El senador Lindsey Graham (R-S.C.) ha dicho que un proyecto de ley de Nueva York que prohibiría a Chick-fil-A y a otras empresas mantener algunas de sus tiendas cerradas los domingos es una medida antiamericana contra la libertad religiosa.
«Esto es la guerra», dijo el Sr. Graham en un posteo en X del 22 de diciembre en respuesta al proyecto de ley estatal.
La Ley para Restaurantes de Área de Descanso exigiría a las empresas de comida rápida y afines que prestan servicios en la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey y en la autopista New York State Thruway operar siete días a la semana. El proyecto de ley afectaría a Chick-fil-A, que normalmente mantiene sus tiendas cerradas los domingos.
«Si esto sigue adelante, voy a introducir una legislación que retiene los fondos federales de cualquier ciudad o estado que requiere a @ChickfilA permanecer abierto el domingo», escribió el Sr. Graham online. «Los fundadores de Chick-fil-A tomaron desde el principio la decisión de cerrar los domingos, en consonancia con su fe. Para cualquier gobierno tratar de revertir esta decisión vuela en la cara de lo que somos como estadounidenses».
El fundador de Chick-fil-A, Truett Cathy, tomó la decisión de cerrar los domingos. Según el sitio web de la empresa, el fundador tomó la decisión para que «él y sus empleados pudieran reservar un día para descansar o rendir culto si así lo deseaban».
Comodidad para los viajeros
Según una nota en la que se explica el motivo del proyecto de ley, presentado por el asambleísta demócrata Tony Simone, el propósito de la medida es «garantizar que las instalaciones de transporte del Estado de Nueva York ofrezcan una fuente fiable de servicios de alimentación».
El proyecto de ley señalaba que la autopista New York State Thruway está reconstruyendo actualmente 27 áreas de servicio y que el público viajero depende de esos servicios para «descansar, repostar y comprar comida y bebida».
«Aunque no hay nada objetable en que un restaurante de comida rápida cierre un determinado día de la semana, las áreas de servicio dedicadas a los viajeros es una ubicación inapropiada para un restaurante de este tipo», dice el resumen. «Las áreas de servicio de titularidad pública deben utilizar su espacio para beneficiar al máximo al público. Permitir que el espacio comercial quede inutilizado una séptima parte de la semana o más es un perjuicio y un inconveniente innecesario para los viajeros que dependen de estas áreas de servicio».
El proyecto de ley entraría en vigor a los 30 días de su promulgación y sólo sería aplicable a los contratos «celebrados a partir de esa fecha». Por lo tanto, no se espera que las nuevas normas afecten a los locales de Chick-fil-A que ya están en funcionamiento.
El Sr. Graham señaló que «Chick-fil-A es una gran empresa con miles de locales que sirven al público un producto de calidad y cuidan de sus empleados. Nueva York está fuera de lugar y sus acciones no quedarán sin respuesta».
Las regulaciones del proyecto de ley no serían aplicables a las concesiones temporales o eventos como los mercados de agricultores, mercados de pulgas, o los vendedores locales con licencia o permiso para operar por las autoridades.
Discriminación religiosa
La Ley de Restaurantes de Paradas de Descanso ha provocado fuertes reacciones negativas en Internet, y algunos críticos sugieren que el proyecto de ley va dirigido contra los cristianos.
«Los liberales odian tanto al cristianismo que quieren hacer ilegal que Chick-fil-A cierre los domingos para que sus empleados tengan un día de descanso», dijo Charlie Kirk, fundador de Turning Point USA, en un post en X el 19 de diciembre.
El presentador de podcast Keith Olbermann rebatió el argumento, afirmando que el proyecto de ley «no tiene nada que ver con la religión».
«Se trata de un contrato para los restaurantes de las áreas de descanso de la autopista Thruway del Estado de Nueva York. TODOS tienen que estar abiertos 7 días a la semana. Esa es la cuestión», escribió.
El fundador de Chick-fil-A hizo donaciones a organizaciones cristianas, algunas de las cuales ejercían presión contra los matrimonios homosexuales, lo que convirtió a la marca en objetivo de los izquierdistas.
El Sr. Cathy comentó una vez que es «muy partidario de la familia —la definición bíblica de la unidad familiar».
En 2012, Chick-fil-A decidió alejarse de las controversias y emitió una declaración diciendo: «En adelante, nuestra intención es dejar el debate político sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo al gobierno y al ámbito político».
Más tarde en 2019, activistas LGBT en Toronto protestaron contra un nuevo punto de venta de la marca, con algunos coreando «¡Hey hey, ho-ho, la homofobia tiene que desaparecer!».
En marzo de 2019, el ayuntamiento de San Antonio impulsó la prohibición de Chick-fil-A en el Aeropuerto Internacional de San Antonio debido al supuesto «comportamiento anti-LGBTQ» del restaurante».
La prohibición siguió a un informe que revelaba que la compañía donó casi 2 millones de dólares al Ejército de Salvación, Fellowship of Christian Athletes y Paul Anderson Youth Home, tres organizaciones que, según el informe, discriminaban a las personas que se identificaban como LGBT.
La acción del ayuntamiento provocó una reacción masiva, con algunos acusando de discriminación religiosa.
Más recientemente, la marca se ha enfrentado a las críticas de los conservadores, con algunos sugiriendo un boicot a la empresa a principios de este año después de que se descubriera que Chick-fil-A tenía un vicepresidente de «diversidad, equidad [e] inclusión».
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