WASHINGTON— En la lucha contra la pandemia, las empresas y las organizaciones sin fines de lucro de todo Estados Unidos se están preparando para mantener seguros a los trabajadores de la salud y a sus comunidades.
Incontables pequeñas empresas e individuos se unen y utilizan su manufactura para aliviar vigorosamente la escasez de suministros médicos creada por el brote. Actuando por compasión y generosidad, estas organizaciones trabajan las 24 horas del día para entregar desinfectantes de manos, mascarillas, batas de aislamiento y respiradores a quienes más los necesitan.
El piloto de NASCAR Colin Garrett, de 19 años, se ha asociado con dos destilerías de Virginia, Springfield Distillery y Bondurant Brothers, para suministrar desinfectante de manos gratis a residencias de ancianos, hospitales y departamentos de policía y bomberos en el centro sur de Virginia. Él no puede participar en carreras ahora debido al encierro, pero está entusiasmado por ponerse al volante de una manera diferente para apoyar a su comunidad.
«Empecé a hacer entregas personalmente la semana pasada. Vamos a seguir tratando de hacer eso durante todo el tiempo que podamos», comentó Garrett a The Epoch Times.
Lleva más de un año trabajando en la promoción de la organización sin fines de lucro Racing For Heroes, que ofrece servicios gratuitos para combatir el suicidio de los veteranos de guerra. Mientras reparte desinfectante para manos, Garrett continúa promoviendo los servicios gratuitos de la organización sin fines de lucro para ayudar a los veteranos en un momento inusualmente difícil.
Mike Evock, fundador de Racing For Heroes, expresó en una declaración que «si bien este es un momento difícil para todos, es especialmente difícil para aquellos que corren el riesgo de suicidarse».
Por el pánico, muchos americanos han respondido a la crisis almacenando suministros. El desinfectante para manos, que ayuda a prevenir la propagación del virus, se ha convertido en uno de los productos más solicitados del mercado. Algunas personas incluso trataron de explotar la situación acaparando estos artículos esenciales para su reventa.
Las destilerías de todo el país están cambiando ahora su producción para aliviar la escasez de suministros. La empresa cervecera Dry County Brewing Company de Kennesaw (Georgia) dejó de fabricar una de sus cervezas más vendidas, el vodka con limonada y arándanos, y pasó a producir un desinfectante para manos.
«El hecho de que la gente especulara con los precios o acaparara [los suministros] es lo que hizo que la idea se hiciera realidad», explicó Trey Sinclair, fundador y presidente de Dry County Brewing, a la emisora de radio deportiva de Atlanta 92.9 The Game.
Sinclair está regalando el desinfectante de manos a los asilos, estaciones de bomberos e incluso a los barrios de forma gratuita. La respuesta ha sido fenomenal, y el tráfico en la cervecería para conseguir suministros de desinfectante a granel es muy alto, señaló.
De la fabricación de bolsos a las máscaras médicas
Unshattered, una organización sin fines de lucro que capacita y emplea a mujeres que luchan contra la adicción, ha pasado de crear y vender bolsos de materiales reciclados a producir máscaras faciales para ayudar a los hospitales.
Fundada por una exejecutiva de IBM, Kelly Lyndgaard, la organización ha estado ayudando a las mujeres a superar la adicción, la falta de vivienda y el comportamiento criminal en la ciudad de Nueva York.
Lyndgaard manifestó a The Epoch Times que actualmente, seis mujeres que se están recuperando cosen con máquinas de coser industriales en la oficina para producir máscaras.
«A las 24 horas del pedido de equipos de protección, estábamos en plena producción, y había cambiado todas nuestras operaciones para hacer máscaras para nuestra comunidad», explicó.
Uno de los miembros del equipo le remarcó a Lyndgaard que estaba agradecida a la «comunidad por confiar en ella para hacer una tarea tan noble».
