Olas de calor abrasador están azotando el sur y el suroeste de Estados Unidos, y en la mayoría de las zonas se registran temperaturas máximas de más de 100 grados Fahrenheit. El calor extremo puede someter al organismo a un estrés acumulativo que aumenta el riesgo de enfermedades y muertes relacionadas con el calor.

En este artículo, un practicante de medicina tradicional china (MTC) explica cómo afecta a la salud la exposición al calor y describe varios métodos comunes de enfriamiento que pueden causar daño inadvertidamente.

Mayor riesgo de diabetes y enfermedades renales

El calor extremo aumenta el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares al someter al organismo a estrés térmico.Un estudio presentado en marzo en las Sesiones Científicas «Epidemiología, Prevención, Estilo de Vida y Salud Cardiometabólica» de la Asociación Americana del Corazón descubrió que el calor extremo puede alterar la respuesta inmunitaria adaptativa del organismo y favorecer la inflamación sistémica, lo que puede perjudicar la salud cardiovascular.

Debido al deterioro de la disipación del calor, las personas con diabetes corren un mayor riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con el calor durante las olas de calor y la actividad física. Un estudio demostró que los pacientes diabéticos tienen un flujo sanguíneo cutáneo y una respuesta de sudoración más débiles en entornos de altas temperaturas, lo que puede afectar gravemente a la regulación cardiovascular y al control de la glucemia. Las personas con un mal control de la glucemia y complicaciones diabéticas son especialmente vulnerables a estos golpes de calor.

Las altas temperaturas son también un conocido factor de riesgo de enfermedad renal. Cuando el organismo regula la temperatura y la circulación sanguínea para hacer frente al aumento de las temperaturas, somete a los riñones a un estrés que perjudica su funcionamiento. Además, el estrés térmico continuado puede provocar una enfermedad renal crónica.

Cómo afecta el calor a la salud desde la perspectiva de la MTC

Kuo-Pin Wu, superintendente de la Clínica Cardiológica Xinyitang de Taiwán, declaró en una entrevista a The Epoch Times que durante los calurosos meses de verano es crucial evitar el aire acondicionado o las bebidas frías. Su uso puede impedir que el cuerpo expulse toxinas, permitiendo que el aire frío invada y cause diversos problemas de salud.

Explicó que, según la MTC, el viento se considera una de las principales causas de diversas enfermedades. El cuerpo se adapta a las temperaturas ambientales abriendo o cerrando los poros para regular la temperatura. Si el viento sopla directamente sobre el cuerpo cuando hace calor, puede penetrar por los poros abiertos y propagarse gradualmente por los meridianos, afectando potencialmente a todo el organismo.

El Sr. Wu añadió que la MTC sugiere que existe una correspondencia entre los seres humanos y la Tierra. Durante los veranos abrasadores, la energía yang (calor) de la Tierra cubre la superficie, mientras que el subsuelo permanece fresco, lo que hace de las cuevas un refugio refrescante. Por el contrario, durante el invierno, la energía yang de la Tierra se hunde bajo tierra, haciendo que las cuevas resulten cálidas.

Principios similares pueden aplicarse al cuerpo humano. Durante el verano, los poros del cuerpo se abren, permitiendo que la energía se disipe en la superficie y facilitando la sudoración. Sin embargo, los órganos internos permanecen relativamente frescos. Por tanto, siguiendo la ley natural, es importante fomentar la sudoración en verano para expulsar el frío interno y las toxinas. Esto favorece la relajación y el bienestar general. Si la sudoración es mínima durante todo el año, es menos probable que se expulsen las toxinas, lo que puede provocar problemas de salud con el tiempo.

En otras palabras, durante los calurosos días de verano, cualquier método de enfriamiento que implique cerrar rápidamente los poros, inhibir la sudoración o permitir la entrada de aire frío es perjudicial para el cuerpo.

7 formas inadecuadas de refrescarse

Los métodos inadecuados para refrescarse pueden afectar negativamente a la salud. Intente evitar los siguientes métodos a la hora de refrescarse:

1. Aire acondicionado directo

El Sr. Wu explicó que cuando el cuerpo está caliente y suda, los poros están abiertos. Si se utiliza el aire acondicionado para refrescarse, los poros del cuerpo se contraerán, impidiendo que salga el calor del interior. Esto puede provocar dolores de cabeza, hinchazón, vómitos o dolor abdominal.

Compartió dos casos clínicos. Un paciente durmió con un ventilador eléctrico que soplaba hacia su cuerpo desde los pies y se despertó a la cuarta mañana con parálisis facial. Del mismo modo, otro paciente se quedó dormido en un autobús con un fuerte aire acondicionado, lo que provocó una parálisis facial después de que su cara estuviera expuesta al aire frío durante una o dos horas. Según la MTC, se cree que la causa es el bloqueo de los meridianos, que provoca una mala circulación sanguínea.

Además, algunas personas desarrollan la «gripe del aire acondicionado» por una exposición prolongada al aire acondicionado en el trabajo. El Sr. Wu recomienda llevar una chaqueta ligera al pasar del interior al exterior en verano para evitar que el aire frío penetre directamente en el cuerpo. Esto permite que el calor del cuerpo se disipe gradualmente durante unos cinco minutos.

