Un nuevo estudio reveló que alrededor de la mitad de las tintas que se utilizan para hacer tatuajes corporales podrían contener sustancias químicas cancerígenas que se activan con la luz solar.
En Estados Unidos, las tintas utilizadas para los tatuajes no están reguladas y sus componentes son en gran medida un misterio.
Un equipo de científicos liderado por el Dr. John Swierk, de la Universidad Estatal de Nueva York, analizó 56 tipos de tintas utilizadas regularmente por tatuadores de Estados Unidos. El resultado del estudio arrojó que 23 de ellas contienen un colorante potencialmente peligroso.
«Cada vez que examinábamos una de las tintas, encontrábamos algo que provocaba dudas», dijo Swierk. «Por ejemplo, 23 de las 56 tintas diferentes analizadas hasta la fecha muestran la presencia de un colorante azoico».
Aunque muchos pigmentos azoicos no ocasionan problemas de salud, cuando se exponen a la luz ultravioleta o tienen contacto con bacterias estos pueden degradarlos en otro compuesto a base de nitrógeno que es un carcinógeno potencial, esto según el Centro Común de Investigación, que proporciona asesoramiento científico independiente a la Unión Europea.
En realidad, dijo el científico, «es muy poco lo que se sabe sobre la composición de las tintas para tatuajes, así que empezamos a analizar las marcas más populares».
Swierk y sus estudiantes entrevistaron a tatuadores para ver que tanto sabían sobre las tintas que utilizaban con sus clientes. Aunque identificaban muy bien su marca favorita, en realidad sabían muy poco sobre sus componentes.
«Sorprendentemente, ninguna empresa de tintes fabrica un pigmento específico para la tinta del tatuaje», explica Swierk, de acuerdo a un comunicado. «Las grandes empresas fabrican pigmentos para todo, como la pintura y los textiles. Y estos mismos pigmentos se utilizan en las tintas para tatuajes».
También señaló que los tatuadores necesitan una licencia para poder operar, pero no hay organismo federal o local que regule el contenido de las tintas.
A partir de técnicas como la espectroscopia Raman, la espectroscopia de resonancia magnética nuclear y la microscopia electrónica, el equipo de Swierk confirmó la presencia de ingredientes que de hecho no aparecen en la etiqueta, tales como etanol.
Además, el equipo analizó 16 tintas mediante microscopía electrónica, y aproximadamente la mitad contenían partículas menores de 100 nm. «Es un rango de tamaño preocupante», dijo Swierk. «Las partículas de este tamaño pueden atravesar la membrana celular y causar daños».
Los investigadores planean que el resultado de su investigación sea revisada por pares y agregarla a su sitio web de información ¿Qué hay en mi tinta?
«Con estos datos, queremos que los consumidores y los artistas tomen decisiones informadas y comprendan qué tan precisa es la información proporcionada», agregó Swierk.
De acuerdo a los datos de un estudio realizado por Statista en 2019, poco más de una cuarta parte de la población estadounidense tiene por lo menos un tatuaje y la mayoría se lo hace antes de los 20 años. En otros países, el porcentaje puede ser mayor.
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