«Creo que eso es algo muy importante», enfatizó Lyndgaard. «Porque en su antigua vida, estas mujeres no tenían un impacto positivo en la comunidad. Pero para ellas, el poder hacer algo que se siente heroico ha sido muy especial».
La organización sin fines de lucro también ha lanzado una campaña que anima a otras mujeres a coser máscaras en sus casas y a donar para la causa. La organización está produciendo actualmente 1000 máscaras por semana que son dadas a varios hospitales en la ciudad de Nueva York.
Brooks Brothers, el minorista más antiguo de Estados Unidos, anunció el 30 de marzo que comenzaría a fabricar máscaras y batas. La compañía está convirtiendo sus fábricas de Nueva York, Carolina del Norte y Massachusetts para producir hasta 150,000 máscaras por día en lugar de corbatas, camisas y trajes.
Allen Edmonds Shoe Corp. se unió a la carrera, declarando que produciría máscaras para los hospitales locales en Wisconsin.
«Las mismas máquinas que se usaban para fabricar y coser el cuero de nuestros zapatos ahora trabajarán para producir más de 5000 máscaras por día», declaró la compañía en un correo electrónico.
El CEO de MyPillow, Mike Lindell, quien es un partidario del presidente Donald Trump, anunció que transformó el 75 % de su capacidad de fabricación para producir hasta 50,000 máscaras por día.
Tres pequeñas empresas de ropa asociadas en Manhattan —Mary Nez, 6 boutique Henshaw y Raúl Peñaranda— se dedican hace más de una semana a coser máscaras faciales, que han estado donando a los hospitales locales de la ciudad de Nueva York y a los equipos de primeros auxilios.
Mientras tanto, Woodside Homes, una empresa de construcción de viviendas que opera en varios estados, respondió a un pedido de Leading Builders of America, una asociación de constructores de viviendas, para recolectar máscaras protectoras N95 para donarlas a los trabajadores de la salud. La empresa comunicó que el esfuerzo dio como resultado la recolección de un total de 100,000 máscaras.
Los empresarios de las tecnologías se unen a la lucha
Un par de empresarios junto con docenas de voluntarios crearon un nuevo sitio web para hacer frente a la escasez de equipos de protección personal (EPP) como mascarillas N95, guantes quirúrgicos y batas de aislamiento, así como de dispositivos médicos como los respiradores. La plataforma en Internet, llamada Proyecto N95, sirve de intermediario entre las instituciones de atención a la salud y los proveedores de todo el mundo.
Desde su lanzamiento el 20 de marzo, la organización sin fines de lucro ha recibido solicitudes de más de 2000 instituciones, incluidos hospitales y municipalidades, en las que se solicitan cientos de millones de piezas de equipo de protección personal.
«Cientos de millones, si no miles de millones de equipos de protección personal (EPP) necesarios en la próxima serie de seis meses y más adelante, es abrumador, y eso es solo para los trabajadores de primera línea», afirmó Andrew Stroup, uno de los miembros fundadores del Proyecto N95, a The Epoch Times.
«Hemos coincidido y estamos rastreando a los millones de artículos que están en progreso en los Estados Unidos».
Además, las grandes empresas han aumentado la fabricación de respiradores, que son fundamentales para el tratamiento de los pacientes con COVID-19.
Ford Motor y General Electric anunciaron el 30 de marzo que se han asociado para producir 50,000 respiradores en 100 días, con un objetivo de producción de 30,000 respiradores al mes.
El presidente Trump informó a la prensa el 31 de marzo que al menos 10 empresas, entre ellas General Motors, se han unido al esfuerzo de producir respiradores.
«Nuestro futuro está en nuestras manos, y las elecciones y sacrificios que hagamos determinarán el destino de este virus», sostuvo Trump.
«Cada ciudadano, familia y empresa puede hacer la diferencia para detener al virus. Este es nuestro deber patriótico compartido».
Sigue a Emel en Twitter: @mlakan
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