Un paquete bomba enviado a la oficina central del banco holandés ING en Ámsterdam estalló este jueves en el interior del edificio y causó un herido por inhalación de humo, el tercer incidente similar contra una empresa local por segundo día consecutivo, confirmó la Policía holandesa.
El explosivo estalló cuando un empleado del banco abrió la carta, sin saber que podía contener explosivos, lo que provocó que inhalara el humo resultante de la explosión, pero sin provocar heridas graves ni a él ni al resto de los trabajadores que se encontraban dentro del banco.
A diferente de las dos explosiones que tuvieron lugar ayer a primera hora de la mañana y con las compañías aún sin abrir, el paquete de hoy llegó a la oficina de ING al mediodía, cuando los empleados ya estaban en pleno funcionamiento y dentro del edificio.
Un poco más tarde, un repartidor de correos en la población de Oudenbosch, en Brabante Septentrional, vio que salía humo de un paquete y lo tiró en la calle, un suceso que la Policía está investigando para determinar si había una bomba en su interior y si era similar a la que estalló en Ámsterdam.
A primera hora de este jueves, los empleados de otra compañía en Leusden, cerca de Ámsterdam, localizaron una carta bomba en el buzón de correos del edificio, pero el explosivo no llegó a estallar y fue desactivado por los servicios de emergencia correspondientes.
Dos paquetes bomba estallaron ayer en Ámsterdam y Kerkrade, sin provocar heridos, y la Policía cree que se trata de un chantaje a las compañías para que paguen una cantidad determinada en monedas electrónicas bitcoins, información que concluyen de otras cartas de amenaza que recibieron las empresas antes de los paquetes bomba el pasado enero.
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