La mayoría de los estudiantes universitarios estadounidenses apoyan castigar a sus compañeros por usar disfraces de Halloween «altamente ofensivos», como pintarse la cara de negro, sugiere una encuesta reciente.
La encuesta tiene lugar después de una serie de eventos altamente divulgados que involucran a figuras públicas como el Primer Ministro canadiense Justin Trudeau, que aparece en fotografías llevando maquillaje oscuro para simular ser una persona negra. El gobernador de Virginia, Ralph Northam, demócrata, también apareció en un anuario de la escuela de medicina en una foto con la cara negra o con un disfraz del Ku Klux Klan. Northam inicialmente admitió inespecíficamente que había hecho algo malo antes de retirarlo.
También ocurre después de que algunas universidades advirtieron a los estudiantes que no deben ofender a otros con sus disfraces de Halloween. En 2018, por ejemplo, la Universidad Gonzaga informó a los estudiantes por correo electrónico que si bien «la tradición de Halloween tiene orígenes cristianos», «también se ha hecho conocida por tradiciones más peligrosas y dañinas, como el consumo excesivo de alcohol, los trajes sexualizados o culturalmente inapropiados y el vandalismo».
«Uno de estos comportamientos es la apropiación cultural, es decir, el acto de tomar o usar cosas de una cultura que no es la suya, especialmente sin mostrar respeto por esa cultura».
La encuesta fue realizada por College Pulse, una empresa de investigación de mercado con sede en San Francisco que se describe a sí misma como «una empresa de encuestas y análisis online dedicada a comprender las actitudes, preferencias y comportamientos de los estudiantes universitarios de hoy en día», informa Campus Reform.
Recientemente se preguntó a un total de 1501 encuestados: «¿Son los disfraces de Halloween altamente ofensivos (como la cara pintada de negro) una forma protegida de libertad de expresión en el campus, o los estudiantes que los usan deben ser castigados?».
Mientras que el 45 por ciento de los estudiantes respondieron: «Son una forma protegida de libertad de expresión», el 55 por ciento dijo: «Deberían ser castigados».
La falta de tolerancia es más profunda en la llamada Ivy League, en las escuelas que suelen considerarse como las instituciones de élite del país. La Ivy League, una expresión que lleva consigo connotaciones de excelencia académica y estándares estrictos en las admisiones, está compuesta por la Universidad de Brown, la Universidad de Columbia, la Universidad de Cornell, el Dartmouth College, la Universidad de Harvard, la Universidad de Pennsylvania, la Universidad de Princeton y la Universidad de Yale.
En tales centros, el 58 por ciento de los estudiantes encuestados indicaron que el usuario de un disfraz de Halloween «ofensivo» debería ser castigado.
En el sistema de la Universidad Estatal de California, un porcentaje aún mayor de estudiantes encuestados -el 60 por ciento- dijo que el castigo debería ser impartido por trajes «ofensivos».
La división partidista entre los estudiantes fue aún más pronunciada, según un análisis de The Blaze.
Entre los que se identifican como demócratas, el 71 por ciento expresó su preferencia por castigar a los que usan trajes ofensivos, frente a apenas el 18 por ciento de los republicanos y el 47 por ciento de los independientes.
Los resultados de la encuesta también se desglosaron por la religión de los estudiantes que respondieron.
Los estudiantes musulmanes eran los más dispuestos a penalizar a los que llevaban trajes ofensivos, y el 74 por ciento apoyaba el castigo.
Las cifras en orden descendente entre otras creencias eran: Judío (68 por ciento); ateo (58 por ciento); nada (57 por ciento); agnóstico (55 por ciento); otro (54 por ciento); católico (46 por ciento); cristiano (45 por ciento); mormón (41 por ciento); y protestante (37 por ciento).
Los estudiantes negros fueron los que más apoyaron, y el 72 por ciento de los encuestados respondieron que apoyaban el castigo. Los asiáticos fueron los siguientes en apoyar el castigo con un 56 por ciento, seguidos por los latinos con un 54 por ciento, los blancos con un 47 por ciento y otros con un 32 por ciento.
Entre los sexos, solo el 38 por ciento de los encuestados masculinos estaban a favor del castigo, frente al 65 por ciento de las encuestadas femeninas.
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