2. Enfriar la parte posterior de la cabeza

El acupunto Fengfu está situado en la parte posterior de la cabeza. Cuando el viento o el aire frío penetran a través de este punto, pueden desencadenarse dolores de cabeza y otros síntomas.

3. Duchas frías cuando se suda

Cuando el cuerpo está cubierto de sudor, los poros están muy abiertos. Entonces puede entrar agua o aire frío, lo que puede provocar artritis reumática en el futuro. Es aconsejable tomar duchas tibias o templadas durante el verano.

4. Secarse el pelo al aire

Algunas personas tienden a dejarse secar el pelo al aire libre cuando hace calor. Este proceso extrae calor del cuerpo para evaporar la humedad, lo que puede afectar al cuero cabelludo y bajar la temperatura corporal, pudiendo provocar migrañas con el tiempo. Es mejor utilizar un secador que dejar que el pelo se seque al aire.

5. Toallas húmedas o frías en la nuca

Aunque esto pueda parecer refrescante y fresco, permite que el frío o la humedad entren en el cuerpo. Si debe permanecer seco, límpiese el sudor con una toalla, pero recuerde que el sudor nos ayuda a refrescarnos al evaporarse.

6. Bebidas frías inmediatamente después del ejercicio

Este hábito puede ser muy perjudicial. Cuando la temperatura corporal es elevada, refrescarse rápidamente con bebidas frías puede hacer que el frío viaje de la garganta a la tráquea y luego al estómago. Esta repentina entrada de frío puede dañar la tráquea y los pulmones e incluso puede afectar al corazón debido a la bajada localizada de la temperatura.

7. Bebidas heladas después de las comidas

Esto puede hacer que las grasas del estómago y los intestinos se solidifiquen, dificultando la digestión y afectando al metabolismo. Además, la rápida alternancia entre calor y frío puede ser dura para el organismo, pudiendo provocar alteraciones en las funciones del bazo y el estómago, mala digestión, disminución del apetito y, en casos graves, diarrea, dolor abdominal y otros trastornos gastrointestinales.

La importancia de hidratarse y hacer ejercicio en verano

Deng Zhengliang, director de la Clínica de Medicina Tradicional China Jide de Taiwán, declaró a The Epoch Times que mantenerse hidratado es crucial en verano. Beber mucha agua cuando hace calor es esencial para mantener el equilibrio de líquidos del organismo y evitar la deshidratación.

El Sr. Wu también subrayó que, a pesar del calor veraniego, lo mejor es beber agua caliente para ayudar a inducir la sudoración. Por supuesto, esto depende de la constitución individual. Para quienes suelen sudar mucho, beber agua caliente no supondrá una gran diferencia, por lo que es mejor que beban agua a temperatura ambiente. No obstante, deben evitar a toda costa beber agua helada.

Para quienes beben habitualmente agua helada, es aconsejable dejar reposar las bebidas del refrigerador a temperatura ambiente durante al menos una hora. Esto permite que el frío se disipe antes de beberla, haciéndola menos perjudicial.

Además, el Sr. Deng recomienda hacer ejercicio moderado durante el verano, ya que puede mejorar la circulación sanguínea, estimular el metabolismo y ayudar a expulsar toxinas. Sin embargo, cuando hace calor, es crucial hacer ejercicio en ambientes más frescos y a horas más frescas, así como realizar actividades más ligeras para evitar el sobreesfuerzo y reducir el riesgo de insolación.

Las mejores formas de comer fruta en un verano abrasador

El Sr. Wu hizo hincapié en que la mayoría de las frutas tienen propiedades refrescantes, especialmente cuando se consumen con el estómago vacío antes del desayuno, lo que puede aumentar la susceptibilidad del organismo al frío y a posibles daños. Aunque comer fruta inmediatamente después del desayuno es aceptable, el momento óptimo para ingerirla es después del almuerzo, cuando la temperatura corporal es más alta. Este momento permite la ingesta de alimentos más fríos, incluida la fruta. Comer fruta después de comer ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre y mitiga sus efectos refrescantes.

Subraya que, aunque algunas de las prácticas mencionadas en este artículo pueden ser habituales para muchas personas, es crucial modificarlas, ya que son vitales para mantener la salud durante la calurosa estación estival.

Grupos más vulnerables al calor extremo

Las siguientes personas son más susceptibles a los efectos adversos del calor:

– Los bebés y las personas mayores: Sus sistemas de regulación de la temperatura están poco desarrollados o deteriorados, lo que les hace susceptibles al estrés térmico.

– Personas con enfermedades crónicas: Ciertos medicamentos pueden interferir con la capacidad del cuerpo para regular los cambios de temperatura, exacerbando así las afecciones subyacentes.

– Trabajadores expuestos con frecuencia a altas temperaturas: Trabajar en entornos de altas temperaturas caracterizados por una luz solar intensa y un gran esfuerzo físico aumenta el riesgo de sufrir problemas relacionados con el calor, como calambres, desmayos o golpes de calor. Los trabajadores al aire libre deben hidratarse, llevar ropa protectora o utilizar crema solar cuando sea necesario, y buscar la sombra durante los descansos para mantenerse frescos.

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