Estafadores se están aprovechando del miedo que la gente china tiene al Partido Comunista Chino y están engañando a estudiantes internacionales en Nueva Gales del Sur (NSW) mientras los fuerzan a representar secuestros falsos para extorsionar a sus padres.
La policía de NSW dice que tan solo en 2020 se reportaron al menos ocho «secuestros virtuales» y las estafas totalizan millones en dinero de rescate.
Se les ha dicho a los investigadores que los estafadores se contactan inicialmente con la víctima por teléfono. El estafador habla mandarín y dice representar una «autoridad china» que puede ser personal de la embajada, del consulado o la policía en China.
La persona que llama luego convence a la víctima que ha sido implicado en un crimen en China, o que se le ha robado la identidad y que debe pagar una suma para evitar acciones legales, el arresto o deportación.
Usando tecnología para enmascarar sus ubicaciones físicas, los estafadores continúan la comunicación con la víctima a través de aplicaciones como WeChat y WhatsApp.
Según la policía, algunas víctimas dicen que luego son obligadas a transferir dinero al exterior, a proveer información de cuentas bancarias, a entregar detalles de su identidad, y en algunos casos extremos se convence a las víctimas de representar un falso secuestro, también conocido como «secuestro virtual».
Los estafadores instruyen a las víctimas a cortar el contacto con la familia y amigos, a alquilar un cuarto de hotel y tomar fotografías o grabaciones de video que los muestre atados y con los ojos vendados. Estos archivos luego son compartidos con sus parientes en el exterior.
La policía dice que los estafadores han obtenido USD 3.2 millones en pagos de rescate tan solo este año. Tales estafas son efectivas debido al genuino temor que la gente china tiene a las figuras de autoridad dentro del sistema del Partido Comunista Chino (PCCh). Durante años, los chinos que viven en Australia y sus parientes en China han recibido amenazas, intimidación y opresión del PCCh.
El 17 de junio, un padre en China pagó USD 2 millones luego de recibir un video de su hija de 22 años en Sydney que afirmaba que había sido atada. El padre dijo que quien llamó pidiendo rescate fingió ser de la policía china. Su hija fue luego encontrada a salvo en un hotel en Hurstville luego de una investigación.
El 22 de abril, oficiales de la Estación de Policía Ryde de Sydney fueron contactados por una universidad preocupada por el bienestar de uno de sus estudiantes.
La familia del estudiante de China le habría dicho a la policía que su hija había sido secuestrada. La familia pagó USD 300,000 en pedidos de rescate del secuestrador quien había convencido a la estudiante que era de la policía china.
Otros pagos de rescate fueron entre los USD 20,000 y los USD 500,000.
El detective superintendente Darren Bennett dijo que los secuestros virtuales por sindicatos internacionales del crimen organizado han aumentado considerablemente en la última década.
«Aunque estas llamadas telefónicas parecen ser de naturaleza aleatoria, estos estafadores parecen apuntar a miembros vulnerables de la comunidad chino-australiana», dijo en una declaración el 27 de julio.
Más de 212,000 estudiantes internacionales están registrados para estudiar en NSW. En vista de que probablemente más estudiantes regresen al país luego de que se revalúen las restricciones por el COVID-19, la policía insta a la comunidad que se informe sobre estas elaboradas estafas telefónicas. Los estudiantes que las reciban pueden colgar tales llamadas, contactar a sus consulados, universidad o reportar el asunto a la policía.
El 25 de junio, la Comisión de Competencia y del Consumidor Australiana (ACCC) advirtió que la comunidad china local era blanco de estafas de «autoridad china» (pdf) –estafadores haciéndose pasar por figuras de autoridad.
En 2019, las pérdidas por estafa de autoridad china sumaron los USD 2 millones en el país, un aumento del 40 por ciento por sobre el año anterior.
El subjefe de la ACCC, Delia Rickard, notó que un pilar fundamental para prevenir estas estafas es el «boca a boca» o contar a otros sobre la experiencia de la estafa.
«Mucha gente que evitó las estafas también lo hizo porque sus amigos o familia les había contado sobre las estafas, o por que la situación o experiencia parecía sospechosa», dijo Rickard.
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