Los residentes de una región de Wuhan, China, que se encuentra en confinamiento, salieron a las calles el 4 de septiembre enfrentando a la policía y a los guardias de seguridad para protestar contra la mantención de los confinamientos en sus comunidades en medio de un reciente brote de COVID-19.
Wuhan, capital de la provincia de Hubei, al centro de China, donde estalló el primer brote de la pandemia de COVID-19, impuso sus últimas rondas de cierres regionales al detectar casos asintomáticos a fines de agosto.
Panlongcheng, una zona de desarrollo económico al noroeste de Wuhan, quedó bajo confinamiento el 26 de agosto, informó al día siguiente el Comando de Control de la Pandemia de Panlongcheng.
A los residentes se les prohibió salir de sus casas y se ordenó el cierre de todos los lugares públicos excepto los supermercados e instituciones médicas designadas por el gobierno. También el transporte público fue suspendido, según el aviso.
Panlongcheng es el hogar de varios grandes complejos residenciales e industrias manufactureras. Tiene una población de más de 250,000 habitantes.
Han pasado casi diez días pero el territorio aún está bajo cierre, sin información de las autoridades sobre cuándo planean levantar las restricciones.
Las imágenes de video obtenidas por la edición china de The Epoch Times muestran a los ciudadanos de múltiples complejos residenciales reuniéndose para protestar. “¡Exigimos el levantamiento del cierre!” y “¡Nosotros queremos comida! ¡Tenemos que pagar préstamos! ¡Tenemos que alimentar a nuestra familia!”, gritaron los residentes.
Este año las protestas contra las políticas de Cero COVID del régimen comunista chino se han visto en varias ciudades, incluidas Chongqing, Beijing, Tianjin y Shanghai.
La edición en chino de The Epoch Times se puso en contacto con varias fuentes en Panlongcheng, quienes confirmaron que las protestas estallaron en muchos complejos residenciales. Una de las fuentes dijo que más de 2000 personas se reunieron para protestar en los tres complejos residenciales de Jun Court, Jin Court y Yu Court del complejo Caoshang.
“Nosotros queremos volver a trabajar porque debemos pagar las hipotecas y los préstamos de los automóviles. Nosotros debemos mantener a nuestros hijos y cuidar a nuestros padres”, dijo la residente local Zhang Qing (seudónimo), a la edición en chino de The Epoch Times el 4 de septiembre.
“La pandemia no matará a la gente, pero las dificultades de la vida sí”, agregó Zhang.
Preocupados por sus trabajos
Dado que los bloqueos son restricciones regionales, los empleados que viven en regiones bloqueadas están comenzando a perder sus trabajos, ya que algunas empresas de las regiones que no están bajo confinamiento están preocupadas por mantener sus operaciones normales.
Zhang es una de ellas. Ella dijo que no es capaz de afrontar los altos precios de los alimentos mientras no reciba un pago durante el confinamiento.
“Mi empresa reanudó su funcionamiento normal anoche, pero yo todavía estoy bajo confinamiento en casa”.
“Hace más de diez días que no voy a trabajar. ¿Qué jefe le pagará a uno por no trabajar durante tanto tiempo? añadió Zhang, indicando que está muy preocupada de que su empresa pueda despedirla.
Aumentan los precios de los alimentos
Como a los residentes encerrados no se les permite salir de sus hogares, ellos han tenido que depender de los comités comunitarios de sus vecindarios para acceder a los suministros de alimentos, que se supone deben proporcionar a los residentes una proporción de alimentos de los principales supermercados de manera regular.
Sin embargo, los comités no han proporcionado ningún alimento a los residentes en los últimos diez días, lo que ha dejado a las personas afectadas subsistiendo con lo que ellos mismos compran a pequeños revendedores, dijo Zhang, quien obtuvo el permiso de los comités para acceder a los residentes para las compras, pero sus precios son realmente altos.
