Un grupo de senadores republicanos está investigando al Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) por su asociación con la empresa biotecnológica china BGI, advirtiendo de que la colaboración podría dar a China una ventaja competitiva y poner en peligro la seguridad de Estados Unidos.
El gigante chino de la genómica, que ha sido incluido en las listas negras de los Departamentos de Defensa y Comercio, lleva trabajando con el USDA desde 2018 en el Proyecto BioGenoma de la Tierra, que pretende secuenciar los genomas de más de 1.5 millones de especies en un periodo de 10 años para catalogar la biodiversidad de la Tierra.
Tras el anuncio de la asociación, el Servicio de Investigación Agrícola del USDA concedió 1 millón de dólares a BGI. La empresa china y el Banco Nacional de Genes de China que dirige, financiado por el Estado, ocupan puestos de liderazgo en cuatro de los nueve subcomités del proyecto, incluida la presidencia del subcomité de TI e Informática.
Los legisladores afirmaron estar «gravemente preocupados» por la participación de BGI en este «esfuerzo masivo para secuenciar toda la vida», una asociación que, según dijeron, se descubrió al rastrear la financiación del gobierno estadounidense durante una investigación sobre los orígenes del COVID-19.
Por muy importante que sea la modificación genómica para la agricultura, son necesarias salvaguardias para proteger la seguridad de los datos de la investigación genómica estadounidense, escribieron los legisladores el 25 de julio en una carta al secretario del USDA, Tom Vilsack.
«Nuestro gobierno debe tomar precauciones extremas para evitar patrocinar investigaciones que entreguen cualquier material sensible y propiedad intelectual al Partido Comunista Chino», declaró a The Epoch Times el senador Roger Marshall (R-Kan.), que encabeza la carta.
«El PCCh considera la biología como un dominio de guerra que incluye el estudio de todos los organismos vivos vegetales y animales», dijo, utilizando las siglas del Partido Comunista Chino. «El USDA y todas las agencias gubernamentales implicadas en la investigación biológica de vanguardia deben tener una mejor supervisión cuando mantengan correspondencia con organizaciones patrocinadas por el PCCh que no sean inmediatamente obvias».
En la carta, firmada también por los senadores. Marsha Blackburn (R-Tenn.), Marco Rubio (R-Fla.) y Susan Collins (R-Maine), los legisladores destacaron la creciente preocupación por la agresiva estrategia nacional china de fusión militar-civil que moviliza a los sectores civiles para potenciar su poder militar.
Beijing, dijeron, ha estado «usando como arma la biotecnología en preparación de una ventaja estratégica en un nuevo dominio de la guerra biológica».
Los científicos chinos han participado en experimentos controvertidos, como la creación de bebés alterados genéticamente y la inserción de genes de un microanimal conocido como oso de agua en una célula madre humana. Ambos casos, según los legisladores, han puesto de manifiesto la falta de respeto de los límites éticos científicos en China.
El año pasado, el Departamento de Defensa incluyó a la empresa en una lista de sanciones por apoyar los «objetivos de modernización del Ejército Popular de Liberación», y el Departamento de Comercio le impuso restricciones comerciales en marzo. Dos de sus filiales también fueron incluidas en la lista negra del Departamento de Comercio en 2022 por su papel en «la realización de análisis genéticos utilizados para fomentar la represión de los uigures y otras minorías musulmanas».
Con la amplia ley china contra el espionaje que prohíbe la transferencia de datos nacionales a las autoridades extranjeras encargadas de hacer cumplir la ley, cualquier colaboración estadounidense con el BGI u otras entidades con sede en China corre el riesgo de que se deniegue el acceso a los datos, lo que frustraría todo el proyecto, señalan los legisladores, citando una asociación de investigación financiada por Estados Unidos en 2020 en la que participó BGI y que tuvo que retractarse de sus resultados publicados después de que China introdujera cambios en la normativa sobre intercambio de datos.
«Tras el brote de COVID-19, la RPC [República Popular China] bloqueó el acceso a muestras de pacientes y virus que podrían ayudarnos en nuestra investigación sobre los orígenes de la pandemia, a pesar de los acuerdos de intercambio de datos y las colaboraciones de varios años entre la RPC y las agencias de salud pública y universidades estadounidenses», afirma la carta. «Aunque el USDA dejara de pagar directamente a BGI, al asociarse con él y compartir la propiedad intelectual estadounidense, la colaboración podría poner en peligro nuestra seguridad al dar a China una ventaja competitiva estratégica para retener y almacenar datos que los científicos estadounidenses se han esforzado en desarrollar».
Los senadores querían conocer la situación del acuerdo de intercambio de datos del USDA con BGI, si la empresa china tiene acceso a las bases de datos de investigación del USDA —y en qué medida— el papel del USDA en el Proyecto Biogenoma de la Tierra y el tratamiento de los datos de la investigación, así como los planes de contingencia del departamento en caso de perder el acceso a los datos a manos de entidades chinas.
También preguntan si el USDA prohibirá la financiación de investigaciones que impliquen patógenos peligrosos, como exige una ley general de gastos aprobada en diciembre, y si el departamento ha financiado a las más de 50 filiales del proyecto que pueden estar implicadas en investigaciones tan arriesgadas.
The Epoch Times se ha puesto en contacto con el USDA y BGI para obtener sus comentarios.
Con información de Zachary Stieber.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.
