Si creías que la existencia de monos tan grandes como King Kong era solo ficción, el gigantopithecus, el simio más grande que jamás haya existido en el mundo, te revelará lo contrario. Investigadores resolvieron el misterio que rondaba alrededor del enorme primate extinto hace 300.000 años través de pruebas científicas en un fósil molar.
Se descubrió que este antiguo simio de 2,5 millones de años, medía hasta tres metros de altura, pesaba más de 50 kilos y habitó las selvas de las actuales China, India y Vietnam, pudiendo haber convivido con el Homoerectus en Asia sudoriental, según publicó recientemente National Geographic.
Los estudios sobre su extinción apuntan a que este mono debió adaptarse a los cambios climáticos que convirtieron a los bosques en desiertos lo que hizo supuestamente que la especie desapareciera.
Aaron Clauset, un científico informático de la Universidad de Boulder, que estudió los tamaños corporales de miles de especies, descubrió que las tasas de extinción aumentan a medida que una especie aumenta de tamaño. Es por eso que los gigantes como gigantopithecus y el perezoso gigante ya no están en en planeta, según un reporte de National Geographic en 2016.
Los restos fósiles encontrados todavía generan algunas preguntas sobre su evolución. Pero un equipo de investigación del Instituto de Biología Evolutiva (IBE) y de la Universidad de Copenhague ha recuperado la evidencia molecular más antigua en fósiles de aproximadamente dos millones de años de antigüedad.
Con las proteínas procedentes del esmalte de un molar fósil de gigantopithecus, con la nueva técnica empleada han resuelto la historia evolutiva de este primate hominoideo extinto. De acuerdo a la revista científica Nature.
La nueva técnica, llamada espectrometría de masas, perforó el diente de un simio de 1,9 millones de años, lo aplastó hasta hacerlo polvo y extrajeron los restos de proteínas, lo que le permitió calcular la secuencia de aminoácidos comparándolas con los humanos, los orangutanes y los primates, desde gorilas y chimpancés, de acuerdo a Daily Mail.
«El análisis ha revelado que gigantopithecusblacki pertenece al mismo clado que el orangután, su pariente vivo más cercano, aunque su separación con los orangutanes actuales es muy lejana, lo que explica la anterior confusión en el campo”, explica en un comunicado Tomás Marqués Bonet, investigador ICREA y director del Instituto de Biología Evolutiva (IBE), enfatizó National Geographic.
Enrico Cappellini, profesor asociado en el Globe Institute de la Universidad de Copenhague y autor principal del estudio, manifestó que al secuenciar las proteínas recuperadas del esmalte dental se demostró que «es posible reconstruir con confianza las relaciones evolutivas de especies animales que se extinguieron hace mucho tiempo y que su ADN sobrevive hasta ahora».
Este nuevo estudio, que permitió relacionar al enorme simio con el orangután, quizás revele que la teoría de la evolución puede estar equivocada.
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