Estudio revela menor protección de vacuna contra COVID-19 en casi mitad de casos de enfermedad pulmonar

Por Sheramy Tsai
21 de octubre de 2023 3:21 PM Actualizado: 21 de octubre de 2023 3:30 PM

Un nuevo estudio realizado por el National Jewish Health con 63 participantes ha puesto en duda la eficacia de la vacuna contra COVID-19 en pacientes con enfermedades pulmonares crónicas. La investigación se ha centrado predominantemente en la eficacia de la vacuna en poblaciones sanas, dejando un vacío en la comprensión de su impacto en aquellos con problemas respiratorios.

En un comunicado de prensa, R. Lee Reinhardt, doctor en microbiología, inmunología y biología del cáncer y autor principal del estudio, afirmó que «la mayoría de los estudios sobre la vacuna contra COVID se han centrado en cuan bien protege a las personas sanas», añadiendo que «no hay muchos datos disponibles para saber si protege del mismo modo a las personas con afecciones respiratorias».

Esta distinción es especialmente crucial dada la mayor vulnerabilidad asociada a las enfermedades pulmonares. En particular, las personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) se enfrentan a una tasa de mortalidad por COVID-19 dos veces superior a la de quienes no padecen esta enfermedad. Además, los medicamentos inmunosupresores habituales, como la prednisona, que suelen recetarse para tratar afecciones pulmonares, podrían debilitar la capacidad del organismo para responder eficazmente a la vacuna.

El estudio

El objetivo principal del estudio era analizar la respuesta inmunitaria tras la vacuna contra COVID-19 en personas con afecciones pulmonares y compararla con las personas sanas. El equipo de investigación se centró en los anticuerpos y las células inmunitarias esenciales, conocidas como células B y T.

Utilizando muestras del National Jewish Health Biobank, los autores estudiaron muestras de sangre de 63 individuos, que incluían tanto sujetos sanos como aquellos con asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y enfermedad pulmonar intersticial (EPI).

El estudio reveló que casi la mitad —un 48 por ciento— de las personas con afecciones pulmonares mostraron una disminución de la respuesta de anticuerpos meses después de la vacunación. Esto contrastó con la «inmunidad híbrida» observada en personas sanas, en las que la exposición previa al SRAS-CoV-2 aumentaba la eficacia de la vacuna. La inmunidad de los pacientes con enfermedad pulmonar parecía disminuir antes, tres o cuatro meses después de la vacunación.

El Dr. Gilman B. Allen, jefe de cuidados intensivos del Centro Médico de la Universidad de Vermont, opinó sobre estos hallazgos en un correo electrónico enviado a The Epoch Times. Al reconocer el nivel del equipo, comentó que «ellos están afiliados a uno de los laboratorios de enfermedades pulmonares más importantes del país». Sin embargo, el Dr. Allen expresó reservas sobre la escala del estudio y advirtió sobre sacar conclusiones definitivas basándose en el pequeño tamaño de la muestra.

En el correo electrónico, el Dr. Allen destacó que muchos de los participantes con enfermedades pulmonares del estudio tomaban medicamentos inmunosupresores, a diferencia de los sujetos sanos. También especuló que si estos resultados se replicaran en una investigación más extensa, podrían revelar como medicamentos como la prednisona y los productos biológicos impactan la respuesta inmune de la vacuna.

Reconsiderando el enfoque de la vacuna universal

La creciente probabilidad de que se apliquen vacunas rutinarias contra COVID-19 está provocando una reevaluación de las estrategias de inmunización actuales. Especialmente a la luz de investigaciones recientes, hay indicios de que un enfoque personalizado podría ser beneficioso para personas con afecciones pulmonares crónicas o aquellas que se someten a terapias inmunosupresoras, desafiando el modelo de vacuna universal ampliamente aceptado.

Los autores del estudio advirtieron contra la generalización de sus hallazgos debido a la escala del estudio y enfatizaron que «… la eficacia de la vacuna y la inmunidad inducida por la vacuna en individuos sanos no deben extrapolarse uniformemente a personas con enfermedad pulmonar crónica».

«El COVID-19 todavía existe y no sabemos lo que nos depara el futuro. Podría haber un aumento repentino en el invierno y debemos comprender cómo la respuesta inmune afecta a todos —no solo personas sanas», comentó el Dr. Reinhardt destacando la naturaleza impredecible del virus.

Reflexionando sobre la relevancia clínica de la investigación, por su parte el Dr. Allen mencionó que «en la actualidad, estos hallazgos no alterarán mis recomendaciones sobre los calendarios o métodos de vacunación contra COVID-19, en particular para pacientes con asma, EPOC o EPI».


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