La kombucha, una bebida ancestral elaborada a partir de una colonia simbiótica de bacterias y levaduras, está arrasando últimamente en el mundo del bienestar. A medida que aumenta su popularidad, nuevas investigaciones sugieren que la kombucha puede ofrecer un tentador impulso metabólico, sin necesidad de contar calorías ni hacer abdominales.
Poderes potenciales para combatir la grasa
La kombucha ha sido promocionada por sus potenciales beneficios para la salud, incluyendo la capacidad de reducir la presión arterial, prevenir el cáncer y proteger contra las enfermedades metabólicas.
Aunque se cree que estas ventajas provienen de los microbios probióticos de la bebida, el escrutinio científico riguroso de estos efectos ha sido limitado.
En un nuevo estudio, los investigadores estudiaron el impacto de los microbios del té de kombucha en el metabolismo, utilizando el gusano microscópico C. elegans como organismo modelo. El estudio, publicado en PLOS Genetics, reveló que la levadura y las bacterias del té de kombucha colonizaron los intestinos de los gusanos, induciendo cambios metabólicos que recuerdan al ayuno.
Estos microbios probióticos alteraron la expresión de genes implicados en el metabolismo de las grasas, provocando un aumento de las proteínas responsables de la descomposición de las grasas y una disminución de las implicadas en la síntesis de triglicéridos, los tipos de grasa más comunes en el organismo. Según los investigadores, este cambio metabólico redujo la acumulación de grasa en los gusanos.
Estos resultados sugieren que el simple hecho de beber kombucha podría reducir la grasa corporal sin necesidad de disminuir la ingesta de alimentos.
Los microbios inducen un estado similar al ayuno
Estos resultados sugieren que los microbios del té de kombucha desencadenan un estado «similar al ayuno» en el huésped, incluso en presencia de suficientes nutrientes», señalaron los autores del estudio en un comunicado de prensa.
Rob Dowen, profesor adjunto del Departamento de Biología Celular y Fisiología de la Universidad de Carolina del Norte-Chapel Hill, declaró a The Epoch Times que le «sorprendió mucho» descubrir que los microbios probióticos de la kombucha podían colonizar las tripas de los gusanos y estimular una respuesta metabólica similar al ayuno, a pesar de que los animales no mostraban defectos en la absorción intestinal de nutrientes.
«Increíblemente, esta respuesta solo se observó en animales que consumían microbios aislados de un cultivo de té de kombucha totalmente fermentado a largo plazo, y no una simple mezcla de microbios no fermentadores asociados a la kombucha», agregó.
Esto sugiere que los metabolitos microbianos producidos durante el proceso de fermentación podrían estar configurando vías metabólicas en el huésped, dijo el Sr. Dowen.
Sin embargo, es necesario seguir investigando para confirmar si se produce un efecto similar en los seres humanos. «Nuestros resultados tendrán que ser corroborados y ampliados en sistemas modelo de mamíferos para determinar cómo influye el consumo de kombucha en la fisiología humana», añadió.
En el futuro, se estudiará si los resultados se trasladan a los sistemas de mamíferos, lo que implicaría el uso de modelos de ratón.
La kombucha no es para todos
Aunque la kombucha es una rica fuente de probióticos y antioxidantes, esta bebida puede tener efectos secundarios desagradables para algunas personas.
Se sabe que el té de kombucha provoca malestar estomacal, ictericia y reacciones alérgicas en algunas personas. También se recomienda evitar su consumo a las mujeres embarazadas, las madres lactantes y las personas con sistemas inmunitarios debilitados.
Cuando la kombucha se elabora en casa en lugar de comprarse en una tienda, pueden surgir otros problemas. Una de las principales preocupaciones es el riesgo de que crezcan bacterias peligrosas en condiciones inadecuadas de elaboración casera, haciendo que la kombucha no sea segura para beber.
Otro problema potencial es la intoxicación por plomo, que puede producirse si la kombucha se elabora en recipientes de cerámica que contengan plomo, ya que los compuestos del té pueden hacer que el plomo se filtre desde el esmalte cerámico.
La kombucha también es muy ácida y suele contener azúcar, lo que no es ideal para la salud dental.
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