Una investigación sobre los alimentos para bebés en Estados Unidos encontró que muchas de las marcas líderes contienen metales tóxicos.
Los resultados del estudio fueron hechos públicos por Healthy Babies Bright Futures, que realizó el informe (pdf) en asociación con varios grupos como Learning Disabilities Association of America y la Campaign for Healthier Solutions.
Healthy Babies Bright Futures (HBBF) analizó 168 alimentos para bebés y encontró metales pesados tóxicos en el 95 por ciento de todos los envases examinados.
Un cuarto de los alimentos analizados contenía los cuatro metales que el laboratorio estaba evaluando: arsénico, cadmio, plomo y mercurio.
«Incluso en las cantidades trazas que se encuentran en los alimentos, estos contaminantes pueden alterar el cerebro en desarrollo y erosionar el coeficiente intelectual de un niño», escribieron los autores del informe, Jane Houlihan y Charlotte Brody de la HBBF. «Los impactos se suman con cada comida o bocadillo que come un bebé».
Los productos analizados se obtuvieron en tiendas de todo el país. Se encontró que los platos de arroz eran los más tóxicos, siendo el arsénico el principal metal tóxico de preocupación, seguido por la leche entera, el arroz blanco e integral y el jugo de manzana. La fórmula infantil fue la siguiente, siendo en ésta el principal metal tóxico de preocupación el plomo.
Los autores del informe sugirieron a los padres que eviten los bocadillos y otros refrigerios hechos con harina de arroz y que cambien a alternativas ricas en nutrientes y bajas en metales, como manzanas, compota de manzana sin azúcar, cebada con verduras cortadas en cubos y uvas cortadas a la mitad.
También sugirieron evitar las galletas para la dentición, las galletas de arroz, los cereales de arroz infantiles y los jugos de frutas.
En lugar de jugo, los padres pueden darle a sus hijos agua del grifo o frutas enteras o en puré.
La Administración de Drogas y Alimentos también ha encontrado arsénico en el cereal de arroz infantil. La agencia dijo en una declaración de 2016 que «el arroz tiene niveles más altos de arsénico inorgánico que otros alimentos, en parte porque a medida que las plantas de arroz crecen, la planta y el grano tienden a absorber arsénico del medio ambiente más que otros cultivos».
«El arsénico no se agrega intencionalmente al grano de arroz, y cuando está presente en el grano, no se puede eliminar por completo», dijo.
La agencia indicó que propuso un límite de 100 partes por billón para el arsénico inorgánico en el cereal de arroz infantil a principios de ese año.
Aconsejó a los padres a alimentar a sus bebés con cereales fortificados con hierro para asegurarse de que reciben suficiente cantidad de este importante nutriente y a no utilizar cereales de arroz fortificados con hierro como única fuente de nutrientes, sugiriendo otros cereales infantiles fortificados como la avena, la cebada y los cereales multigranos.
«También basado en los hallazgos de la FDA, sería prudente que las mujeres embarazadas consumieran una variedad de alimentos, incluyendo granos variados (como trigo, avena y cebada), para una buena nutrición. Este consejo es consistente con la guía de nutrición de larga data del Congreso Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos para que la mitad de sus granos estén compuestos de granos enteros», señaló la agencia.
Investigadores en 2012 encontraron que el jarabe de arroz integral orgánico, usado como edulcorante en algunos alimentos orgánicos en lugar de jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, podría introducir arsénico en esos productos.
Los autores dijeron que no hay regulaciones actuales en Estados Unidos aplicables al arsénico en los alimentos y que «hay una necesidad urgente de límites reglamentarios sobre el arsénico en los alimentos».
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