El señor Fu (seudónimo), un residente de Panlongcheng, dijo el 4 de septiembre a The Epoch Times que los precios de los alimentos se habían “más que duplicado” en comparación con los precios regulares.
“Los mercados de productos frescos están cerrados y no podemos salir de casa”, dijo Fu. “Los vendedores que pueden entrar al complejo cobran precios altos por lo que ellos venden”.
Los altos precios de los alimentos son una de las razones por las que los vecinos salieron a protestar, agregó Fu.
Los pepinos tienen un precio de 16 yuanes (USD 2.30) el kilo (2.2 libras), los frijoles cuestan 30 yuanes (USD 6.40) el kilo y los tomates 11 yuanes (USD 1.60) el kilo, dijo Zhang a The Epoch Times.
Los residentes individuales no tienen acceso a los grandes proveedores de alimentos, como los supermercados, según Zhang. “Ellos solo tratan con comités comunitarios y administradores de fincas. Pero ni los comités comunales ni los administradores de la propiedad nos han ofrecido ninguna ayuda [para tener una venta de alimentos directamente desde los supermercados]”.
Hay un par de plataformas de compras grupales en línea que están abiertas para compras en línea “pero no tenemos un certificado para salir y las empresas en línea no tienen un certificado para entrar, por lo que no tenemos forma de obtener los alimentos que compramos en línea”, dijo Zhang.
Los residentes han criticado a los funcionarios locales por no hacer más para ayudar a enfrentar la difícil situación.
Indignación por restricciones y pruebas de PCR
“Nosotros estamos encerrados porque hay un caso positivo cuyo historial de rastreo tiene que ver con nuestra comunidad”, dijo Fu, agregando que, como resultado, su comunidad ha sido designada como un área de “alto riesgo”.
Las recientes medidas de confinamiento en la ciudad fueron desencadenadas por ocho casos asintomáticos detectados el 24 de agosto a través de la política del régimen de pruebas PCR periódicas obligatorias, según el principal organismo provincial de salud de la provincia de Hubei.
De acuerdo a un informe de NetEase, un importante portal chino de noticias en línea, en la mañana del 25 de agosto, cuando los residentes se preparaban para ir a trabajar como de costumbre, algunas rutas de salida de Panlongcheng y las estaciones de metro del distrito se cerraron sin previo aviso.
La Sra. Xia (seudónimo) dijo a The Epoch Times que el requisito de la prueba diaria de PCR en Panlongcheng y el cierre la han puesto ansiosa.
“Hacemos pruebas de PCR todos los días y ahora todavía estamos encerrados en nuestros hogares”, dijo criticando el enfoque de la vigilancia masiva continua de COVID-19.
Ssgún el Sr. Fu, él no ve sentido en imponer medidas de bloqueo tan estrictas ya que el virus COVID-19 se propaga a través de casos asintomáticos sin que las personas lo noten.
“Las llamadas políticas dinámicas de cero-COVID hacen sufrir a toda la sociedad” y la gente está harta de estas normativas, indicó a continuación.
«Algunas personas gritaron durante las protestas que ‘¡El agua que lleva el bote es la misma que se lo traga!'», dijo Fu, mencionando una cita de un antiguo dicho chino que aconseja a los gobernantes que traten bien a su gente ya que son los que de otro modo los derrocarán.
Las autoridades de gestión de Panlongcheng emitieron un aviso el 4 de septiembre en el que relajaron las medidas de aislamiento. A los residentes de ciertas comunidades se les dijo que podían abandonar sus hogares, pero no sus complejos residenciales. A los residentes de comunidades que no se consideran de alto riesgo se les dijo que podían abandonar sus complejos si presentaban una prueba de PCR negativa.
The Epoch Times no ha recibido una respuesta del comité de salud municipal de Wuhan, el comité de gestión de Panlongcheng y la oficina local de control y prevención de pandemias para recibir sus comentarios.
Con la contribución de Lin Cenxin, Yi Ru y Gu Xiaohua contribuyeron al artículo.
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