Un documental sobre 18 valientes chinos, que interceptaron los medios de comunicación controlados por Beijing para transmitir noticias sin censura sobre la persecución del PCCh a los practicantes de Falun Gong, ha ganado dos importantes premios cinematográficos canadienses.
«Eternal Spring», dirigida por Jason Loftus, de Toronto, es un documental de animación que analiza la interceptación de una estación de televisión estatal china en 2002.
La historia y la animación del aclamado ilustrador de cómics chino, Daxiong, reúnen los acontecimientos que ocurrieron hace 20 años en su tierra natal, cuando él y sus compañeros practicantes de Falun Gong se convirtieron en objetivos de una brutal persecución por parte del Partido Comunista Chino (PCCh) a finales de la década de 1990.
El 8 de mayo, «Eternal Spring» ganó el premio Rogers del público al mejor largometraje canadiense y el premio Hot Docs del público, entre las 225 películas proyectadas durante los 11 días del Festival Hot Docs. Hot Docs es el mayor festival de cine documental de Norteamérica, en el que este año han participado películas de 63 países.
El primer puesto del Premio Rogers del Público otorga un premio máximo de USD 25,000. El segundo puesto fue para «Okay! (The ASD Band Film)», de Mark Bone, con un premio en efectivo de USD 15,000, mientras que el tercer puesto fue para «Unloved: Huronia’s Forgotten Children» de Barri Cohen con un premio de USD 10,000 en efectivo.
“Eternal Spring” se estrenará el 23 de mayo en la ciudad de Nueva York, en el prestigioso Festival de Cine Human Rights Watch, cuando se proyecte en el Elinor Bunin Munroe Film Center, un cine con múltiples pantallas en el corazón del Lincoln Center. También se exhibirá en el IFC Center el 24 de mayo.
Desgarradora historia de la vida real
“Eternal Spring” documenta los recuerdos de Daxiong, un practicante de Falun Gong, que huyó de China después de que la policía comenzara a tomar medidas enérgicas contra los miembros de la disciplina de meditación por orden del exlíder del PCCh, Jiang Zemin, quien consideró que la popularidad generalizada de Falun Gong era una amenaza para el régimen totalitario.
También llamado Falun Dafa, la práctica se basa en ejercicios de meditación y enseñanzas morales basadas en los principios de verdad, benevolencia y tolerancia. En un breve lapso de siete años tras su introducción en China, en mayo de 1992, los beneficios de Falun Gong para la salud física y mental de los practicantes atrajeron a entre 70 y 100 millones de practicantes en el país, según estimaciones oficiales.
En la etapa inicial de su campaña de opresión, el portavoz del PCCh, la agencia estatal de noticias Xinhua, transmitió videoclips sobre una falsa “autoinmolación en Tiananmen”, en la que se vio a cinco personas prendiéndose fuego en la plaza de Tiananmen de Beijing. Xinhua afirmó que las cinco personas eran practicantes de Falun Gong que se quemaron en un intento de suicidio religioso, a pesar de que el suicidio está estrictamente prohibido por las enseñanzas de la práctica.
El incidente fue utilizado por el PCCh para afirmar que Falun Gong es una religión “malvada” que merece ser aniquilada y su persecución justificada. Como resultado, muchos ciudadanos chinos denunciaron de manera proactiva a sus compañeros de trabajo, vecinos e incluso familiares que practicaban Falun Gong con la creencia de que les habían lavado el cerebro y que eran peligrosos.
Para dar a conocer su versión de la historia a los ciudadanos chinos, 18 practicantes de Falun Gong en la ciudad de Changchun intervinieron una red estatal de televisión por cable el 5 de marzo de 2002 y transmitieron los videos «¿Autoinmolación o engaño?» y “Falun Dafa se propaga en todo el mundo” en ocho canales simultáneamente para 300,000 suscriptores de cable en la ciudad.
A los pocos días, más de 5000 practicantes de Falun Gong en la ciudad y en áreas cercanas fueron arrestados en una redada masiva por parte de las autoridades. Al menos siete practicantes fueron asesinados a golpes solo unos días después.
Daxiong se vio obligado a huir a raíz de las redadas policiales, pero en su documental describe los sacrificios de los 18 valientes que se enfrentaron a las amenazas de violencia y muerte en defensa de los derechos y libertades del pueblo de China.
La persecución del PCCh contra Falun Gong continúa en la actualidad. Ahora hay innumerables ciudadanos chinos, que practican o apoyan la práctica, que están encarcelados arbitrariamente y son obligados a realizar trabajos forzados, sufren torturas y enfrentan abusos.
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