del fabricante alemán de chips Aixtron por ser parte de un fondo chino. La administración Obama también prohibió la adquisición de la subsidiaria estadounidense de Aixtron por la misma razón.
El Reino Unido también reveló una política de 120 páginas el año pasado con el fin de fortalecer el poder del gobierno para prevenir las operaciones de adquisición en el extranjero de activos británicos que plantean problemas de seguridad nacional. El Reino Unido se ha dirigido principalmente a los inversores chinos y rusos.
Según la UNCTAD, otros países que han mejorado el control de la inversión extranjera en los últimos años son Australia, Canadá, Italia y Nueva Zelanda.
En su proyecto «Made in China 2025» el régimen chino reveló sus ambiciones de lograr el dominio en 10 industrias de alta tecnología, incluyendo la tecnología de la información avanzada, la robótica, la aviación y los vehículos de nueva energía.
Para realizar sus objetivos, China ha recurrido a varias tácticas, incluyendo el espionaje industrial, el robo cibernético, las empresas conjuntas forzadas a cambio de acceso al mercado y la adquisición de empresas extranjeras para conseguir tecnologías de punta.
Según un informe del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR), la intención de China no es tanto unirse a las filas de las economías de alta tecnología como las de Estados Unidos, Alemania, Corea del Sur y Japón, sino más bien reemplazarlas por completo.
«Made en China 2025» esboza los objetivos para lograr el 70 por ciento de «autosuficiencia» en componentes básicos y materiales básicos en las industrias de alta tecnología para el año 2025.
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